Día Mundial de la Salud (OMS)

La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 7 de abril, el Día Mundial de la Salud, por medio de la resolución [A.2/Res.35 de AMS]. Esta resolución tiene como objetivo llevar la atención de los gobiernos, así como de sus pueblos, para la promoción efectiva de la cobertura sanitaria universal. Llevar al seno mismo de las comunidades, donde quiera que se encuentren, los servicios de atención a la salud necesarios .[1]

Aun cuando se ha creado conciencia a nivel mundial, acerca de la necesidad urgente e inmediata de estos servicios, en el mundo todavía existen millones de personas que requieren servicios de salud y no tiene un debido acceso a ellos. Millones de personas, se siguen viendo obligadas a hacer una elección, entre la salud y otros servicios básicos, como alimentación, techo y vestido .[2]

Hoy en día, en todo el mundo se padece una crisis sanitaria debido al COVID-19 (coronavirus) y la campaña de este año 2021 tiene como objetivo: construir un mundo más justo y saludable. Lo anterior debido a que, a raíz de esta pandemia el COVID-19 ha afectado duramente a todos los países, pero su impacto ha sido más severo en aquellas comunidades que ya eran vulnerables, que están más expuestas a la enfermedad, tienen menos probabilidades de tener acceso a servicios de atención médica de calidad y más probabilidades de experimentar consecuencias adversas como resultado de las medidas implementadas para contener la pandemia.

Es por eso que la OMS solicita a los líderes que garanticen que todos tengan condiciones de vida y de trabajo propicias para la buena salud. Al mismo tiempo, insta a los líderes a monitorear las inequidades en salud y a garantizar que todas las personas puedan acceder a servicios de salud de calidad cuando y donde los necesiten .[3]

En México las autoridades sanitarias han acordado medidas extraordinarias con la finalidad de mitigar la dispersión y transmisión del virus SARS-CoV-2 en la comunidad, para disminuir la carga de enfermedad por COVID-19 a nivel hospitalario. Asimismo, el Gobierno de México invito a la población a contribuir protegiendo y apoyando a las enfermeras y los enfermeros de México, que estarán al frente para atender a las personas que desarrollen COVID-19 . [4]

A principios de enero del 2020, antes de que llegara el virus a México, el gobierno mexicano, diseño tempranamente su estrategia con tres fases: la Fase 1 contemplaba la llegada del virus SARSCOV-2 al país de manera importada, a través de viajeros internacionales donde se tendrían primero brotes familiares por contactos con estos viajeros internacionales; la Fase 2 Comunitaria, donde el virus continuaría transmitiéndose y se tendrían ya casos, brotes en ciudades y municipios, para finalmente llegar a la Fase 3 Epidémica, donde ya se esperaba transmisión regional, y nacional, a través de una diseminación, es decir epidemia. Cada fase fue precisamente definida para identificar en cada una de ellas la respuesta en todos los campos de acción y para el 31 de enero del 2020, se presentaron ante el Comité Nacional de Seguridad en Salud, donde intervienen diversas dependencias federales que contribuyeron desde un principio para implementar el plan con una condición inicial, aplicar la primera intervención poblacional generalizada, coordinada desde el gobierno federal con las entidades federativas: la Jornada Nacional de Sana Distancia, con la que durante 2 meses, aproximadamente, se implementó toda una serie de medidas para disminuir la movilidad poblacional y así disminuir la transmisión de persona a persona, con el objetivo principal de poder generar y ganar este espacio de tiempo, para poder escalar lo más pronto y rápidamente posible la capacidad hospitalaria que permitiera empezar a atender y dar servicio a los casos graves y los casos críticos de la enfermedad, que se esperaban sobre todo para el final de la Fase 2 Comunitaria y la Fase 3 Epidémica. Esta previsión, permitió que se pudieran tener camas suficientes, tanto generales como con ventilador, para poder hacer frente a la demanda de atención y de este modo, contribuir a que las personas al tener esta atención médica especializada tuvieran una mejor oportunidad para superar la enfermedad, aun cuando es sabido, que las complicaciones del COVID en función de los factores de riesgo y las co-morbilidades de las personas, también producen defunción.

