Nicolás Romero, “El león de las montañas”  Guerrillero, defensor del principio de no intervención
“Nicolás Romero era para sus enemigos y sus soldados, un semidiós, una especie de mito.”
 
Vicente Riva Palacio
Calvario y tabor
1868
 
 

El 18 de marzo de 1865, el guerrillero mexicano Nicolás Romero fue fusilado en el mercado de Mixcalco, en la Ciudad de México. Conocido como El León de las Montañas, este patriota se había destacado en su lucha contra la intervención napoleónica, pero al caer preso fue juzgado por un consejo de guerra francés, y se le sentenció a muerte.

Nicolás Romero era chinaco, es decir, guerrillero combatiente contra las fuerzas imperiales francesas, cuyo estilo de pelear tenía por objetivo desgastarla. Había nacido en Nopala de Villagrán, Hidalgo, el 6 de diciembre de 1827, dedicándose de niño y joven a la siembra. Sus padres eran Manuel Romero y María Gertrudis, ambos humildes campesinos del lugar. También fue obrero textil en la Fábrica de Hilados y Tejidos La Colmena. Juan de Dios Peza lo describió como un hombre sencillo, cuya única ambición era luchar contra el enemigo extranjero y al que no le importaba “vivir como las águilas”, en las rocas. Su vida se mezcla con la leyenda. Se dice que era aficionado a los bailes y que se casó en Zitácuaro, Michoacán, el 7 de octubre de 1864, con Eulalia Flores, jovencita de catorce años originaria de la Villa de Tacuba[1].

Su biógrafo, Antonio Albarrán, narra en Nicolás Romero, guerrillero de la reforma, que en 1858 escapó de una fiesta donde había iniciado una pelea, robándose un caballo para huir. Esto lo ubicó en la mira de las autoridades como bandolero y lo impulsó a unirse a la guerrilla de Aureliano Rivera, y con ello, a la Guerra de Reforma. En las filas de Aureliano se destacó por su capacidad organizativa y su valentía. Estos méritos hicieron que el gobierno liberal le encomendara formar un contingente expedicionario para ubicar al ejército imperial en la zona de Tlanepantla, Cuautitlán, Jilotepec y Zumpango. El grupo estuvo conformado al principio por treinta chinacos, e incluso participó al lado de Ignacio Zaragoza en la Batalla de Puebla del 5 de mayo de 1862. Como se uniformaron con camisas rojas se les comenzó a llamar los Colorados de Romero[2], y así combatieron bajo el mando de Vicente Riva Palacio en Guerrero, Michoacán y el Estado de México. Por su fiereza en los encuentros, sus enemigos lo apodaron El León de las Montañas. Entre 1860 y 1865, los Colorados de Romero participaron en alrededor de 43 acciones, veinte sonadas victorias.

Uno de los más bellos homenajes a Nicolás Romero lo realizó Juan de Dios Peza en su poema “El prisionero de Papatzindán” [3] donde lo describe tanto físicamente como en sus valores y acciones, dando testimonio de su vida y lucha. Un fragmento dice:

No le conoce ninguno,

más él, a todo resuelto,

les dice con voz tranquila:

“Yo soy Nicolás Romero.”

Al escuchar ese nombre

temido por todos ellos,

y al contemplar desarmado

a quien vencido no vieron,

asoma en todos los rostros

con el asombro el contento.

El León de las Montañas

presa del destino ciego,

mas debe al propio infortunio,

que del contrario al esfuerzo,

hallarse entre los franceses

desarmado y prisionero.

Así hace referencia el ilustre poeta al suceso del 31 de enero de 1865, cuando el chinaco y sus compañeros cayeron en una emboscada del ejército francés en la cañada de Papazindán, Michoacán. Fue trasladado a la Ciudad de México y, tras juicio sumario, fue fusilado el 18 de marzo de ese año en la Plaza de Mixcalco, lugar tristemente célebre en ese momento por llevarse a cabo ahí las ejecuciones ejemplares. Murieron con él sus compañeros de lucha Higinio Álvarez, Encarnación Rojas y Roque Flores. Murió el hombre, más no su ejemplo y leyenda.


[1] https://www.periodicoeldespertar.com/editorial/personaje-de-la-semana/nicolas-romero-el-leon-de-las-montanas/
[2] https://www.nuevografico.com/2012/06/nicolas-romero-el-tigre-de-las-montanas.html
[3] https://primeronr.tripod.com/coronelnicolsromero/id1.html

Área Responsable