Aniversario luctuoso de Benito Juárez Benemérito de las Américas
“Como ustedes saben, Benito Juárez nació en condiciones de pobreza muy difíciles: era un niño indígena y huérfano, pero fue más fuerte su valentía que todos los obstáculos que tuvo en la vida. Gracias a su enorme esfuerzo, a su sacrificio, terminó sus estudios y se volvió abogado. Llegó a ser Gobernador, Regidor, Rector, Presidente de la Suprema Corte y, finalmente, fue Presidente de la República.”
Jorge Aristóteles Sandoval Díaz discurso 21 marzo 2013
CCVII aniversario luctuoso de Benito Juárez

 

Benito Juárez nació en San Pablo Guelatao, Oaxaca, el 21 de marzo de 1806 y falleció el 18 de julio de 1872. Era zapoteco, como sus padres: Marcelino Juárez y Brígida García, quienes murieron cuando tenía tres años de edad[1]. Fue abogado, diputado federal, gobernador de Oaxaca, ministro de la Suprema Corte y presidente de la República Mexicana, pero sobre todo fue un gran luchador y reformador social. Importante político mexicano indígena y personaje relevante para un gran cambio en la historia de México gracias a la Constitución de 1857 y la Guerra de Reforma. En opinión de muchos, es la figura cumbre de la política mexicana del siglo XX.[2]

A los trece años se fue a la ciudad de Oaxaca, donde trabajó como cosechero de grana hasta que el encuadernador Antonio Salanueva lo protegió, permitiéndole estudiar. En 1821, a los quince años, Benito Juárez ingresó al Seminario de Santa Cruz, en la capital oaxaqueña, donde estudió latín, teología, moral y filosofía. Concluyó su bachillerato en 1827, para entra al siguiente año al Instituto de Ciencias y Artes, graduándose como abogado en 1834 [3]. Para entonces ya había iniciado su carrera política, como regidor del Ayuntamiento de Oaxaca (1831) y diputado local (1833). En 1841 fue diputado federal, y ocupo un periodo interino en la gubernatura estatal (hasta 1848), que se extendió por elección popular durante el siguiente período de Gobierno (hasta 1852). Procuró el equilibrio económico y realizó obras públicas: caminos, reconstrucción del Palacio de Gobierno, fundación de escuelas normales, levantamiento de una carta geográfica y el plano de la ciudad de Oaxaca. También reorganizó a la Guardia Nacional. Al terminar su mandato, el tesoro estatal tenía superávit.[4]

En 1855 decretó la Ley Juárez sobre Administración de Justicia y Orgánica de los Tribunales de la Nación y del Distrito Federal y Territorios Federales, una de sus grandes aportaciones republicanas. En ella se suprimen los fueros eclesiásticos y militares, y sus tribunales especiales. Está constituida por setenta y siete artículos, más otros cuatro transitorios. En esencia establece :[5]

Se suprimen los tribunales especiales, con excepción de los eclesiásticos y militares. Los tribunales eclesiásticos cesarán de conocer en los negocios civiles y continuarán conociendo de los delitos comunes de los individuos de su fuero, mientras se expide una ley que arregle ese punto. Los tribunales militares cesarán también de conocer de los negocios civiles, y conocerán tan solo de los delitos puramente militares o mixtos de los individuos sujetos al fuero de guerra. Las disposiciones que comprende este artículo son generales para toda la República, y los Estados no podrán variarlas o modificarlas.

En 1857 se publicó la Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos, y Juárez se apresuró a ponerla en práctica en lo relativo a la organización del Estado. Consideraba constituir y fortalecer a los Estados, pues temía que un estallido evitase poner en práctica los principios de libertad y de progreso presentes en el trascendental documento legislativo. Sólo si los Estados estaban organizados para contrariar cualquier levantamiento conservador, destruirlo y restablecer las autoridades legítimas, los principios liberales de la república mexicana permitirían el avance del país[6]. Fue capaz de ir a la guerra con tal de defender sus principios. Otra de sus grandes aportaciones fue el concebirse como ciudadano, par en una sociedad de iguales, sin distinción de credo, clase u origen. A Juárez le toco gobernar en condiciones muy difíciles, durante la conformación de una recién independizada nación que se construía bajo el acoso de potencias internacionales y entre guerras internas y disputa por el poder de grupos conservadores identificados sobre todo con poderes extranjeros y la iglesia, y los patriotas liberales que buscaban la independencia, la libertad, la justicia y sobre todo la soberanía, mientras el Presidente recorría el país con su embestidura llevando los poderes, y luchando por su respeto, y reconocimiento internacional.

En 1867, finalmente el liberalismo venció al conservadurismo de la época en los campos de batalla, y Juárez entró triunfante a la capital del país, ocupando la presidencia por quinta vez. La sobriedad fue su ejemplo .[7]

En 1872, cuando planeaba su reelección, falleció por un infarto en sus habitaciones de Palacio Nacional, donde residía. Era el 18 de julio, y tenía 66 años. Mucho se ha dicho alrededor de su muerte, hay registros de cuánto se le respetó y honró durante su vida y tras su fallecimiento. Su cadáver fue conducido al gran salón del palacio, y se permitió al pueblo despedirse de él. Su sucesor, Sebastián Lerdo de Tejada, decretó de inmediato el luto nacional. Cada cuarto de hora, sonaron cañonazos: el último fue el día 23 a las dos de la tarde, cuando terminó el entierro del Benemérito de la Américas en el Panteón de San Fernando .[8]

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