Henry David Thoreau - Desobediencia civil
“¿Es la democracia, tal como la conocemos, la última mejora posible
de gobierno? ¿No es posible adelantar un paso en el reconocimiento
y la organización de los derechos del hombre? Jamás existirá un
Estado realmente libre e iluminado hasta cuando ese Estado
reconozca al individuo como un poder más alto e independiente, del
cual se deriva su propio poder y autoridad y lo trate de acuerdo a
ello.”

Henry David Thoreau
Desobediencia civil,1848.

 

Henry David Thoreau nació el 12 de julio de 1817 en Concord, Massachusetts, Estados Unidos. Fue un escritor, poeta y filósofo, con vínculos al movimiento trascendentalista. Una corriente que buscaba nuevas relaciones con el universo y con el alma. Vivió 44 años y es considerado como uno de los padres de la literatura estadounidense. Causó un gran impacto en el mundo intelectual de su tiempo y en las generaciones posteriores. En sus libros más aclamados, Walden (1854) y la Desobediencia civil (1848), expuso brillantemente distintos fundamentos morales que enraizarían en las corrientes de izquierda y ecologistas de las décadas siguientes e inspirarían a muchos movimientos sociales en defensa de los derechos humanos en el mundo.[1]

Thoreau fue uno de los primeros impulsores de la creación de un sistema de parques nacionales en los Estados Unidos, y un apasionado defensor del trato ético hacia todo ser vivo. Abrazó las religiones orientales, más cercanas a la naturaleza, desatando con ello la ira de los fundamentalistas de su época, que lo acusaron de blasfemia.[2]

Desde 1841 a 1843 Thoreau vivió en la casa del filósofo Ralph Waldo Emerson quien lo introdujo en el pensamiento trascendental, tratándolo como si fuera su hijo. Le cedió un terreno cerca del estanque Walden, donde construyó una pequeña cabaña. El 4 de julio de 1845, día de la independencia estadounidense, Thoreau se estableció en ella para dedicar su tiempo a la contemplación de la naturaleza y la vida en solitario. Fue un experimento de dos años que quedó plasmado a modo de diario en el libro Walden. Tuvo buenas críticas, aunque sólo vendió dos mil ejemplares.

Analista y crítico del progreso a costa de la naturaleza y de la sociedad, Henry David Thoreau también es un ejemplo de desacato civil. Esta actitud lo llevó a prisión en 1846, cuando fue encerrado una noche en la cárcel local de Concord por negarse a pagar impuestos. Adujo, entre otras razones, su negativa a colaborar con un Estado que mantenía el régimen de esclavitud y emprendía guerras injustas. Se refería, en concreto, a la guerra que en aquel momento habían declarado los Estados Unidos a México.[3]Thoreau se opuso al esclavismo norteamericano y promulgó ideas muy avanzadas para esa época de guerras, violencia y escasez.

En 1849 publicó un conjunto de escritos sobre sus acciones contra la guerra con el título Resistencia al gobierno civil. Sin embargo, este ensayo es generalmente conocido por el título que se le dio a la antología de sus trabajos publicada dos años después de su muerte (1866): Desobediencia civil. En este trabajo sentó las bases de lo que hoy en día se conoce como resistencia pasiva como método de protesta: la justificación del rechazo público, consciente, colectivo y pacífico a acatar leyes o políticas gubernamentales consideradas injustas o inmorales. Dentro de esta obra, Thoreau plantea las causas que adormecen la conciencia, destacando entre ellas el relajar la responsabilidad individual en un Estado opresor de aquéllos a quienes se debe. También niega la virtualidad de las decisiones de la mayoría para prevalecer sobre la conciencia personal.[4]

¿Pero, qué es la desobediencia civil? La definición comúnmente aceptada fue elaborada y trabajada por filósofos como Hugo Adam Bedau (1961), John Rawls (1971) y Jürgen Habermas (1985) quienes la definieron como una acción de protesta colectiva, moralmente fundamentada, pública, ilegal, consciente y pacífica que, violando normas jurídicas concretas, busca producir un cambio parcial en las leyes, en las políticas o en las directrices de un gobierno. Su finalidad es generar una reflexión colectiva capaz de tumbar la ley injusta, que los ciudadanos tomen conciencia sobre el mal que provoca e invitarlos a movilizarse para acabar con ella. [5]

Aunque Thoreau es considerado la primera referencia histórica de la desobediencia civil, fue hasta 1913 que la noción se generalizó cuando Mahatma Gandhi la usó como reacción ante las fuerzas colonialistas inglesas en la India. En los Estados Unidos tres mujeres negras la utilizaron cuando se negaron a ceder su asiento a personas blancas: Ida B. Wells (1884) líder antisegregacionista en un tren en Memphis; Irene Morgan Kirkaldy (1944) pionera del movimiento por los derechos civiles, y la más conocida, Rosa Parks (1955) en Alabama.

A partir de entonces diversos movimientos y grupos sociales han adoptado la desobediencia civil por diversas causas: En los Estados Unidos contra la guerra de Vietnam; en Checoslovaquia contra la invasión soviética; en Alemania contra las armas nucleares; en Brasil, las acciones del Movimiento de los Sin Tierra. En Francia el movimiento de "los parados" y a las protestas de los inmigrantes. Acciones de los movimientos ecologistas como Greenpeace y OXFAM, algunas de las acciones del Foro Social Mundial; las manifestaciones contra la guerra de Irak en los Estados Unidos y en otras partes del mundo.

Todos estos son ejemplos de expresiones colectivas que han apelado a la desobediencia civil como estrategia para reivindicar los derechos, para cuestionar las leyes y las políticas gubernamentales o para confrontar a las corporaciones trasnacionales.

En México, también se ha apelado a la desobediencia civil. En 1988, luego de una jornada electoral plagada de irregularidades (que hacen suponer un fraude masivo), el entonces candidato presidencial del Frente Democrático Nacional, Cuauhtémoc Cárdenas, convocó a movilizaciones en defensa del voto frente a los resultados oficiales que daban el triunfo a Carlos Salinas de Gortari. Manuel Clouthier, entonces candidato del pan a la presidencia, llamó a la "resistencia civil" exigiendo una reforma electoral "verdaderamente democratizadora". En 2001 ejidatarios del municipio San Salvador Atenco llamaron "resistencia civil" al movimiento que impulsaron para impedir la expropiación de más de mil hectáreas de la zona donde se pretendía construir un aeropuerto[6].

Cada vez que la ley invade y vulnera injustamente los derechos humanos, los ciudadanos tienen el derecho de exigirlos, y se justifica el uso de la desobediencia civil, al ampararse en el ejercicio de tres derechos fundamentales reconocidos en la generalidad de constituciones: libertad de conciencia, libertad de expresión y participación política. [7]

El ciudadano que practica la desobediencia civil ejerce su libertad de expresión al buscar transmitir un mensaje de denuncia contra la ley injusta. Ejerce su libertad de conciencia, pues la ley choca contra sus principios éticos más elementales y siente la necesidad moral de combatirla, ya que permanecer quieto ante la injusticia es incompatible con su conciencia. La desobediencia civil se ampara en la participación política, pues al ejercerla se busca participar en los asuntos públicos mejorando la realidad social.[8]

En cuanto a Henry David Thoreau, falleció de tuberculosis en Concord, Massachusetts en 1862, a los 44 años. Tanto Mahatma Gandhi como Martin Luther King Jr., líder del movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos, acreditaron a su obra la definición de los movimientos sociales que encabezaron, innovando el siglo XX. En nuestros tiempos, el ejemplo de Thoreau prevalece y su fundamento cada vez está más presente.