Nacimiento de Aquiles Serdán Alatriste, precursor de la Revolución Mexicana

Aquiles Serdán es recordado por sus ideales de libertad, justicia y democracia, así como su lucha por un cambio en la sociedad mexicana. Desde que conoció a Madero, hizo suya la causa antirreeleccionista y la lucha contra Porfirio Díaz.

Aquiles Serdán Alatriste nació el 1 de noviembre de 1876 en Puebla de Zaragoza. Provenía de una familia de convicciones liberales. En primer lugar, su abuelo materno el general Miguel Cástulo de Alatriste Castro, quien participó en la guerra de Reforma como diputado liberal del Congreso Constituyente de 1856 y fue gobernador de Puebla.

La tendencia liberal en la familia Serdán continuó con su madre, María del Carmen Alatriste Cuesta, quien era una mujer educada y comprometida con las causas sociales. Por otro lado, su padre, Manuel Serdán Guanes, participó en la batalla del 5 de mayo 1862. Luego se convirtió en periodista y fue uno de los organizadores del Partido Socialista; además de crear el periódico La Revolución Social. Asimismo, escribió el manifiesto Ley del Pueblo, que se encuentra desaparecido[1], el cual ha sido considerado por algunos estudiosos como antecedente de la Reforma Agraria. En el documento se hacía un llamado al reparto de tierras, el fomento a la industria nacional, salario justo para los trabajadores, la supresión del ejército y la educación obligatoria.

Sin embargo, en 1880, Manuel Serdán falleció, por lo que Aquiles quedó bajo la protección de su madre y su hermana Carmen, quienes le mostraron el camino de la resistencia, la lucha y la solidaridad. Ante la situación económica precaria, Serdán no logró continuar sus estudios básicos y fue comerciante de calzado en Puebla y Tlaxcala. La experiencia laboral fue trascendental, porque conoció las condiciones laborales de los obreros[2]. Más adelante, en 1909, muestra claramente el papel fundamental que consideraba debería asumir la clase obrera, apelando a su patriotismo y a la reivindicación de su valor en la sociedad para la construcción de una patria más igualitaria ante la indiferencia de la clase dominante; sabe la importancia de la participación y lucha tenaz en la campaña electoral y alienta a la población a su defensa, considera que aún en caso de la derrota contribuirá a la regeneración política de la nación[3].

La familia Serdán Alatriste no solo cuestionaba la dictadura de Porfirio Díaz, sino también la del gobernador autoritario y despótico de Puebla, José Mucio Martínez, quien se mantuvo en el poder por dieciocho años (1892-1911). De ahí que la primera incursión política de Aquiles fue contra la reelección de Mucio, lo cual le ocasionó su primera detención.

Al mismo tiempo, los hermanos Flores Magón difundían de manera clandestina la lucha antirreeleccionista, además de las brutales represiones a las huelgas mineras de Cananea (1906), y las fábricas textiles de Río Blanco (1907). Poco después, en 1908, Francisco I. Madero publicó su libro La Sucesión Presidencial, que enarbolaba la bandera de “Sufragio efectivo, no reelección”, detonadora del movimiento armado.

Si bien en 1908 Aquiles se afilió al Partido Nacional Democrático, luego se integró al Centro Antirreeleccionista de México, porque conocía las ideas democráticas de Madero, a quien conoció en una visita a la Ciudad de México, inmediatamente las hizo suyas y mantuvo amistad y correspondencia con él, fue uno de los primeros que lo apoyo en sus planes.

En 1909 formó el club político antirreeleccionista “Luz y Progreso” de Puebla[4],cuyos miembros eran en su mayoría obreros de las fábricas de hilados y tejidos simpatizantes anti porfiristas. Durante los siguientes meses impulsó la creación de hasta de 40 clubes antirreeleccionistas en todo el estado de Puebla con base en el apoyo de obreros y estudiantes. Ese mismo año se afilió al Partido Nacional Antirreeleccionista y fundó el semanario La No Reelección, por lo cual Serdán consolidó su liderazgo en el movimiento opositor.

En mayo de 1909, Madero realizó una gira a Puebla como candidato a la presidencia por el Partido Antirreeleccionista. A pesar del boicot y las trabas impuestas por el gobierno del estado y de Porfirio Díaz, la visita de Madero fue todo un éxito. Carmen y Aquiles junto con otras 30 mil personas lo recibieron en la estación del ferrocarril. En esa visita Madero sumó a sectores reacios a su programa, al insistir que el cambio seria por la vía pacífica. Se considera que Puebla fue el punto álgido de la lucha antirreeleccionista, el mismo Madero afirmó que la manifestación que presenció fue la más entusiasta y vehemente del sentimiento nacional.

