Mujeres en México votan por primera vez
“En esta fecha se debe recordar a las mujeres que con su trabajo y su vida cambiaron paradigmas, ya que ello permitió que hoy exista una Cámara de Diputados paritaria y México esté posicionado como el país con más mujeres legisladoras. El reto es construir un México donde haya por primera vez igualdad de oportunidades, sin matrimonio infantil, sin violencia, donde todas y todos sean responsables del trabajo doméstico y de cuidados.”

Merary Villegas Sánchez
Diputada federal 2022

 

El 3 de julio de 1955 las mujeres emitieron por primera vez su voto en México, hecho que implicaba uno de los mayores reconocimientos a sus derechos. En esa ocasión se elegía a los diputados federales para la XLIII Legislatura. [1]

En el año de 1923 se celebró en México el Primer Congreso de la Liga Panamericana de Mujeres, al que asistieron más de cien delegadas de todos los estados del país. Entre ellas se encontraban las dirigentes feministas más importantes del momento: Luz Vera, Margarita Robles de Mendoza, Matilde Montoya, Columba Rivera y Julia Nava de Ruíz Sánchez, entre otras. En este encuentro se resolvió enviar al Congreso de la Unión una petición de igualdad de derechos políticos para hombres y mujeres. Así, para fines de aquella década, la cuestión del sufragio femenino pasó a formar parte de la agenda de los partidos políticos.

En 1937, durante el gobierno de Lázaro Cárdenas, se lanzó la iniciativa de reforma al artículo 34 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; en ella se solicitó por primera vez el derecho a la mujer de votar y obtener cargos de elección popular. Dicha iniciativa fue aprobada por ambas Cámaras, de Senadores y de Diputados, pero en la última fase del proceso legislativo no se hizo la declaratoria de Reforma Constitucional, como indica el artículo 135, y la cuestión quedó en el aire. [2]

Años después, el 6 de abril de 1952, más de 20 mil mujeres se agruparon en el Parque 18 de marzo de la Ciudad de México, exigiendo al entonces candidato presidencial Adolfo Ruíz Cortines que hiciera cumplir su gran promesa de plasmar en la Constitución el derecho de las mexicanas a votar y ser electas. [3]

El 17 de octubre de 1953, Adolfo Ruíz Cortines –ya presidente de la nación–, publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) un decreto donde anunciaba la promulgación de las reformas constitucionales, otorgando a las mujeres el derecho a votar y ser votadas para puestos de elección popular. [4]

Sin embargo, y es importante destacarlo, a pesar de este gran avance pasaron años antes de que el sufragio femenino se viera realmente proyectado en la elección de mujeres candidatas para cargos federales. Las primeras sufragadas fueron Aurora Jiménez (4 de julio de 1954), primera diputada federal en la historia de México, por Baja California; María Lavalle Urbina, por Campeche, y Alicia Arellano Tapia por Sonora, primeras senadoras electas el 4 de julio de 1964, y Griselda Álvarez, gobernadora por Colima en 1979. [5]

Con el paso del tiempo se fueron creando diversas instituciones para brindar apoyo a las mujeres. Un ejemplo es el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES), área prioritaria para la toma de decisiones. La participación femenina en la vida política del país ha contribuido a la consolidación de la democracia; su presencia en ámbitos de toma de decisiones, tanto públicos como privados, es condicionante del mejoramiento de los niveles de vida sociales y económicos, y en el proceso general del desarrollo de las políticas a favor de la igualdad y la equidad de género: la reforma político-electoral en materia de Paridad entre Géneros (31 de enero de 2014). En ella se eleva a rango constitucional la garantía de la paridad entre mujeres y hombres en las candidaturas a la Cámara de Diputados, Senado y Congresos Estatales. En el artículo 41 constitucional, esta reforma establece lo siguiente: “Los partidos políticos tienen como fin promover la participación del pueblo en la vida democrática, contribuir a la integración de los órganos de representación política y, como organizaciones de ciudadanos, hacer posible el acceso de éstos al ejercicio del poder público, de acuerdo con los programas, principios e ideas que postulan y mediante el sufragio universal, libre, secreto y directo, así como las reglas para garantizar la paridad entre los géneros, en candidaturas a legisladores federales y locales”. En la actualidad, la presencia de la mujer en cargos de elección popular es una realidad incuestionable y firme en la cultura política de nuestro país. [6]

En 2022, el Pleno del Primer Congreso de la Ciudad de México —un Congreso con equidad absoluta, conformado por 33 diputadas y 33 legisladores— conmemoró el 67 Aniversario del Voto de la Mujer en México, destacando la necesidad de lograr la erradicación de la violencia y alcanzar la paridad total. También se pronunciaron por continuar la lucha por alcanzar la igualdad sustantiva, el acceso a la justicia y consolidar una sociedad más equitativa.

Las y los integrantes de la I Legislatura del Congreso local recordaron que hace 67 años, el 17 de octubre de 1953, se publicaron en el Diario Oficial de la Federación, las modificaciones constitucionales que permitieron el sufragio femenino.

La legisladora Lilia Sarmiento Gómez aseguró que hablar del derecho al voto femenino, "nos remite a una diversidad de intensas luchas por la reivindicación de derechos” y aseguró que gracias al movimiento feminista sufragista "podemos participar en los tres órdenes de gobierno y con ello tener la oportunidad de consolidar una sociedad más justa y equitativa". [7]

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