Fallece Lucio Cabañas, profesor y líder social forzado a convertirse en guerrillero para defender los derechos de la población
“Las pésimas condiciones de vida de los guerrerenses corresponden a su atraso político. En los 80 años recientes la normalidad institucional se ha visto afectada por cuatro veces en que se «disolvieron los poderes», la deformada fórmula constitucional con que los presidentes deponían a gobernadores desafectos o incómodos.” Las escandalosas prácticas electorales generaban desconfianza y un alto grado de abstencionismo, en tanto que las autoridades gobernaban “con mano dura”. Esta difícil realidad explica los múltiples levantamientos que se han dado en esa entidad.”

Miguel Ángel Granados Chapa
Periodista

 

Lucio Cabañas Barrientos nació el 15 de diciembre de 1938 en Guerrero, uno de los estados más pobres de la República Mexicana, en donde por décadas se han concentrado los mayores índices de pobreza y corrupción, así como los más deficientes servicios de salud y un atraso político que se manifestó por mucho tiempo en la manipulación de las elecciones. Asimismo, los descontentos que generaba tal situación han desembocado en sangrientas represiones[1].

Lucio Cabañas cursó la educación secundaria en la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, en Ayotzinapa, lugar en el que se destacó como dirigente estudiantil y se graduó como normalista a los 24 años, en 1963. Comenzó a impartir clases como profesor de educación primaria en un ejido en Mezcaltepec, pueblo cercano a una zona de bosques. En aquel sitio, Lucio Cabañas se unió a los movimientos derivados del descontento de los ejidatarios contra las compañías madereras que habían incumplido con los contratos firmados con los campesinos. Para evitar que las compañías siguieran talando, bloquearon con troncos de árboles el paso hacia Mezcaltepec y lograron expulsar a los madereros de la zona. En respuesta represiva, las autoridades educativas ordenaron su reasignación a otra ubicada en la cabecera Atoyac.

El 18 de mayo de 1967, la Sociedad de Padres de Familia de la escuela primaria Juan N. Álvarez –cercana a la escuela Modesto Alarcón, en donde él enseñaba–, solicitó a Lucio Cabañas que encabezara la protesta en la que pedirían la destitución de la directora de la escuela, quien exigía uniformes a los niños cuyas familias no tenían dinero ni para garantizar la necesidad básica de comer. La directora, además de exigir cooperaciones, imponía castigos a las familias que no accedieran a cumplir la petición. Fue entonces cuando policías judiciales, bajo órdenes del gobernador Raymundo Abarca Alarcón, llegaron a disolver el mitin y dispararon en contra de los padres de familia, quitándoles la vida a cinco de ellos e hiriendo a tres más.

Lucio Cabañas logró escapar y se fue a la sierra, donde fundó el Partido de los Pobres (PDLP) –la expresión orgánica de la guerrilla– y la Brigada Campesina de Ajusticiamiento (BCA), su brazo armado contra los enemigos del pueblo. Mientras que la brigada era el grupo guerrillero, el PDLP era una organización de índole política no electoral. Se habló entonces de una revolución de los pobres. No obstante, el ideario era el pobrismo, no el socialismo propiamente dicho.

Mientras el profesor normalista permaneció en la sierra guerrerense combatiendo al Ejército, se mantuvo llevando a cabo “expropiaciones”, como denominan los guerrilleros a los despojos de dinero o bienes de los ricos para favorecer la lucha armada. Asimismo, planeó detenciones, entre las que se cuenta la del conocido político priista, empresario transportista y entonces candidato a gobernador de Guerrero, Rubén Figueroa.

Figueroa propuso a Cabañas una entrevista en la cual intentaría persuadirlo de abandonar la guerrilla a cambio de dinero y un espacio político para que actuara de manera legal a través del Partido de los Pobres. Sin embargo, Lucio se rehusó a aceptar tales propuestas, de modo que, al internarse Figueroa a la sierra fue retenido hasta ver cumplidas las exigencias de la guerrilla, las cuales consistían básicamente en armas, municiones, 50 millones de pesos y la transmisión a nivel nacional de una cinta con discursos y canciones revolucionarias. Casi tres meses después, el Ejército rescató a Figueroa, quien regresó a tomar posesión de la gubernatura, convirtiéndose en un fuerte enemigo de los grupos armados sobrevivientes.

La guerrilla de Cabañas fue de las más importantes de finales de los años 60 y principios de la década siguiente y, a diferencia de otras surgidas después del movimiento estudiantil de 1968, fue rural y no urbana. Durante siete años y medio que permaneció como “alzado” en la sierra de su estado natal también intentó vincularse con los movimientos urbanos del país, como en la Liga Comunista 23 de Septiembre. Por esto, enfrentó la persecución sistemática del Ejército, que llegó a concentrar la cuarta parte del total de sus efectivos en un solo estado de la República.

El 2 de diciembre de 1974, Lucio Cabañas Barrientos fue asesinado en un enfrentamiento con el Ejército Mexicano en El Otatal, Guerrero (al sureste de Iguala) cuando una partida de 200 soldados se enfrentó a un grupo de cuatro guerrilleros, quienes acudían a una reunión delatada por Mariano Santiago Vázquez.

Todos los miembros de la guerrilla, junto con Lucio Cabañas, fueron perseguidos, detenidos, torturados, desaparecidos y asesinados por militares, policías secretos de la Dirección Federal de Seguridad y por los policías comandados por Arturo Acosta Chaparro durante el gobierno del presidente Luis Echeverría. Consecuentemente, Acosta Chaparro pasó a ser el jefe de seguridad del gobernador guerrerense Rubén Figueroa, el mismo que durante su campaña electoral en 1974 había sido secuestrado por el Partido de los Pobres y la Brigada Campesina de Ajusticiamiento.

Lucio Cabañas Barrientos es uno de los símbolos de la resistencia popular frente a la ahora denominada Guerra Sucia, un mecanismo de represión del Estado que, a lo largo de los gobiernos de Luis Echeverría (1970-1976) y José López Portillo (1976-1982), enfocó sus fuerzas en desestimar y eliminar los focos de resistencia popular obrera y campesina, así como luchas, insurgencias y demandas por derechos básicos en diversas geografías del país.


[1]Enrique Ávila Carrillo y Efraín Gracida Camacho. Calendario cívico escolar. México, Quinto Sol, México, 2019. Págs. 240-241.

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