En México, como en muchos otros paises, no se contaba con una base de capacidad hospitalaria, como resultado de políticas de privatización del sector salud aplicadas durante gobiernos anteriores, así como la nula implementación de mejoras, inversión, equipamiento de instalaciones, y escasez de personal especializado; por lo que en México, se tuvo que trabajar rápida y arduamente para suplir las carencias de camas con ventilador, de especialistas necesarios para atender esas camas, entre otros aspectos como establecimiento de un programa de ayuda económica para poblaciones vulnerables, o afectadas por COVID-19; a pequeñas y medianas empresas, trabajadores del sector servicios: taxistas, meseros, artistas, entre otros, con una visión a largo plazo para apoyo a la población en confinamiento y palear los estragos económicos. Lo anterior generó resultados positivos que han permitido mantener control de la pandemia y de la crisis económica, generar confianza y seguridad a la población, además de recibir reconocimiento de la comunidad internacional, e incluso algunas de estas medidas han sido replicadas en otros paises. Por su parte la Organización Mundial de la Salud (OMS), felicito las medidas sociales y de salud pública aplicados por México, y el plan de ayuda económica, y manejo de crisis[5]; la Organización Panamericana de la Salud (OPS) reconoció al Gobierno de México por la creación del Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI) y felicitó al Presidente Andrés Manuel López Obrador por esta iniciativa que, dijo, permitirá avanzar hacia la salud universal en el país.[6] Entre otras menciones.

Por otro lado, la estrategia de vacunación contra la COVID-19 implica otros grandes retos, entre los que destacan los diferentes requerimientos de manejo y administración de los prospectos de vacunas, la poca disponibilidad mundial de vacunas en el corto y mediano plazo y la necesidad de no afectación a la operación del programa de vacunación existente en el país.

Desde el inicio de la pandemia en el mundo, México conociendo sus necesidades, previendo y planeando su actuar para poder dar respuesta a la urgencia, participa de manera activa en diversas iniciativas para tener acceso a la vacuna, estableciendo como prioridad que la población mexicana, cuente con vacunas seguras y eficaces, y por otro lado México exhortó a la ONU a tomar medidas para evitar la especulación y el almacenamiento indebido que pueda obstaculizar el acceso a medicamentos y suministros médicos, propuesta a la que se han sumado 161 países.[7]

Gracias a la previsión gubernamental para negociar en 2020, durante el inicio de la pandemia, el acceso a vacunas, México cuenta actualmente con diversas vacunas para la población: Pfizer y BioNTech, Sinovac y CanSino, CoronaVac, Oxford-AstraZeneca, Sputnik V.

A través de los procesos de autorización sanitaria, el Gobierno de México, garantiza que la vacuna que se distribuya y aplique, cumpla con todas los pruebas y características necesarias, para proteger la vida y la seguridad de todas las personas. Asimismo, se continúa vigilando la salud de las personas a las que se aplican las vacunas para que el perfil de seguridad, eficacia y eficiencia de los biológicos se mantenga en los más altos estándares de calidad.

Por su parte, la OMS, con el fin de eliminar la brecha entre las personas y una salud digna ha planteado una campaña basada en los siguientes objetivos : [8]

1. Aportar el material visual necesario para las personas que, si tienen acceso a una atención sanitaria de buena calidad, se den cuenta de la vida que llevan las personas que no tienen la suerte de contar con este servicio.
2. Defender la igualdad de acceso a la atención médica, rápida y de calidad;
3. Promover que los expertos dentro de los sectores de salud, ayuden en la toma de decisiones, sobre las necesidades de las personas en niveles de atención primaria;
4. Instar a los ministros de salud a que se comprometan a adoptar medidas para mejorar las deficiencias en materia de cobertura sanitaria universal, por medio de informes sobre el progreso de la situación de esta en sus países; y
5. Para armonizar los esfuerzos la OMS incluirá una publicación anual con los datos sanitarios a nivel mundial, con toda la información de las tendencias, avances y retos.

De igual forma la importancia de la Salud, se refleja en el lugar que se le da dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), conjunto de objetivos globales que fueron adoptados por los líderes mundiales dentro de los cuales se busca erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos como parte de una nueva agenda de desarrollo sostenible. Cada objetivo tiene metas específicas que deben alcanzarse en los próximos 15 años, y en cuestión de salud encontramos el ODS3 que dentro de sus metas contempla las siguientes :[9]

• Lograr cobertura sanitaria universal, en particular la protección contra los riesgos financieros, el acceso a servicios de salud esenciales de calidad y el acceso a medicamentos y vacunas seguros, eficaces, asequibles y de calidad para todos.
• Para 2030, reducir en un tercio la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles mediante la prevención, el tratamiento, promover la salud mental y el bienestar, así como para el mismo año:
• Reducir sustancialmente el número de muertes y enfermedades producidas por productos químicos peligrosos, la contaminación del aire, el agua y el suelo.