Fray Toribio de Benavente Defensor de los pueblos indígenas
“Ese día vinieron los que habían de ser los nuevos habitadores, y por mandato de la Audiencia Real fueron aquel día ayuntados muchos indios de las provincias y pueblos comarcanos, que todos vinieron de buena gana para dar ayuda a los cristianos, lo cual fue cosa muy de ver, porque los de un pueblo venían todos juntos por su camino con toda su gente, cargada de los materiales que eran menester, para luego hacer sus casas de paja.”

Fray Toribio de Benavente
Misionero franciscano

 

Fray Toribio de Benavente, quien después fue conocido como Motolinía, fue un fraile que estudió e intentó comprender la cultura de los indígenas de la Nueva España.

Nació aproximadamente entre 1489 y 1491, en la villa de Zamora, España. La información sobre su infancia es limitada. Alrededor de 1510, Motolinía ingresó a la orden franciscana en el convento de Benavente. Durante los siguientes ochos años estableció una amistad con fray Martín de Valencia en la provincia de San Gabriel de Extremadura[1].

En 1524, gracias a la relación amistosa entre Hernán Cortés y los franciscanos, Motolinía fue integrante de la expedición de doce franciscanos que llegaron al puerto de San Juan de Ulúa el 13 de mayo de 1524. Después de una breve estancia, prosiguieron su recorrido hacia la antigua capital mexica, donde llegaron el 18 de junio del mismo año.

El grupo recién llegado seguía la línea de renovación franciscana, un movimiento reformista interno que pretendía volver a la experiencia original de San Francisco de Asís: ajena a los lujos, relaciones de igualdad con los seres vivos y respeto por la naturaleza. De ahí que la llegada de los franciscanos a Tenochtitlan fuera dando muestras de humildad: a pie, en harapos y sin carga. Incluso fray Toribio, recuerda que, en cierta ocasión, los indígenas al verlo exclamaron “¡Motolinía!, ¡Motolinía!”. Cuando el fraile preguntó el significado de la palabra, los naturales le respondieron que era “pobre”; por lo cual decidió adoptar la palabra como seudónimo. [2]

Los hábitos mostrados por los religiosos fueron un elemento clave entre los indígenas, a quienes les mostraron su respeto e incluso llegaron a estimarlos por su modo de vida. Sin embargo, el factor más relevante fue el interés y la comprensión por la cultura de los pueblos originarios, lo cual ocasionó que Motolinía y sus compañeros se integraran en la comunidad. Gracias al entendimiento mutuo, Motolinía y algunos de sus compañeros defendieron a los indígenas de los abusos y explotación sufrida a manos de las autoridades novohispanas y encomenderos. Un ejemplo de ello fue en 1529, cuando Motolinía protegió a un grupo de indígenas en el convento de Texcoco de los oidores, jueces que llevaban procesos legales en el virreinato.[3]

Durante su vida, Motolinía recorrió distintas partes de Nueva España. Entre 1527 y 1529 fundó dos conventos en Texcoco. Luego en 1531 desempeñó un papel relevante en la fundación de Puebla de los Ángeles. En fin, otros lugares donde permaneció y colaboró en la creación de conventos o estuvo a cargo como superior de ellos fue en Cuernavaca (1532), Tehuacán (1540), Guatemala (1544) y Tlaxcala (1554-1557).

Con base en su recorrido, Benavente escribió diversas obras para difundir la historia, costumbres y vida cotidiana de los indígenas de la región de Anáhuac. Una de ellas fue su Historia de los indios de la Nueva España, que comenzó a escribirla en 1536, aunque su primera edición completa fue en 1858. En el texto se intenta explicar la tradición e historia indígena previa a la conquista española, además del choque cultural entre los conquistadores y los pueblos originarios durante el proceso de evangelización. Igualmente, se describen la celebración de fiesta de los nativos, así́ como la geografía, flora, fauna y las principales ciudades de la Nueva España.

Otra obra importante se llama “Memoriales”, que está compuesta de noventa y nueve capítulos. El documento abarca los temas siguientes: ritos, idolatrías y ceremonias de los indios; conversión de los indígenas al cristianismo; descripción geográfica y económica del territorio; religión, gobierno, usos y costumbres de los indios.[4]

En las obras de Motolinía se observa su conocimiento y aprendizaje del náhuatl, que le permitió descifrar códices y obtener información de testigos indígenas, en forma oral o escrita. A partir de la comprensión de la otra cultura, Motolinía pensaba que podía conocer mejor a los habitantes e instruir enseñanzas religiosas adecuadas para una evangelización efectiva. Sin embargo, en ciertas ocasiones apoyó la conversión al cristianismo de manera obligatoria[5]. Por esta razón, fray Bartolomé de las Casas, denunció ante el rey de España, Carlos V, que Motolinía apoyaba la conquista armada.

Más allá del apoyo a una conversión forzosa, se debe destacar que defendió en diversas ocasiones a los indígenas de los abusos, por lo cual tuvo conflictos con las autoridades novohispanas. Los problemas comenzaron en 1529, cuando el fraile se opuso a la política de que se le cobrara impuestos a los indígenas, quienes vivían en un estado de pobreza extrema. El 9 de agosto de 1569, Fray Toribio de Benavente falleció en el Convento Grande de San Francisco en la Ciudad de México. [6]

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