Rosa Louise McCauley  Activista afroamericana del movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos
“Mi abuelo y mi madre me dieron el espíritu de la libertad… me enseñaron que no tenía que sentirme inferior a nadie por mi color de piel o mi raza. Que debería hacer todo lo posible para ser una persona respetable, que debía respetarme y esperar que los otros me respetaran, que tendría que aprender lo que pudiera para mejorar como persona.”
Rosa Louise McCauley Parks
Activista

 

Rosa Louise McCauley Parks nació en Tuskegee, Alabama, el 4 de febrero de 1913. Fue hija de James, un carpintero, y de Leona McCauley, una maestra. Rosa Louise fue una activista afroamericana y una figura muy importante del movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos.

Durante su infancia vivió sus primeras experiencias con la discriminación racial, lo que despertó su inclinación por el activismo por la igualdad racial. En una de ellas vio cómo su abuelo se situaba frente a su casa con una escopeta mientras los miembros del Ku Klux Klan marchaban calle abajo. Al momento de iniciar sus estudios, Rosa asistió a una escuela de segregación racial en Pine Level, Alabama, Estados Unidos. Como una notable forma de desigualdad en aquel tiempo, los estudiantes afroamericanos de primer al sexto grado se veían obligados a caminar, mientras que la ciudad proporcionaba transporte en autobús y un nuevo edificio escolar para los estudiantes blancos. [1]

Años más tarde, en 1932, contrajo matrimonio con Raymond Parks, barbero de profesión y miembro activo de la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color, conocida por sus siglas en inglés NAACP. Obtuvo su título de secundaria en 1933 con el apoyo que su esposo le brindó. Es así como Rosa Parks se involucró activamente en asuntos de derechos civiles al unirse a la NAACP en 1943 sirviendo como líder juvenil y secretaria del presidente de la asociación Ed Nixon, un cargo que ocupó hasta 1957.

La historia de Rosa Parks es la de una mujer segregada por la doble violencia del machismo y el racismo, así como de una luchadora incansable y de una tragedia histórica que une la violencia racial actual de Estados Unidos con los plantíos de algodón cultivados por esclavos en su natal Alabama. [2]

El 1º de diciembre de 1955 tuvo lugar el incidente que la haría conocida mundialmente; Rosa Parks se rehusó a pararse de su asiento para cedérselo a una persona blanca. Junto a ella, un hombre caucásico esperaba sentarse, pero se negaba a ocupar alguno de los otros asientos vacíos. La negativa de Rosa no fue porque estuviera físicamente cansada, sino porque estaba harta de ceder. Debido a que no se levantó ni cedió su asiento, el conductor llamó a la policía y la mujer fue arrestada, enjuiciada y condenada por transgredir el ordenamiento municipal. [3]

El hecho puso de manifiesto una vez más las condiciones de segregación a que estaban sometidas las personas afroamericanas, quienes tenían prohibido el acceso a piscinas, escuelas, restaurantes y un gran número de servicios públicos exclusivos para las personas blancas. [4]

Después de este evento se suscitaron diversas protestas en las que participó Rosa Parks y, finalmente en noviembre de 1956, el Tribunal Supremo de los Estados Unidos declaró inconstitucional la segregación racial en los autobuses. La orden del Tribunal Supremo llegó a Montgomery el 20 de diciembre. El 21, la población que había sido segregada volvió a subir a los autobuses, sólo que esta vez podían sentarse donde quisieran. [5]

Durante varios años, Rosa Parks, junto a Nixon, encabezó un esfuerzo de años para cambiar las leyes que permitían los linchamientos en su estado. En muchas ocasiones le respondieron que no prohibían los linchamientos porque eso sólo provocaría más linchamientos. Los esfuerzos de Parks y Nixon se duplicaron a pesar de seguir recibiendo negativas. Pero, al ser Rosa secretaria en la NAACP, una de sus principales responsabilidades fue registrar y catalogar todas las injusticias cometidas en su comunidad, siendo éste un trabajo particularmente duro que la confrontaba diariamente con la violencia de los poderes blancos.

La activista por la igualdad y no discriminación recibió diversos reconocimientos a lo largo de su vida, incluyendo la Medalla Spingarn, el premio más importante de la Asociación Nacional para el Avance de las Personas de Color, y el prestigioso Premio Martin Luther King Jr.[6] El 15 de septiembre de 1996 el presidente Bill Clinton otorgó a Parks la Medalla Presidencial de la Libertad, el más alto honor otorgado por el poder ejecutivo de los Estados Unidos. Al año siguiente, recibió la Medalla de Oro del Congreso, el premio más alto otorgado por la rama legislativa de los Estados Unidos.[7] Rosa Parks falleció a los 92 años en octubre de 2005. Fue velada en el Capitolio de Washington, siendo la primera mujer y la segunda persona afroamericana en recibir este trato, concedido sólo a 28 personas en la historia de los EE.UU.[8]

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