Leona Vicario Heroína de la independencia, Benemérita Madre de la Patria.
“Mis acciones y opiniones han sido siempre muy libres, nadie ha influido absolutamente en ellas, y en este punto he obrado siempre con total independencia, y sin atender a las opiniones que han tenido las personas que he estimado. Me persuade que así serán todas las mujeres.”
 
Leona Vicario
Carta a Lucas Alamán publicada en El Federalista Mexicano 1832
 
 

María de la Soledad Leona Camila Vicario Fernández de San Salvador nació el 10 de abril de 1789, en la Ciudad de México. Fue una periodista, intelectual, activista social y notable heroína de la Independencia de México, hija del comerciante español Gaspar Martín Vicario y la criolla Camila Fernández de San Salvador y Montiel, descendiente de Ixtlilxóchitl II, gobernante de Texcoco[1].

Leona Vicario recibió una gran educación, lo cual era muy inusual para las mujeres de su época. Estudió Bellas Artes y Ciencias, desarrollando a través de sus estudios un enorme sentido crítico frente al mundo. Años después comenzó a ejercer el periodismo[2].

Leona fue reflejo de la incipiente liberación femenina de la época. Se emancipó a los 17 años, ya huérfana, y en lugar de vivir en la casona de su padrino don Agustín Pomposo Fernández de San Salvador, decidió mudarse a una residencia en la calle don Juan Manuel N°19 (hoy República de Uruguay), en el Centro Histórico de la Ciudad de México. A través de su padrino eminente abogado que fue rector de la Real y Pontificia Universidad de México conoció a su esposo, Andrés Quintana Roo, oriundo de Mérida, Yucatán, hoy considerado otro de los próceres de la independencia mexicana. Ambos se influenciaban y admiraban, y se unieron oficialmente a la lucha insurgente junto a Morelos. La pareja se encontraba profundamente molesta con el gobierno de José I Bonaparte en España, y el de Félix María Calleja en el virreinato, el cual había asumido tras la destitución de José de Iturrigaray, por un golpe de Estado[3].

Leona empezó su participación paulatinamente en la actividad política, de la discusión sobre los acontecimientos políticos de actualidad, espiar, informar, a pasar a financiar el movimiento, apoyarlo concretamente hasta formar parte de la insurgencia. Colaboraba en los periódicos El Ilustrador Americano (1812-1813) y el Semanario Patriótico Americano (1812-1813), labor periodística que continuó hasta consumada la Independencia cuando, en 1831 –bajo el gobierno autoritario de Anastasio Bustamante—, fundó junto a su marido El Federalista. Fue en el periódico El Ilustrador Americano donde los insurgentes notaron su trabajo y se pusieron en contacto con ella. Tras el inicio del movimiento independentista, Leona se unió a la rebelión e ingresó en una sociedad secreta llamada “Los Guadalupes”, formada por criollos con recursos económicos y acceso a información estratégica que les transmitían a los insurgentes. Pasaron a ser una parte fundamental para la comunicación clandestina con estos líderes, proporcionando desde elementos materiales básicos hasta armas, incluso intentando hacerles llegar una imprenta. Así, Leona invirtió su fortuna en el financiamiento de la lucha independentista y se convirtió en la líder de una red de mensajería con la que garantizaba la correspondencia entre insurgentes y sus familiares[4].

Expresó que el único motivo que la llevaba a participar en el movimiento de independencia su “infinito anhelo de ver libre a su patria, y por realizarlo no vaciló en sacrificar la posición envidiable que siempre había tenido” [5].

Durante la guerra de independencia, Leona Vicario enviaba ropa, medicina y armas a los insurgentes, así como información sobre los movimientos políticos y militares ocurridos en la capital, estableciendo una comunicación en clave mediante informes publicados en El Ilustrador Americano. Cuando participó en el frente de batalla, también continuó difundiendo noticias sobre lo que presenciaba[6].

