Mariano Matamoros Insurgente, sacerdote mexicano y caudillo de la Independencia de México
“Su captura resultó una tragedia, comienza una serie de derrotas porque le hace mucha falta a José María Morelos y Pavón, sobre todo después del fracaso en Valladolid, a finales de 1813.”
 
Ana Carolina Ibarra González
Historiadora
 
 
 

El 3 de febrero de 1814, en la Plaza de la Constitución de la ciudad de Valladolid, hoy Morelia, Michoacán, el ilustre insurgente Mariano Matamoros fue pasado por las armas realistas. La tropa de fusileros pertenece al Ejército del Norte, cuyo comandante es el brigadier Ciriaco del Llano. Obedeciendo el bando virreinal del 25 de junio de 1812, donde se desconoce su calidad sacerdotal, Matamoros es tratado como preso común, ejecutado a las 11:45 horas, cuando se da la orden de descarga ante los ojos de tres mil miembros de la Compañía de Granaderos del Regimiento de Nueva España[1].

Nació en la Ciudad de México el 14 de agosto de 1770, y siendo cura de Jantetelco en 1811 había logrado escapar de las fuerzas realistas, integrándose al movimiento de Morelos en Izúcar. Desde ese año hasta el de su muerte se distinguiría como estratega y, junto a Hermenegildo Galeana, brazo fuerte de la segunda etapa de la Independencia, bajo el liderazgo de José María Morelos y Pavón. El 5 de enero de 1814, la suerte contraria a la vida cae sobre Matamoros, quien obedeciendo a Morelos había mantenido una serie de combates en las cercanías de Valladolid. El día anterior a la Nochebuena previa, los soldados de Agustín de Iturbide y Ciriaco del Llano habían derrotado a los insurgentes, asediando a los supervivientes. El 5 de enero se llevaría a cabo la batalla de Puruarán, tras la cual caería preso Matamoros en manos del dragón realista José Eusebio Rodríguez. De inmediato se le sometería a proceso militar en la Hacienda de Puruarán, continuando esta acción en Valladolid. Morelos intentó salvarlo: el 24 de enero de 1814 propuso intercambiar su vida por la de doscientos prisioneros españoles, pero los realistas querían hacer ejemplo del caudillo y se negaron. Así, una semana después sería fusilado tras haber sido denigrado de sus votos sacerdotales. Era casi medio día. Una distinción, sin embargo, acompañaría aquel momento: al contrario de lo acostumbrado, su cadáver no sería cercenado ni expuesto en público. Fue sepultado inmediatamente en la iglesia de la “Tercera Orden de Valladolid” [2].

Actualmente sus restos descansan en la Columna de la independencia en la Ciudad de México. En 1823, el Congreso nacional nombró a Matamoros Benemérito de la Patria.


[1] http://www.memoriapoliticademexico.org/Efemerides/2/03021814-MM.html
[2] https://relatosehistorias.mx/nuestras-historias/el-fusilamiento-del-general-insurgente-mariano-matamoros

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