Epifanio Avilés Rojas Primera víctima registrada de desaparición forzada en México

Epifanio Avilés Rojas fue el primero caso en documentarse como una desaparición forzada en México. Desde hace cinco décadas su esposa Braulia Jaimes ha pedido al Gobierno conocer su paradero, pero como en la mayoría de los casos sigue la impunidad. [1]

De origen campesino, hijo de Catalina Rojas y Román Avilés, Epifanio nació el 27 de abril de 1933. Su historia comenzó en Rincón Chámacua, ranchería humilde y con poca presencia del Estado, como muchas otras en Guerrero.

Epifanio Avilés había trabajado como policía en los años de 1950. Y en la década siguiente migró con su esposa y tres hijos a la Ciudad de México. En 1967 su cuñado, el maestro Florentino Jaimes pasó a vivir con ellos. El maestro formaba parte de la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria (ACNR), una de las muchas organizaciones políticas cuyo líder fue Genaro Vázquez Rojas. Florentino incentivó a Epifanio que se uniera a la causa. [2]

En 1969, Epifanio tenía 36 años, y se dice que, junto a otros compañeros, había planeado asaltar al Banco Comercial de México, para recaudar fondos a la guerrilla, pero su plan fue frustrado por la policía. La historia sobre el asalto no se ha comprobado, jamás hubo ninguna investigación o juicio sobre el tema, pero el 19 de mayo de aquel año fueron llevados a la cárcel de Lecumberri. Epifanio Avilés fue detenido por un grupo de soldados al mando del mayor de infantería Antonio López Rivera. Su esposa Braulia intentó seguirle la pista, pero lo último que supo es que fue entregado al general Miguel Bracamontes y lo subieron a una avioneta. Desde entonces no se sabe nada más de él. [3]

La poca información que existe sobre la desaparición está en una base de datos anexa al informe que realizó la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (FEMOSPP).[4] El documento fue creado por presión de madres, esposas y otros familiares que desde los años de 1970 han exigido información sobre los desaparecidos.[5]

Antes del informe había listas de desaparecidos realizadas por asociaciones de familiares. El Comité Pro Defensa de Presos, Perseguidos, Desaparecidos y Exiliados Políticos de México (Comité Eureka), por ejemplo, contabilizó 557 nombres de personas desaparecidas entre 1969 y hasta el 2000. La lista de Eureka es inaugurada justamente con la desaparición forzada de Epifanio. Según las listas de desaparecidos los números se incrementaron a partir de la década de 1970 y el problema persiste en el presente.

Braulia Jaimes denunció la desaparición de Epifanio Avilés en periódicos y se unió a las manifestaciones de madres y esposas de otros detenidos y desaparecidos. Pero, pasados cincuenta años, no ha tenido noticias sobre su esposo. A pesar de comprobada la desaparición forzada por parte del ejército y de ser la primera a catalogarse, desgraciadamente la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) no lo ha reportado en su Informe Especial sobre Desapariciones Forzadas en la década de los setenta y principios de los 80, publicado en 2001,[6] y el caso solo fue contemplado de manera escueta en el informe de la FEMOSPP,[7] de 2006