Fallecimiento de Willy Brandt, premio nobel de la paz impulsor de las relaciones entre Alemania Occidental, Alemania Oriental, Polonia y la Unión Soviética.
“Willy Brandt estaba por encima de la identidad nacional, la raza o religión. Era un ciudadano del mundo en el sentido más amplio de la palabra”.

Shridat Ramphal Ministro de Relaciones Exteriores de Guyana
1972-1975

 

Herbert Ernst Karl Frahm, mejor conocido como Willy Brandt, nació el 18 de diciembre de 1913 en Lübeck Alemania. A los 17 años, se incorporó a las Juventudes Socialistas, el ala más radical del Partido Socialdemócrata (SPD)[1]. Sin embargo, a principios de los años treinta, la dirección del SPD expulsó a esos miembros por no alinearse con la política ascendente de Adolfo Hitler.

El año de 1933 fue un año crucial para Brandt, porque los nazis llegaron al poder y se fundó la Gestapo, que significa policía secreta del estado. A través de ella, sus elementos recurrían a la tortura o violencia en sus interrogatorios; además deportaban judíos a campos de concentración y reprimían movimientos de resistencia en Alemania. Entre ellos, se encontraba Brandt, quien fue perseguido hasta que adoptó el seudónimo de Willy Brandt, para exiliarse en Noruega en 1940.

Otro acontecimiento relevante sucedió en 1936, con el inicio de la guerra Civil Española. Al año siguiente, entre febrero y junio, Brandt viajó a Barcelona y fue testigo de trágicos enfrentamientos entre miembros del bando republicano y fascistas. Las batallas le provocaron una profunda desilusión, aunque siguió apoyando al pueblo español como secretario de la Ayuda Noruega a España[2]. Sin embargo, en 1940, los alemanes ocuparon Noruega, razón por la cual Brandt huyó a Suecia, donde actuó de enlace entre los movimientos de resistencia noruego y alemán.[3]

Después de finalizar la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), Brandt regresó a Alemania como corresponsal de la prensa noruega en Berlín. Observó un país destrozado moral y físicamente que le causó una fuerte impresión. Igualmente encontró una actitud hostil de ciertos sectores por haber mantenido su nacionalidad extranjera. Ejemplo de ello sucedió en 1947, cuando Franz-Josef Strauss cuestionó a Brandt “¿Qué ha estado haciendo el Sr. Brandt 12 años allí fuera?"[4].

A pesar de esas críticas, su trayectoria política fue avanzando y consolidándose. En 1949, fue elegido miembro del parlamento federal para la primera legislatura de la República Federal de Alemania (RFA), también conocida como Alemania Occidental. Luego, en 1957 se convirtió en alcalde de Berlín, y demostró su enérgica desaprobación cuando se construyó el Muro de Berlín el 13 de agosto de 1961.[5]

En 1966, se desempeñó como ministro de Asuntos Exteriores del canciller Kurt Kiesinger. En ese lapso existieron diferencias entre ellos respecto a la apertura de política exterior hacia los países comunistas. Tal vez el único logro de Brandt fue establecer relaciones con Rumania y Checoslovaquia, pero luego se detuvieron los contactos por la invasión de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) a esta última.

Sin embargo, el momento de Brandt llegaría en 1969, cuando se convirtió en canciller. En el momento de su nombramiento, a nivel internacional había un periodo de distensión, que comprendió de 1967 a 1979 donde las relaciones entre Estados Unidos y la (URSS) eran menos tensas.

Dentro de ese contexto, el eje central de la política exterior de Brandt fue la Ostpolitik, que significa política hacia el este. El objetivo era establecer vínculos de acercamiento entre la RFA con Alemania Oriental, Polonia y la URRS[6]. El proyecto se consolidó con una serie de acuerdos y tratados firmados en la década de los setenta. El primero fue el Tratado de Varsovia, firmado entre la RFA y Polonia donde se reconocía la perdida de territorios alemanes al este de la línea trazada en Oder-Neisse, por lo cual se aceptaba la nueva frontera.

Igualmente, en esta visita, Brandt inclinó su cabeza y se arrodilló frente al “Monumento a los Héroes del Gueto”, que se construyó en conmemoración por los judíos asesinados bajo la ocupación nazi. El momento fue simbólico y emblemático porque era el primer canciller germano en pisar ese país después de la Segunda Guerra Mundial. El sociólogo Alfred Grosser, recordó ese momento como “Él, que estuvo luchando durante toda su vida contra Hitler, cargó el peso –que no la culpa- del pasado en sus hombros"[7].

Luego se estableció el Tratado de Moscú entre la RFA y la URSS, el cual establecía el respeto a las fronteras existentes. Además, se elaboró el Tratado fundamental entre la RFA y la RDA (1972), donde se reconocían ambos estados alemanes ante la ONU como independientes y su disposición a mejorar sus relaciones económicas y políticas. El antecedente resultó vital, porque este esfuerzo culminaría con la reunificación del país en 1990[8].

En 1971 recibió el premio nobel de la Paz por sus esfuerzos en lograr la reconciliación entre Alemania Occidental y los países del Bloque soviético.

En el momento cumbre de su carrera, en 1974, Brandt tuvo que dimitir de su puesto porque asumió la responsabilidad de la infiltración del agente secreto de Alemania Oriental, Günter Guillaume, quien tenía información de la agenda política y de asuntos del Partido Socialdemócrata. Tras dejar su cargo, trabajó como presidente de la Internacional Socialista desde 1976 hasta 1992; al mismo tiempo entre 1979-1983 fue miembro del Parlamento europeo[9]. Falleció el 8 de octubre de 1992.

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