“En estas jornadas de recuerdo y reconciliación, rendimos homenaje a los millones de personas que perdieron la vida en la Segunda Guerra Mundial y recordamos sus sacrificios. No debemos olvidar jamás el Holocausto ni los demás crímenes, graves y terribles, cometidos por los nazis.
António Guterres
Secretario General de las Naciones Unidas
2020

 

La Asamblea General de las Naciones Unidas a través de su resolución A/RES/59/26, decide proclamar que los días 8 y 9 de mayo son una ocasión propicia para el recuerdo y la reconciliación y, sin perjuicio de que los Estados Miembros dediquen otras fechas a la victoria, la liberación o la conmemoración, invita a todos los Estados Miembros, organizaciones del sistema de las Naciones Unidas, organizaciones no gubernamentales y particulares a que observen anualmente uno de esos días, o ambos, en forma apropiada para rendir homenaje a todas las víctimas de la segunda guerra mundial .[1]

La Asamblea recordó que el conflicto que desató la Segunda Guerra Mundial dio origen a las condiciones que permitieron crear las Naciones Unidas para preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra, y exhortó a los Estados Miembros de las Naciones Unidas a que aúnen sus esfuerzos para hacer frente a los nuevos desafíos y amenazas, asignando un papel fundamental a las Naciones Unidas, y a que hagan todo lo posible para resolver las controversias por medios pacíficos, de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas y sin poner en peligro la paz y la seguridad internacionales .[2]

Con el objetivo de contribuir a la conmemoración de estas jornadas, la Asamblea General en la segunda semana de mayo de 2010 celebró una sesión extraordinaria y solemne, en memoria de todas las víctimas de la guerra. Durante la conmemoración, el Secretario General llamó a la Segunda Guerra Mundial «una de las luchas más épicas de la historia en pro de la libertad y la liberación», agregando que «su costo superó todo cálculo y escapa a toda comprensión: murieron 40 millones de civiles y 20 millones de soldados, casi la mitad de ellos solamente en la Unión Soviética» .[3]

Por otro lado, la Asamblea General mediante su resolución A/RES/69/267, recordó que la Segunda Guerra Mundial fue un conflicto que causó una aflicción indecible a la humanidad, en particular en Europa, Asia, África, el Pacífico, y otras partes del mundo. De igual forma destaco que, los progresos que se han hecho desde que finalizó la Segunda Guerra Mundial en relación a superar sus secuelas y promover la reconciliación, la cooperación internacional y regional y los valores democráticos, los derechos humanos y las libertades fundamentales, en particular por conducto de las Naciones Unidas, y el establecimiento de organizaciones regionales y subregionales y de otros marcos apropiados .[4]

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