José Pérez Ocaña nació el 24 de marzo de 1947 en Cantillana (Provincia de Sevilla, España). Fue un pintor y actor quien destaca por haber sido un icono de resistencia de la dictadura franquista durante la transición española, asimismo también es una de las figuras clave olvidadas por la historiografía del arte español. Ocaña tuvo una vida muy corta y fugaz, pero a pesar de eso, fue considerado un artista de un enorme potencial creativo e innovador, desarrollando una obra muy extensa y numerosa que abarca diversas disciplinas como la pintura, la escultura, el dibujo, la performance e incluso el cine. Su obra es calificada de novedosa y transgresora, producida en un contexto sociocultural irrepetible y de extraordinario valor antropológico. Sus presentaciones y acciones diversas, coetáneas al nacimiento del movimiento punk y de los primeros movimientos de protesta LGBT, prefiguraron las prácticas de desobediencia sexual y de género que comenzarían a agruparse bajo el nombre de 'activismo queer' a principios de los años ochenta[1].
En 1969 Ocaña es llamado a cumplir el servicio militar junto a su hermano mellizo. Tras el periodo de recluta destinan a Ocaña a Madrid a servir como ascensorista en el Ministerio de Marina. En dicho lugar comienza a visitar museos, copiar y pintar del natural, conocer a los grandes maestros de la pintura y vive nuevas experiencias. Es así como Madrid le abrió a Ocaña nuevos horizontes personales y sobre todo artísticos. Como militante homosexual Ocaña luchó arduamente por defender esta condición en unos momentos que no eran nada fáciles ya que se presentó cuando comenzaba la transformación política y social y el tema gay todavía no estaba tolerado por la sociedad. Con la finalidad de apoyar participó en casi todas las manifestaciones de homosexuales de Barcelona y posteriormente en 1978 Ocaña protagonizó una de las pocas películas españolas que se ha hecho sobre el tema de la homosexualidad. Bajo las órdenes del director Ventura Pons rodó Ocaña, retrato intermitente[2].
Dentro de los cuadros que destacan del artista podemos mencionar la pintura que hizo de la virgen, asimismo Ocaña se autodefinió como fetichista religioso, pero también a otros aspectos más íntimos de su vida: su familia, sus amores y, por supuesto, a una Andalucía que tildaba de «cuadro surrealista» y de la que nunca escapó. La represión de su Cantillana local, tan religiosa, chocaba frontalmente con la Barcelona libertaria de los setenta y ambas localidades tuvieron un fuerte impacto en su obra. Y en sus otras personalidades[3].
Pero todo poco a poco fue llegando a su fin, cuando el día 2 de septiembre de 1982 participó en la Semana de la Juventud de Sevilla, durante dicha festividad el pintor y actor se disfrazó de sol, construido con papel. En las puntas del astro había colocado bengalas mismas que provocaron que se prendiera la vestimenta del actor. El incidente, parece ser que adquirió mayores proporciones debido a que Ocaña llevaba puesto un chaleco de fibra sintética que ardió con suma facilidad. Lo trasladaron al hospital y se le diagnosticó quemaduras en un 35 por ciento de su cuerpo. Además, durante el proceso de recuperación, se le observaron las secuelas de una hepatitis mal curada, es por ello que por esta enfermedad y por las quemaduras sufridas Ocaña falleció el 24 de marzo de 1983. Fue enterrado en el cementerio de su pueblo natal, Cantillana[4].
[1] idus.us.es › bitstream ›
[2] https://larosadelvietnam.blogspot.com/2008/03/la-muerte-de-ocaa-en-la-prensa.html
[3] https://www.revistacactus.com/todos-los-ocana-posibles/
[4] https://larosadelvietnam.blogspot.com/2008/03/la-muerte-de-ocaa-en-la-prensa.html