El Ejército reprime sangrientamente un mitin en Iguala, Guerrero
“Raymundo Abarca y sus aliados asaltaron el poder estatal a través de la persecución y el crimen, asesinando colectivamente a las masas populares igualtecas que protestaban contra el fraude electoral en 1962, con que se entronizaba en el poder estatal a los caciques… los hechos sangrientos de Iguala los determinó Abarca con el total apoyo de la oligarquía dominante en todo el país, quienes pusieron a su disposición el Ejército y otros cuerpos represivos”.

Comisión de la Verdad del Estado de Guerrero

 

El 4 de enero de 1961, Raúl Caballero Aburto dejaba la gobernatura de Guerrero debido a la represión ejercida días atrás en la huelga estudiantil, así que Arturo Martínez Adame fue gobernador interino para concluir el periodo 1957-1963. Gracias a ello, la Asociación Cívica Guerrerense (ACG), bajo el liderazgo de Genaro Vázquez Rojas, logró mayor libertad y solicitó la liberación de los presos políticos, la destitución de presidentes municipales antidemocráticos, además de convocar a elecciones municipales populares[1].

Por esta razón, en 1962 se elegirían diputados locales, presidentes municipales y, por supuesto, el gobernador del estado. En ese contexto, la ACG eligió a José María Suárez Téllez, quien participó en diversas luchas agrarias y de ideología de izquierda. Su campaña electoral se desarrolló en distintas partes de Guerrero, donde se difundió el proyecto de la Asociación: derogación de leyes contraproducentes a los intereses campesinos, cancelación de las concesiones madereras, liquidación de los latifundios y repartición de tierras a quienes carecían de ellas, y garantizar las libertades democráticas junto con la autonomía del municipio. Las propuestas fueron retomadas el 12 de septiembre de ese año en el mitin de Iguala, donde participaron José María Suárez Téllez, Genaro Vázquez Rojas, Blas Vergara Aguilar y Jesús Muñoz Leyva, de la Federación de Estudiantes de Guerrero[2].

Así pues, la gobernatura de Guerrero se decidiría entre José María Suárez Téllez y el candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Raymundo Abarca Alarcón. Durante el proceso electoral hubo robo de urnas, control estatal de las elecciones y represión de manifestaciones de la ACG que protestaban contra el resultado oficial; es decir, apareció la violencia política de Estado en su máxima expresión.

La acción no paró ahí, pues el 29 de diciembre de 1962, Vázquez Rojas denunció que elementos del Ejército habían ocupado los edificios de los ayuntamientos de Iguala, Teloloapan y otros. A pesar de las circunstancias adversas, el líder difundió un boletín para mantener la defensa a los derechos de los ciudadanos, la democracia e impulsar la reforma agraria integral y de democracia sindical.

El siguiente día por la tarde los miembros del ACG se reunieron en el palacio municipal de Iguala con nel objetivo de rendir homenaje a los 13 fallecidos en Chilpancingo durante la lucha contra el general Raúl Caballero Aburto; además, el acto era una protesta contra el fraude electoral y la represión sucedida semanas anteriores[3].

A las 15:30 horas, José Bello y Bello, procurador de Justicia de Guerrero, se presentó en el lugar con miembros del ejército y de la policía judicial para disolver la reunión. En la noche había más de tres mil personas congregadas y la señal del inicio de la matanza la dieron algunos disparos al aire.

En el transcurso de esa trágica noche y la madrugada del 31 de diciembre hubo siete muertos, 23 heridos y 280 detenidos, aunque existen diferencias sobre las cifras[4]. Las detenciones continuaron los días siguientes; se aprehendió a Suárez Téllez y a otros 24 miembros de la ACG, quienes fueron acusados de disparos de armas de fuego, sedición, lesiones y homicidio. La represión continuó hasta los primeros días de enero de 1963, incluso la violencia se desató no solo contra militantes de la ACG, sino también contra la población civil; los miembros de las fuerzas estatales y municipales allanaron viviendas y asaltaron oficinas públicas[5].

A partir de ello, Genaro Vázquez y otros miembros de la Asociación Cívica Guerrerense siguieron con la lucha desde la clandestinidad.

Área Responsable