Asesinato del periodista estadounidense Bradley Roland Will, promotor de libre acceso a la información y la libertad de expresión
“Hay una maquinaria abrumadora de violencia contra los periodistas en el país. Y un manto de impunidad se ha extendido sobre ella”.

Documental Shot in Mexico sobre la
muerte de Bradley Roland Will
2018

 

El 27 de octubre de 2006, en Oaxaca, en medio de un conflicto entre hombres armados el reportero, camarógrafo, periodista y documentalista estadounidense Bradley Roland Will, fue asesinado a los 36 años.

Roland Will fue un reportero entregado a la vida, a la libertad, a la alegría, la justicia y la solidaridad con pasión y valentía. Artista, músico y compositor fue ejemplo de la nueva generación de periodistas y activistas en defensa de los derechos humanos. Will se había dedicado durante gran parte de su vida a cubrir movimientos sociales en diferentes partes del mundo, por medio del centro de Medios Independientes Indymedia.

Su último artículo, “Muerte en Oaxaca”, se publicó el 17 de octubre de 2006, diez días antes de su asesinato. Will se encontraba en México reportando el homicidio de Alejandro García Hernández en las barricadas de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO). Bradley Roland Will comprendía las razones populares. Como un anarquista convencido, simpatizaba con el movimiento zapatista. Tenía como intención reportear para levantar testimonios fidedignos y libres de todo acto de represión del Estado, sin importar las fronteras[1].

Will había tenido experiencias previas atacado en Nueva York y Brasil por la policía al realizar una investigación, por eso su amigo Al Giordano, editor de The Narco News Bulletin, le había recomendado no venir a México: “Conociendo la mala suerte que había tendido Brad, […] sus dificultades con la lengua española y el riesgo elevado que corren los periodistas independientes […] le rogué que no fuera”. Aunque Bradley hizo caso omiso[2].

Aquel 27 de octubre se encontraba en las barricadas de la colonia Calicanto, cercana al municipio de Santa Lucía del Camino. Había llegado a Oaxaca con conocimiento de la situación, dispuesto a cubrir la lucha de la APPO contra las autoridades oaxaqueñas —encabezadas entonces por el gobernador Ulises Ruiz, y los grupos paramilitares a su servicio como al de sus cómplices—, contra la injusticia y contra las violaciones permanentes a sus derechos humanos. Para llevarlo a cabo se había integrado en la vida en las barricadas, compartiendo el frente, la primera línea, con el pueblo en digna resistencia.

Fue así como Bradley se encontró en la trinchera, junto a quienes pedían la renuncia de gobernador Ulises Ruiz. Con cámara en mano, reportaba ese viernes sangriento[3] en medio de la balacera desatada contra los miembros de la Asociación Popular por francotiradores, policías ministeriales y preventivos y pistoleros con armas de alto calibre sobre ciudadanos desarmados. Los cuerpos armados se hallaban a menos de treinta metros cuando dispararon contra él: una bala le dio en el costado; otra, en la boca de estómago, pero no dejó de grabar[4]. Ni sicarios ni policías resultaron heridos.

Durante el viernes sangriento, al menos quince puntos clave de la ciudad de Oaxaca sufrieron el mismo tipo de ataque, concentrándose la represión en tres lugares donde se encontraban las barricadas: Santa Lucía del Camino, Santa María Coyotepec y San Bartolo Coyotepec. Hubo más muertos y más de una veintena de heridos. Entre los primeros abrazamos en la memoria trágica de ese 27 de octubre al profesor Emilio Alonso Fabián, a quien una bala atravesó el corazón, y al comunero Esteban Zurita López. También fenecieron Esteban Ruiz y Eudocia Olivera Díaz, ella última en una ambulancia camino al hospital; además de 23 personas heridas.

