Día Mundial contra la Pena de Muerte
“La pena de muerte no tiene cabida en el siglo XXI; misma que refleja la tendencia mundial a la abolición de la pena capital. Cada vez, son más numerosos los Estados Miembros de todas las regiones que reconocen que la pena de muerte socava la dignidad humana y que su abolición, o al menos una moratoria sobre su aplicación, contribuye a potenciar el desarrollo gradual de los derechos humanos.”
 
Ban Ki-moon
Ex secretario general de las Naciones Unidas
 
 
 

Cada 10 de octubre se conmemora el Día Mundial contra la Pena de Muerte, mismo que unifica el movimiento abolicionista mundial y moviliza a la sociedad civil, la opinión pública, dirigentes políticos y abogados, entre otros., con el fin de apoyar el llamado a la abolición universal de la pena capital. Este día fomenta y consolida la conciencia política y general del movimiento mundial contra la pena de muerte[1].

Más de 160 Estados miembros de las Naciones Unidas, han abolido ya la pena capital o no la ponen en práctica. Sin embargo, aún muchos países tienen un gran número de reos que esperan su ejecución[2]. México es un firme opositor de esta práctica[3].

Este año en particular, la conmemoración estará dedicada a reflexionar sobre la relación entre el uso de la pena de muerte y la tortura u otros tratos o penas crueles, inhumanos y degradantes. Los tipos de tortura y otros malos tratos experimentados durante el largo camino de la pena de muerte son múltiples y recurrentes: se ha usado la tortura física o psicológica en muchos casos durante los interrogatorios para obligar a confesar crímenes capitales; mientras se espera la ejecución, el síndrome del corredor de la muerte contribuye al deterioro psicológico a largo plazo de la salud de la persona y al sufrimiento de los familiares y personas cercanas al condenado.

Las discriminaciones basadas en el sexo, el género, la pobreza, la edad, la orientación sexual, la pertenencia a una minoría religiosa y étnica entre otras, pueden agravar el trato cruel, inhumano y degradante de las personas condenadas a muerte[4].

En el mundo se realizan esfuerzos encaminados a la abolición total de la pena de muerte, entre ellos se encuentra la Coalición Mundial Contra la Pena de Muerte, compuesta por más de 160 ONG´s, colegios de abogados, autoridades locales y sindicatos. Esta coalición nació en Roma el 13 de mayo 2002. Su objetivo es fortalecer la dimensión internacional de la lucha contra la pena de muerte. Para ello, fomenta la abolición definitiva de las condenas y las ejecuciones donde sigue vigente y en algunos países busca una reducción en el uso de la pena capital como un primer paso hacia la abolición[5].

En México, por decreto, fue suprimida la pena de muerte en el Código de Justicia Militar, sustituyéndose por la pena de prisión y la Constitución fue reformada en 2005 para prohibir expresamente la pena de muerte. En el artículo 22 de la Ley Fundamental se señala que: Quedan prohibidas las penas de muerte (…). Toda pena deberá ser proporcional al delito que sancione y al bien jurídico afectado. Y en el artículo 14 se eliminó la referencia a la privación de la vida.

Es por ello que, en el marco del Día Mundial Contra la Pena de Muerte. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) se suma al movimiento en favor de la erradicación de esta práctica a nivel mundial. Este organismo autónomo, en cumplimiento a su mandato de promover y proteger los derechos humanos de todas las personas, apoya la abolición universal de la pena de muerte; al reconocer como un derecho fundamental el derecho a la vida. Esta práctica es inaceptable por el riesgo de que se ejecute a personas inocentes, así como la ausencia de pruebas de que la pena capital sirva para disuadir a los delincuentes.

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