“Vicente Guerrero es un héroe de muchos rostros: militar digno e inteligente, reconocido por su valentía y sus habilidades para la guerra; un hombre de un espíritu incólume que antepuso su honor, su deber patrio y sus principios aún al amor filial; pero, sobre todo, fue un republicano fiel, que no torció el camino frente a la compra de su conciencia”.

Diego Prieto Hernández[1].

Director General del Instituto Nacional de Antropologia e Historia (INAH)

 

 

El 1 de abril de 1829 Vicente Guerrero toma posesión del cargo presidencial, siendo así la segunda persona en la historia de México en ocupar dicho cargo, su designación fue considerada como un triunfo del pueblo al ser una imagen política relacionada con la voluntad popular[2].

Vicente Ramón Guerrero Saldaña nació el 9 de agosto de 1782 en Tixtla, actualmente en el estado de Guerrero. Su padre fue Pedro Guerrero, un afromexicano, y su madre, Guadalupe Saldaña, era una indígena mexicana. De familia campesina y pobre, fue arriero y se dedicó a las labores del campo hasta que el movimiento de independencia llamó su atención, viendo en él la posibilidad de luchar por un mundo más justo y libre para el pueblo de la Nueva España la cual había sido fundada de una manera clasista y racista.

La labor polifacética de Vicente Guerrero marcó el ámbito social, militar y político de la primera mitad del siglo XIX. Estuvo bajo las órdenes de Morelos, miembro del ejército nacional insurgente que sobrevivió a la guerra y consumo la Independencia de México, representante del grupo de los yorkinos en las elecciones de 1828 y presidente de la República. Un hombre admirado y respetado por algunos por sus habilidades como militar, político, y por su inteligencia y alta moral, y despreciado y ofendido por otros cuyos prejuicios raciales lo hacían blanco de insultos, refiriéndose a sus capacidades intelectuales y su origen racial; pese a que él mismo expidió el 15 de septiembre de 1829 el decreto de la abolición de la esclavitud y clamo por los derechos ciudadanos para todos el sistema de castas había desaparecido de la legislación, pero el racismo prevaleció; muestra de esta incomodidad por el origen del general, son las imágenes que se plasmaron de él, que van del elogio al insulto, incluyendo el blanqueamiento intencionado para hacerlo más semejante a los ideales de la clases política y militar dominantes del momento[3].

Guerrillero, militar y político, tomó por primera vez las armas en la insurgencia junto a Hermenegildo Galeana, en 1810. Con el tiempo, José María Morelos reconoció sus méritos y valentía, nombrándolo capitán, ordenándole instruirse en el manejo de las armas, la fabricación de pólvora y las estrategias de guerra[4].

Cuando Morelos fue fusilado en 1816, Vicente Guerrero se mantuvo en pie de guerra y rechazó los ofrecimientos de indulto. Concentró sus esfuerzos en atacar y hostigar a las poblaciones ocupadas por las tropas realistas desde la cuenca del río Mezcala hasta la costa del Pacífico, atreviéndose a atacar al puerto de Acapulco. Hizo de la guerra de guerrillas el medio para mantener viva la llama de la independencia en el suroeste y sureste del país. Tuvo victorias y pérdidas, pero se mantuvo como figura de la resistencia y el levantamiento[5].

En 1821, el insurgente Guerrero, después de 11 años de guerra, vislumbró condiciones propicias para concluir el proceso independentista e inició comunicaciones con los jefes realistas para acordar la pacificación del país. Entre ellos estaba Agustín de Iturbide; su alianza dio origen al Ejército Trigarante o de la Tres Garantías, y colocó al movimiento independentista bajo tres principios regentes: religión, independencia y unión de todos los mexicanos. Después de encontrarse en Córdoba, Veracruz, con el recién llegado virrey Juan O’Donojú ―liberal de profunda congruencia― y firmar los tratados que dieron por terminada la guerra independentista, en septiembre de ese año, al mando de aquél ejército Iturbide entró triunfalmente en la capital.

En un principio, Iturbide proclamó la independencia y se puso al frente de un gobierno provisional. Pero un año después, el 21 de julio de 1822, se coronó emperador de México. En diciembre de ese año varios caudillos se levantaron en armas, y Guerrero se unió a la sublevación a favor de un sistema republicano junto a Antonio López de Santa Anna. Iturbide cayó en 1823, y, tras un periodo constituyente, el Congreso eligió como primer presidente de la República de México a Guadalupe Victoria (1824-1829), quien incluyó en su primer gabinete a Vicente Guerrero como ministro de Guerra[6].

En 1828 en el país hubo elecciones, pero el Congreso las declaró nulas y, el 12 de enero de 1829, otorgó el cargo presidencial a Guerrero, con Anastasio Bustamante como vicepresidente. En julio de 1829, durante su gestión, enfrentó con éxito el intento de reconquista por parte de un grupo bajo el mando del brigadier español Isidro Barradas. Guerrero envió a Santa Anna y Manuel Mier y Terán a enfrentarlos, y éstos consiguieron derrotarlos el 10 de septiembre, en Tampico[7].

Vicente Guerrero tomó posesión el 1 de abril de 1829; y a pesar de la situación política y económica que vivía el país, durante su gestión logró dar impulso a la educación gratuita, promovió la reforma agraria, expidió el decreto sobre la abolición de la esclavitud (promulgado por Miguel Hidalgo en 1810) y llevó a cabo la defensa de la Nación ante el intento de la reconquista española comandada por Isidro Barradas[8].

Lamentablemente el gobierno de Vicente Guerrero fue derrocado por el golpe de Estado perpetrado por Anastasio Bustamante, cuyo gobierno pagó al marinero genovés Francisco Picaluga para secuestrar y entregar a las autoridades mexicanas al presidente Vicente Guerrero, quien fue sentenciado a muerte el 14 de febrero de 1831 por un tribunal militar[9].

El 27 de octubre de 1849, el Congreso de la Unión, resarciendo el daño previo en la medida de lo posible, constituyó legalmente el Estado libre y Soberano de Guerrero en honor a este gran caudillo insurgente. Actualmente, los restos de Vicente Guerrero se encuentran en la Columna de la Independencia de la Ciudad de México, y desde 1971 su célebre frase: “La patria es primero” está grabada en letras de oro en el muro de honor del Salón de Plenos de la Cámara de Diputados.


[1] https://www.gob.mx/cultura/prensa/la-secretaria-de-cultura-y-el-inah-se-suman-al-homenaje-al-procer-vicente-guerrero-en-su-190-aniversario-luctuoso?state=published
[2] https://www.gob.mx/agn/es/articulos/agnrecuerda-a-vicente-guerrero-el-presidente-del-pueblo?idiom=es
[3] http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-16592011000200003
[4] https://www.biografiasyvidas.com/biografia/g/guerrero_vicente.htm
[5] https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/3374/VicenteGuerrero.pdf
[6] http://guerrero.gob.mx/articulos/vicente-guerrero-1782-1831/
[7] http://www.memoriapoliticademexico.org/Efemerides/4/01041829.html
[8] http://www.priags.org/efemerides/Efemeride.aspx?y=5574
[9] https://www.gob.mx/agn/es/articulos/agnrecuerda-a-vicente-guerrero-el-presidente-del-pueblo?idiom=es

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