Alicia Moreau de Justo Médica, feminista y activista
“Siempre creí que este país merecía ser distinto. Que un día íbamos a unirnos todos y el destino cambiaría.”
Alicia Moreau de Justo
Educadora, médica y defensora de los derechos humanos

 

Autodefinida como luchadora, progresista y feminista de la igualdad, Alicia Moreau de Justo, nació el 11 de octubre de 1885 en Londres, aunque a causa del exilio vivió la mayor parte de su vida en Argentina. Médica, educadora, política, intelectual, defensora de los derechos humanos y de la mujer, es considerada una de las figuras femeninas más destacadas del siglo XX, pionera en la lucha por el voto femenino.

Nació en el seno de una familia revolucionaria. Su padre, Armand Moreau, un anarquista ex integrante de la Comuna de París, ejerció una gran influencia en su formación intelectual, pues mediante el ejemplo, la palabra y obras de divulgación que compartió con ella le transmitió sus ideales socialistas.[1] Educada en medio de estas ideologías forjó un pensamiento revolucionario desde muy joven. La postura y accionar de su padre y la derrota de la comuna en 1871 obligaron a la familia a recurrir al exilio. Rechazados por numerosos países europeos llegaron a Argentina, país donde Alicia creció y ejerció de forma plena sus profesiones y luchas.

Alicia de Justo, con una formación intelectual esmerada, rebelde y combativa, abrazó la causa feminista tempranamente.[2] En 1906, a los 21 años de edad, participó en el Congreso Nacional del Libre Pensamiento, considerado el comienzo de su militancia socialista mediante la defensa de los derechos de las mujeres, en el que gano el reconocimiento de figuras destacadas entonces del movimiento y relevancia social mediante sus ideas expuestas sobre la educación. Debido a ello, fue convocada para dar cursos en la Sociedad Luz, institución creada con el objetivo de promover la educación obrera, donde enseño filosofía, astronomía, teorías científicas, enfermedades, entre otros temas.

Comprometida con su contexto y con la convicción de ayuda colectiva apoyó la huelga de inquilinos de 1907, en la cual los habitantes de los conventillos de Buenos Aires, Rosario, La Plata y Bahía Blanca decidieron no pagar sus alquileres como protesta a las condiciones en las que se encontraban. En 1910 creó el Ateneo Popular, un centro de difusión de cultura dirigido a la clase obrera. Conjuntamente, colaboró como redactora del periódico Humanidad Nueva, con la intención de la difusión del conocimiento. La activista argentina además destacó por ser una de las primeras mujeres en ingresar a la Universidad de Buenos Aires y la segunda mujer médica del país. En su profesión se especializó en ginecología, además se entregó a servir a la comunidad, pues atendió un consultorio gratuito. Entre sus pacientes más recurrentes se encontraban mujeres de bajos recursos y las trabajadoras sexuales.

A la vez, colaboró como periodista en la Revista Socialista Internacional y en 1918 fundó la Unión Feminista Nacional, que reunió a muchas mujeres, entre ellas a la poetisa Alfonsina Storni, un año después de participar como delegada en el Congreso Internacional de Obreras que se llevó a cabo en Washington, sitio y evento donde formó vínculos con las sufragistas norteamericanas. Más tarde, en 1921, la doctora Moreau se afilió al Partido Socialista donde se incorporó al Comité Ejecutivo, y asumió el cargo de las agrupaciones feministas socialistas y revolucionó desde adentro las concepciones sobre los derechos de las mujeres, pues si bien el Programa del Partido Socialista se pronunció por la igualdad jurídica en materia de derechos políticos femeninos, no todos sus miembros, coincidían en la necesidad de luchar por los derechos ciudadanos de las mujeres.[3] Entonces, las mujeres casadas no tenían derecho a la educación o a realizar actividades comerciales pues el conyugue era el administrador de todos sus bienes.

En este contexto de discriminación, la maestra Alicia Justo trabajo por la igualdad de derechos, mejora en las condiciones laborales y organizaciones feministas con el objetivo de defender y lograr derechos civiles y jurídicos de las mujeres en la Argentina de aquellos años. Producto de estas luchas se lograron numerosos logros parlamentarios como la reglamentación del trabajo de mujeres y niños, jornada laboral de 8 horas, licencia para amamantar, la prohibición del trabajo nocturno y el despido injustificado de mujeres embarazadas, entre otros. Fue testigo de la aprobación de La ley de derechos civiles de la mujer, mediante el cual se logró de forma institucionaliza la igualdad de los sexos en cualquier estado conyugal. [4]

En 1932, preparó un proyecto para lograr el voto femenino, mismo que fue rechazado por la cámara de senadores, conformada en su mayoría por personas de corte conservador. Sin embargo, todos estos intentos y organizaciones realizadas por Alicia de Monreau constituyeron pasos gigantes para el reconocimiento de los derechos civiles, políticos y humanos de las mujeres en un contexto de clara desventaja normalizada. Además de ello, también fue una de las fundadoras de la Asamblea Permanente de los Derecho Humanos y la creadora del Comité Femenino de Higiene Social para combatir la prostitución. Opositora al peronismo, en 1953 fue encarcelada junto con otros dirigentes políticos por sus acciones dirigidas contra el régimen. Aunado a ello, también se desempeñó como una notable periodista que dirigió el diario La Vanguardia, principal órgano difusor del Partido Socialista, asimismo público numerosos artículos sobre educación y política en la Revista Socialista Internacional. [5]

Luego de una larga vida de 100 años, Alicia de Monreau, defensora de la democracia, profesora, luchadora social por los derechos humanos y de la mujer, murió en Buenos Aires en 1986. Su paradigma se cimentaba en la honradez, el trabajo y la justicia. Sentía el compromiso de contribuir a transformar las condiciones injustas de la sociedad. A más de 30 años de su muerte Alicia Moreau de Justo es recordada como una transgresora de su época, una militante que se atrevió a desafiar el orden social asignado a las mujeres por el patriarcado. El epitafio que alguna vez admitió le gustaría tener representa su persona, su resistencia y su lucha, es cierto decir:

“Aquí yace una gran luchadora contra molinos de viento” .[6]


[1] María Teresa Terzagh, “Las miradas de Alicia Moreau y Sara Justo sobre los derechos políticos femeninos en los albores del siglo XXl” (V Jornadas CINIG de Estudios de Género y Feminismos y III Congreso Internacional de Identidades, Ensenada, 12 de julio de 2018). Disponible en https://bit.ly/3vfT8V6
[2] María Teresa Terzagh, “Las miradas de Alicia Moreau y Sara Justo sobre los derechos políticos femeninos en los albores del siglo XXl”.
[3] María Teresa Terzagh, “Las miradas de Alicia Moreau y Sara Justo sobre los derechos políticos femeninos en los albores del siglo XXl”.
[4] Canal Encuentro, “Se dice de mí: Alicia Moreau de Justo”, Canal Encuentro, 10 de enero de 2011. Vídeo disponible en https://bit.ly/3LhbpXz
[5] Semanario que tuvo participación de revolucionarias como Rosa Luxemburgo y Clara Zetkin.
[6] Ministerio de Cultura Argentina. 2020. “Alicia Moreau de Justo, mujer de acción y huella”.

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