Día Mundial del Paludismo
“Hacemos un llamamiento a los países y a la comunidad sanitaria mundial para solventar las principales deficiencias en la lucha contra el paludismo. Juntos, debemos asegurarnos de que nadie quede desatendido por servicios que son necesarios para prevenir, diagnosticar y tratar el paludismo.”
Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus
Director General de la OMS
2018

 

Los Estados Miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde 2007 conmemoran el Día Mundial del Paludismo cada 25 de abril, con el compromiso mundial de eliminar la enfermedad a base de esfuerzo y acciones concretas de prevención. El paludismo también conocido como malaria, es causada por parásitos del género Plasmodium que infectan los glóbulos rojos de la sangre o eritrocitos. Debido a esto, el paludismo puede producir anemia e inflamación del hígado y el bazo .[1]

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) el 10 de junio de 2020 emitió la Actualización Epidemiológica: Malaria en las Américas en el contexto de la pandemia de COVID-19, dentro del cual se destaca que, entre enero y mayo del 2020, la situación de la malaria en América se caracteriza por una reducción en el número de casos confirmados con respecto al mismo periodo del año anterior, determinada principalmente por la disminución de los casos registrados en Venezuela. Otros países que registran en este período una reducción en el total de casos son Brasil, Colombia, Guyana, Perú, Ecuador, Guatemala y México. En la actualidad se cuenta con 38 países y territorios declarados como libres de malaria, dentro de los más actuales que obtuvieron la certificación encontramos a: Argentina, Argelia, Paraguay y El Salvador .[2]

Y 7 países han registrado un incremento total de casos: Haití, Nicaragua, Panamá, República Dominicana, Honduras, Costa Rica y Suriname. [3]

En México en los últimos años, el número de casos confirmados ha disminuido significativamente: de más de 1200 en el 2010 a 618 en el 2020. Dos tercios de los estados mexicanos están libres de malaria desde el 2004. No obstante, la malaria sigue representando un riesgo significativo, en particular en los pueblos indígenas que viven en regiones remotas del interior del país, como el Estado de Chiapas, donde se registran 81% de los casos de malaria de México . [4]

La OMS elaboró la Estrategia técnica mundial contra la malaria 2016-2030, el cual establece las metas mundiales para el 2030 junto con hitos para medir los adelantos logrados en el 2020 y el 2025. Los países establecen sus propias metas nacionales o subnacionales [5]. Aunado a ello la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en el año 2017 emitió el Marco para la eliminación de la malaria, el cual proporciona el contexto para eliminar la malaria en los países donde esta enfermedad es endémica y se facilita orientación sobre las herramientas, las actividades y las estrategias dinámicas necesarias para lograr la interrupción de la transmisión y prevenir el restablecimiento de la enfermedad .[6]

De igual forma la OMS alude a que mientras no se obtengan instrumentos y métodos nuevos y mejores, es necesario adoptar y ampliar las estrategias recomendadas por la OMS a fin de aumentar la eficacia de las respuestas y acabar con las muertes evitables por malaria. La estrategia se basa en tres pilares :[7]

  1. Lograr el acceso universal a la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de la malaria;
  2. Acelerar los esfuerzos para lograr la eliminación y alcanzar el estado exento de malaria; y
  3. Transformar la vigilancia malárica en una intervención básica

Los países de todo el mundo se encuentran sumidos en la lucha contra la pandemia de COVID-19. Si bien actualmente los casos de la enfermedad causada por el nuevo coronavirus registrados en los países afectados por el paludismo solo representan una pequeña parte del total mundial, la situación evoluciona a gran velocidad. La OMS subraya que es fundamental mantener las actividades de prevención, detección y tratamiento del paludismo, y aplicar las mejores prácticas disponibles para proteger a los profesionales sanitarios y a las comunidades de la transmisión de la COVID-19. [8]

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