En abril de 1910 participó en las elecciones de la Convención Antirreeleccionista Nacional de los partidos aliados: "Nacional Antirreeleccionista" y "Nacionalista Democrático’’ como representante de distintos grupos poblanos. En el acto otorgó su voto a Madero para presidente y a Francisco Vázquez Gómez como vicepresidente[5].

Los maderistas no ganaron, pues hubo fraude electoral a pesar de las promesas de Díaz fueron traicionados y tuvieron que huir al ser encarcelado su candidato durante las votaciones. Cuando Madero se refugió en los Estados Unidos, delineó el Plan de San Luis y planteaba el levantamiento armado para el 20 de noviembre. Aquiles recibió instrucciones, y su hermana Carmen llevó dinero para mantener el movimiento allá y en México. Madero encomendó a Aquiles una acción fundamental: iniciar el levantamiento en Puebla, la causa ya no era solo antirreeleccionista sino revolucionaria.

Aquiles promovió el ideario maderista, y organizó a las bases poblanas de la revolución, quienes lo reconocieron como líder. Mientras tanto, Natalia y su hermana Carmen repartían propaganda, trasladaban armas escondidas bajo las faldas o en canastas de mercado. También compraban pólvora para hacer pequeñas bombas caseras con las bolas de latón que adornaban las camas de su casa. Debido a su actividad crítica y opositora, su familia era vigilada acosada y difamada, como muestra la carta del 26 de junio de 1910 de Aquiles al periodista Trinidad Sánchez Santos, quien lo había acusado de esconderse tras seudónimos, mostrándole que no tenía empacho en firmar los mensajes francos, ya que no era un cobarde[6].

El 17 de noviembre de 1910, el gobernador de Puebla conocía sobre el levantamiento de maderistas en contra del régimen en los próximos días. Por tal motivo, al día siguiente ordenó un cateo al domicilio de Natalia, en la calle de Santa Clara[7], número 4 (hoy 6 oriente 206 en el Centro Histórico de la ciudad de Puebla). Sin embargo, la noche del cateo, Natalia consideró la situación peligrosa que corrían sus cinco hijos y sus sobrinos, por lo que decidió, con el consenso familiar, salvaguardar sus vidas refugiándose en la casa cercana de su primo Miguel Rosales.

Momentos después, la policía llegó al inmueble para detener a los revolucionarios presentes. Los rebeldes se defendieron con carabinas, mientras Carmen incitaba a los vecinos a levantarse contra el opresor. La refriega duró hasta la mañana del 19 de noviembre. Los federales ayudaron a las fuerzas locales en el asesinato de los involucrados. Solamente quedaron con vida la madre de los Serdán, Carmen y Filomena, la esposa de Aquiles. Posteriormente fueron encarceladas, por lo que Aquiles intentó ayudarlas, pero le vaciaron las armas encima. Su cuerpo y el de Máximo fueron expuestos en la prisión de la Merced, donde estaban las mujeres Serdán para debilitar su moral. Después, ambos cadáveres eran exhibidos por dos días en la plaza principal de Puebla de Zaragoza.

Una vez que Natalia regresó a su casa destruida encontró un panorama brutal y desolador: sus hermanos Aquiles y Máximo asesinados y su mamá, hermana y cuñada encarceladas. A pesar de ello, recuperó los cuerpos de sus hermanos para darles sepultura. En mayo de 1911 logró la liberación de su familia, tras haber hipotecado su casa y ser embargada por el banco.

Puebla fue el sitio donde se inició el primer brote sangriento del movimiento revolucionario en México. Los hermanos Serdán, al igual que cientos de luchadores anónimos, prepararon el final de la dictadura porfirista y merecieron el reconocimiento pleno de la nación. El 11 de noviembre de 1932, por decreto presidencial de Abelardo L. Rodríguez, Aquiles Serdán fue nombrado Benemérito de la Patria y su nombre fue grabado con letras de oro en los muros de la Cámara de Diputados.

[1] https://bit.ly/3ED8Nmy
[2] https://bit.ly/3CAYvAy
[3] https://bit.ly/3rDfBce
[4] https://bit.ly/3fIPY71
[5] https://bit.ly/3E0SoYM
[6] https://bit.ly/3rgu9Ov
[7] https://bit.ly/2Xfdh9P