Alzamiento Nacional el gobierno franquista lo denomino golpe de Estado contra el gobierno de la Segunda República Española
“Por la paz y el bienestar del campo; por la mejora, racional y justa, de las clases obrera y media; por la libertad de conciencia y el respeto a la religión y a las tradiciones; por la tranquilidad y el bienestar de los hogares; por nuestra civilización amenazada, y por el prestigio de nuestra Bandera; por la independencia de nuestra Patria, por una España Nueva, por una España Libre y por una España Grande, luchan hoy nuestros soldados”.

Francisco Franco
Discurso a la Junta de Defensa
1 de octubre de 1936

 

Durante los días 17 y 18 de julio de 1936 en España, sucedió uno de los acontecimientos que marcó la historia española: un grupo de militares se levantaron en armas para derrocar la Segunda República, movimiento que dio paso a la Guerra Civil, que duraría tres años.

El alzamiento comenzó en la ciudad de Melilla, en el actual Marruecos, al mando de Emilio Mola Vidal, Francisco Franco y Queipo de Llano. El movimiento pronto se extendió a Tetuán y a Ceuta donde el coronel Juan Yagüe se apoderó de la ciudad sin disparar un solo tiro. Prácticamente todo el Marruecos español estaba en manos de los rebeldes antes de que Franco, procedente de las Canarias, se pusiera al mando de las tropas sublevadas.

El golpe de Estado comenzó desde la noche anterior al 18 de julio en la ciudad de Milla. El levantamiento llegó a la península particularmente a las ciudades de Sevilla, Valladolid, Burgos y Pamplona. Los golpistas llevaban meses preparando la sublevación, situación que había llegado a los oídos del gobierno de la República, por lo que desde ahí se orquestó una campaña informativa que motivaron confusión y duda entre los bandos. El gobierno alertaba a la ciudadanía de este ataque en el país ibérico, por lo que pedía, a través de comunicados, que se respetara el juramento de fidelidad hacia la República. Las informaciones emitidas desde el gobierno minaron las posibilidades de que los golpistas pudieran llamar la atención con sus propias comunicaciones solicitando solidaridad del pueblo en su lucha por el derrocamiento de la República[1].

Hay que recordar que existía un ambiente de tensión político y social en España en esos momentos. Por un lado, el bando republicano defendía el funcionamiento democrático del Estado por medio de la Constitución vigente de 1931. Por otro lado, la facción de la derecha era apoyada por la Iglesia, gran parte del Ejército que pretendían imponer un Estado totalitario.[2]Los acontecimientos de Barcelona y Madrid centraron el éxito de la defensa republicana, mientras que los de Navarra, las islas, Sevilla y la actual Castilla y León supusieron el apuntalamiento de los militares rebeldes, situación clave que transformó el curso del conflicto civil.[3]

La Guerra Civil ha sido el conflicto bélico más sangriento de Europa desde el final de la Primera Guerra Mundial. Se estima que más de 200 mil personas murieron por tortura y demás brutalidades que atentaron contra los derechos humanos de los combatientes. El conflicto acabo en 1939 con el triunfo del general Francisco Franco, que llegaría al poder e instaurar una dictadura, conocida como “franquismo”, que perduró de 1939 hasta 1975. Ante esta circunstancia, aproximadamente medio millón de personas huyeron a Francia, y más de 15 mil republicanos españoles terminaron en campos de concentración nazis después de 1940. Durante 1939 y 1942, otros 25 mil españoles huyeron de su país, a veces sin ninguna pertenencia, debido a la violencia y persecución política y se embarcaron en los buques que facilitó el gobierno de Lázaro Cárdenas para los refugiados.[4]

Para muchos liberales, y pensadores de izquierda en todo el mundo, la Guerra Civil representaba un ensayo con vestuario de la Segunda Guerra mundial. En 1936, cuando Franco inició la rebelión de la mano de Mola, los regímenes derechistas tenían el poder en Alemania, Italia, Hungría, Rumanía, Polonia, Portugal, Finlandia, Austria y Grecia. Los derechos humanos fueron sistemáticamente violentados durante los tres años que duró esta guerra, especifico los derechos a la verdad, justicia y reparación de daños a las víctimas.

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