“A pesar de que la COVID-19 no ha logrado frenar el diálogo entre las culturas, las consecuencias a largo plazo de esta crisis, especialmente económicas, podrían ser muy perjudiciales para la diversidad. Los periodos de crisis conducen a la concentración y la uniformidad y ese es el insidioso peligro que nos acecha.”
Audrey Azoulay
Directora General de la UNESCO
2020

 

La Asamblea General de las Naciones Unidas mediante su resolución A/RES/57/249 proclama el 21 de mayo Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo, inspirándose en el Día Mundial del Desarrollo Cultural que se conmemoró durante el Decenio Mundial para el Desarrollo Cultura .[1]

Este día internacional busca profundizar en los grandes valores de la diversidad cultural :[2]

  • Concienciar sobre la importancia del diálogo intercultural, la diversidad y la inclusión.
  • Lograr que todas las personas nos comprometamos y apoyemos la diversidad mediante gestos reales en nuestro día a día.
  • Combatir la polarización y los estereotipos para mejorar el entendimiento y la cooperación entre las gentes de diferentes culturas

Cabe recordar que, la promoción del respeto y reconocimiento de la diversidad cultural y el diálogo es una de las prioridades para la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) que, con el fin de asegurar la preservación y promoción de dicha diversidad, el 2 de noviembre de 2001, en la trigésima primera reunión de la Conferencia General aprobó la Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural .[3]

La conmemoración del día ofrece una oportunidad de profundizar nuestras reflexiones sobre los valores de la diversidad cultural para aprender a "vivir mejor" juntos. Lo anterior es la razón por la que la UNESCO apela a los Estados Miembros y a la sociedad civil para celebrar este día asociando al mayor número de actores y colaboradores .[4]

La diversidad cultural es una fuerza motriz del desarrollo, no sólo en lo que respecta al crecimiento económico, sino como medio de tener una vida intelectual, afectiva, moral y espiritual más enriquecedora. Lo anterior está presente en las siete convenciones de la cultura, que proporcionan una base sólida para la promoción de la diversidad cultural. Esta diversidad es un componente indispensable para reducir la pobreza y alcanzar la meta del desarrollo sostenible, gracias, entre otros, al dispositivo normativo, hoy día ya completo, elaborado en el ámbito cultural .[5]

De igual modo ambos elementos, desarrollo y cultura, son inseparables. El reto consiste en convencer a los políticos responsables de las decisiones y a los actores sociales locales de que integren los principios de la diversidad cultural y los valores del pluralismo cultural en el conjunto de las políticas, mecanismos y prácticas públicas, especialmente gracias a la colaboración del sector público/sector privado .[6]

Finalmente es importante no dejar de lado que, actualmente el mundo enfrenta una emergencia sanitaria debido al virus del COVID-19 (coronavirus), situación que impacta en la vida social, económico y político, ya que afecta al derecho fundamental de acceso a la cultura, los derechos sociales de las y los artistas y profesionales de la creación y la protección de las diferentes expresiones culturales. Sin embargo durante este confinamiento, miles de millones de personas recurren a la cultura como fuente de consuelo, bienestar y conexión. Ha habido un aumento en la creación y el acceso a contenido cultural en línea, desde visitas virtuales a museos y galerías, transmisión de películas e incluso coros comunitarios a través de las redes sociales, mostrando su papel fundamental como fuente de resiliencia para las comunidades . [7]

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