
Vicente Lombardo Toledano
Summa, Universidad Obrera de
Candidato presidencial por el Partido Popular Socialista en 1952, Vicente Lombardo Toledano fue un febril defensor de los derechos de los trabajadores de Estado mexicano.
Nació en Tezuitlán, Puebla, el 16 de julio de 1894. Al concluir sus estudios de preparatoria en su estado natal, viajó a la Ciudad de México para estudiar leyes. Como universitario tuvo una vida muy activa, y entre otras cosas fundó, con seis de sus compañeros de carrera, la Sociedad de Conferencias y Conciertos, cuyo objetivo fue promover la cultura en la universidad.
A Lombardo Toledano se le recuerda como uno de los primeros ejemplos del marxismo en México. Fundador de sindicatos, periódicos, revistas y partidos políticos. Precursor del socialismo y promotor de la educación obrera. [1]
Entre los cargos que tuvo a lo largo de su vida, destacan:
- Representante de la Escuela Nacional de Jurisprudencia ante el Congreso Constituyente de Querétaro
- Fundador y director de la Escuela Nacional Preparatoria
- Director y fundador de la Universidad Obrera Mexicana
- Oficial Mayor del Gobierno de la Ciudad de México
- Gobernador interino del estado de Puebla
- Presidente del Partido Popular Socialista
- Diputado federal
- Secretario general de la Federación Nacional de Maestros
- Organizador y dirigente de la Confederación General de Obreros y Campesinos de México
- Fundador del Comité Nacional de Defensa Proletaria
- Fundador de la Confederación de Trabajadores de México (CTM)[2]
Fue un hombre dedicado a la vida académica, sin dejar de lado su pasión por la política y la defensa de los derechos de los trabajadores. Hizo estudios de especialización y se interesó por las ciencias biológicas, la ingeniería y la filosofía. También, en su prolija vida, se entusiasmó con el periodismo, oficio en el que aportó conocimientos y experiencia a través de las siguientes actividades:
- Editorialista del diario El Heraldo de México
- Colaborador del diario El Universal por varios años, principiando en 1917, cuando era estudiante
- Colaborador del diario Excélsior por varios años
- Colaborador de la revista CROM
- Fundador de la revista bibliográfica El Libro del Pueblo (1921) de la Secretaría de Educación Pública
- Fundador de la Revista de la Escuela Nacional Preparatoria
- Colaborador de la Revista de la Universidad Nacional de México
- Fundador de la revista Puebla
- Fundador y director de la revista Futuro
El siguiente es un fragmento de su discurso El camino está a la izquierda, que pronunció el 23 de julio de 1932 en el Frontón Nacional de la Ciudad de México.
LA ORGANIZACIÓN OBRERA NO ES LIGA DE RESIGNACIÓN
Si el movimiento obrero mexicano fuese una sociedad mutualista, yo convengo en que la única actitud posible de la clase trabajadora sería la de la resignación ante lo imposible y ante lo inevitable. Si nuestro propósito al unirnos hubiera sido el de dar una moneda para enterrar a un camarada que fallece; si nuestro objeto hubiese sido el dar otra moneda cuando la mujer de un compañero va a tener un hijo; si nuestro fin hubiese sido el de restar una parte de nuestro salario para entregarla al camarada que enferma; si nuestro fin hubiese sido no transformar el régimen burgués sino vivir lo menos mal dentro de régimen sin intentar tocarlo, yo acepto que la única línea de conducta del proletariado sería la de transigir, transigir, transigir, como el que va a ser fusilado y pide una tregua de unas horas para gustar un poco más de la vida o para emplearlas en la meditación. Pero no hemos nacido sociedad mutualista ni organismo contemplativo. No hemos nacido para incorporarnos en un sistema social organizado por otros y que nosotros tengamos que aceptar como bueno. Hemos nacido, naturalmente, para ir viviendo todos los días, para ir capeando el temporal, como diría un marinero, pero, además, nacimos para transformar, para contribuir a transformar el régimen imperante. Si nosotros no tomamos en esta situación, si olvidamos en todos los momentos de la lucha que el trabajador tiene una doble misión: vivir, pero vivir de tal modo que su vida contribuya a la transformación del régimen capitalista; si lo olvidamos y por nuestro afán de vivir todos los días contribuimos a que el régimen se afiance, en lugar de hacer una labor revolucionaria, sólo habremos hecho una labor de acólitos del régimen capitalista[3]
Vicente Lombardo Toledano murió en la Ciudad de México el 16 de noviembre de 1968, pero su legado de luchador social, político, académico, periodista, entre otras grandes facetas de su vida, sigue vigente en nuestros días.