La muerte de Brad provocó varios intentos de las autoridades por “dar resultados” ante la demanda púbica nacional y las presiones de Estados Unidos. El 15 de noviembre de 2006, la procuradora de Oaxaca, Lizbeth Caña declaró que miembros de la APPO habían matado a Brad, contradiciendo los testimonios de los muchos testigos.

En 2007 la Procuraduría General de Justicia del Estado de Oaxaca envió el caso a la Procuraduría General de la República que continuó entorpeciendo las investigaciones. En 2008, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos emitió la Recomendación 050/2008 sobre el caso Brad Will, en la cual señala violaciones a los derechos fundamentales de legalidad, seguridad jurídica, acceso a la justicia y a la información ante el sesgo con el que había sido tratado el caso[5]. La CNDH publicó un informe detallado desmintiendo la teoría de un disparo a corta distancia. Sin embargo, el principal acusado, Juan Manuel Martínez, simpatizante de la APPO, fue detenido en el mes de octubre para ser liberado el 18 de febrero de 2010 por falta de pruebas[6].

Después de cerrar el caso, y reabrirlo en 2011, la Procuraduría General de Justicia de Oaxaca presentó al probable responsable de haber disparado contra el camarógrafo y documentalista. De acuerdo con el procurador Manuel de Jesús López López, “un año de investigaciones permitieron establecer la participación de Lenin Emilio Osorio Leyva, quien, se concluye, disparó sobre el grupo donde se hallaba el reportero"[7]. Sin embargo, luego de siete años de prisión, Lenin Osorio obtuvo su libertad en 2019 tras demostrar que las pruebas con las que lo imputaba la entonces Procuraduría General de Justicia del Estado (hoy Fiscalía General de Oaxaca) no tenían sustento y que no existían pruebas que condujeran a determinar su responsabilidad en el crimen[8].

El caso de Bradley Roland Will y la impunidad que lo rodea ha sido un ejemplo de alerta para los derechos humanos en nuestro país, en particular, para aquellos relacionados con el acceso a la justicia y la información. Pues las investigaciones de la PGR, estuvieron marcadas por irregularidades que entorpecieron el proceso de búsqueda de justicia, verdad y reparación del daño.

Como parte de los pilares de la justicia, el derecho a la verdad es la respuesta ante la falta de esclarecimiento, investigación, juzgamiento y sanción en casos de graves violaciones a los derechos humanos. La verdad y la memoria son derechos que permiten a las sociedades enfrentar la impunidad y la no repetición.

Por su parte, el derecho a la información, defendido arduamente por el trabajo de Bradley Roland Will, es el componente clave de la libertad. Consiste en el derecho de las personas a buscar, recibir y difundir información e ideas, a través de cualquier medio, sin estar sujeto a la censura. Es reconocido en el artículo 13 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos[9], así como en los artículos 6 y 7 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.


[1] http://www.nuestraaparenterendicion.com/tuyyocoincidimosenlanocheterrible/index.php/component/k2/item/9-bradley-roland-will-muerte-en-las-barricadas#.YUIdqJ1KiUl
[2] https://www.jornada.com.mx/2007/10/30/index.php?section=opinion&article=023a1pol
[3] https://www.jornada.com.mx/2007/10/30/index.php?section=opinion&article=023a1pol
[4] https://www.youtube.com/watch?v=Epj3rGoN1qk
[5] https://www.jornada.com.mx/2008/09/29/index.php?section=politica&article=020n1pol
[6] http://www.nuestraaparenterendicion.com/tuyyocoincidimosenlanocheterrible/index.php/component/k2/item/9-bradley-roland-will-muerte-en-las-barricadas#.Yxo29bTMKUm
[7] http://www.cronica.com.mx/notas/2012/663607.html
[8] https://oaxaca.eluniversal.com.mx/estatal/07-06-2019/queda-en-libertad-imputado-por-el-homicidio-del-periodista-brad-will
[9]https://www.cidh.oas.org/basicos/declaracion.htm

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