Su primera detención ocurrió en febrero de 1813, cuando fue delatada por conspirar contra la Corona española, apoyando el aprovisionamiento de las fuerzas insurgentes. Fue encarcelada en el Convento de Belén de las Mochas y sometida a proceso por la Real Junta de Seguridad y Buen Orden. Fue interrogada respecto a sus conexiones con los insurgentes, pero nunca delató a ninguno de sus compañeros ni sus acciones. Luego de fugarse con la ayuda de López Rayón, Leona se reencontró y casó con Quintana Roo. A la pareja se le ofreció un indulto a cambio de abandonar el movimiento de Independencia, pero se negaron[7].

En 1817 Leona dio a luz en una cueva de Achipixtla, en la Tierra Caliente michoacana a su primera hija, Genoveva, y al poco tiempo fue apresada junto con la recién nacida. Una vez más le fue ofrecido el indulto, pero esta vez con la condición de irse a España, ella aceptó y mientras esperaba los documentos necesarios para partir, fue llevada a Toluca en confinamiento. Fue indultada y le fueron restituidos sus bienes, volviendo a su casa en la Ciudad de México. Con el triunfo independentista en 1821, Leona se alejó de la escena pública, pero siguió siendo blanco de ataque e insultos por parte de la prensa de la época. La ocasión más conocida fue la carta pública que Lucas Alamán, ministro en el gobierno de Anastasio Bustamante, le dedicó en 1831 en El Federalista Mexicano. En ella, Alamán acusó a Leona de haberse unido a los rebeldes solo por seguir a Quintana Roo en un impulso de "heroísmo romancesco", más que por tener una ideología o convicción política propia. La respuesta de Leona no se hizo esperar: Confiese usted, señor Alamán, que no sólo el amor es el móvil de las acciones de las mujeres: que ellas son capaces de todos los entusiasmos y que los deseos de la gloria y la libertad de la patria no les son unos sentimientos extraños, antes bien, suelen obrar en ellas con más vigor, como que siempre los sacrificios de las mujeres, sea cual fuere la causa por quien los hacen, son más desinteresados y parece que no buscan más recompensa de ellas, más que la de que sean aceptados […] Mis acciones y opiniones han sido siempre muy libres, nadie ha influido absolutamente en ellas, y en este punto he obrado siempre con total independencia, y sin atender a las opiniones que han tenido las personas que he estimado. Me persuado que así serán todas las mujeres, exceptuando a las muy estúpidas, o a las que por efecto de su educación hayan contraído un hábito servil. De ambas clases también hay muchísimos hombres[8].

Leona Vicario representa una lucha por la igualdad, la libertad y la justicia, así como la reivindicación de los derechos de las mujeres. La heroína de la independencia murió el 21 de agosto de 1842 a los 53 años de edad en la Ciudad de México, y fue declarada Benemérita Madre de la Patria el 25 de agosto del mismo año. Sus restos descansan en el monumento a la Independencia junto con los de su esposo Andrés Quintana Roo[9].

 


[1] https://www.gob.mx/segob/es/articulos/conoce-mas-acerca-de-leona-vicario?idiom=es
[2] https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/6/2918/10.pdf
[3] https://www.inah.gob.mx/boletines/9358-leona-vicario-emblema-mexicano-de-la-liberacion-femenina
[4] https://www.bbc.com/mundo/noticias-51847048
[5] https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/6/2918/10.pdf
[6] https://inah.gob.mx/boletines/8874-leona-vicario-la-mujer-fuerte-de-la-independencia
[7] http://www.archivohistorico2010.sedena.gob.mx/leona-vicario--fernandez-de-san-salvador
[8] http://www.memoriapoliticademexico.org/Textos/2ImpDictadura/1831-LV-LA.html
[9] https://www.gob.mx/segob/es/articulos/conoce-mas-acerca-de-leona-vicario?idiom=es

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