"En una República en que todos los días cambian los gobiernos y por consiguiente la política, es casi imposible triunfar permanentemente tales o cuales ideas, sería pues asegurar el tiempo del partido liberal sobre la base de un arreglo con la Corte de Roma, en la que ganaríamos la abolición del fuero eclesiástico, la desamortización de los bienes del Clero, la reducción de los derechos parroquiales y la extinción de los frailes exponcileos o perderlo todo aspirando a un radicalismo irrealizable entre otros"
Ezequiel Montes Ledesma
Abogado, político
 

José Trinidad Ezequiel Montes Ledesma nació el 26 de noviembre en la Villa de Cedereyta, Querétaro. Hijo de José́ Vicente Montes y María Gertrudis Ledesma, fue uno de los principales exponentes del liberalismo mexicano del siglo XIX. Su vasta obra jurídica fue reflejo de los cargos que ocupó: Diputado a la legislatura de Querétaro; Oficial mayor de la Secretaría de Relaciones Exteriores; Juez propietario de un Juzgado Civil de México; Secretario de Justicia, Instrucción Publica y Negocios Eclesiásticos; Ministro de Relaciones Exteriores; ministro ante la Santa Sede y ministros de la Suprema Corte de Justicia de la nación, entre otros [1].

Ezequiel Montes aprendió a leer en Cadereyta y terminó la primaria en San Juan del Río en 1831. De 1833 a 1836 trabajó como amanuense en Vizarrón, trasladándose luego a Tecozautla. Regresó al poco tiempo a Cadereyta para estudiar latinidad por nueve meses. De 1839 a 1841 estudió el segundo curso de gramática latina y filosofía en el Antiguo Colegio de San Ildefonso en la Ciudad de México, en donde llegaría a ser profesor. Se tituló como abogado en 1852. En 1855 ingresó las filas del partido liberal. Fue diputado local y federal por Querétaro. En noviembre de ese mismo año fue nombrado oficial mayor del Ministerio de Relaciones Exteriores por el Presidente interino de la República, Juan Álvarez; en el mes siguiente comenzó a despachar el juzgado 7 de lo civil de México con el título de juez propietario, que le expidió el ministro de Justicia de entonces, Benito Juárez. En junio de 1861 fue nombrado Ministro Plenipotenciario para celebrar un tratado de amistad, comercio y navegación entre la República Mexicana y el Reino de Bélgica, el tratado se concluyó el día 20 del mes siguiente[2].

Dentro de sus discursos, Ezequiel Montes siempre apoyo al presidente Benito Juárez y participo activamente en las Leyes de Reforma; cuando presento la Ley de Desamortización en la Cámara de Diputados, la defendió con vehemencia y proeza en su oratoria. Es considerado uno de los mas distinguidos oradores mexicanos. Entendía el liberalismo como un proceso de asimilación y educación del derecho constitucional, que debía ser conducido y discutido por abogados a través de diversas interpretaciones de la Constitución mexicana. Pertenece a una generación liberal que presenció la crisis política del país durante su niñez y juventud. Además, cabe destacar, la historia mexicana se ha visto favorecida por el legado de gente como Ezequiel Montes, quien en diversas ocasiones fue electo diputado y su sapiencia e intervenciones en el Congreso de la Unión facilitaron la construcción de las instituciones bajo las cuales vivimos. Ezequiel Montes fue designado por el Presidente Benito Juárez como Ministro Plenipotenciario en el Vaticano, siendo el primer representante mexicano en el Estado Pontificio; asumiendo con una dignidad invaluable la negativa de recibirlo del jerarca católico el Papa Pio IX. Este representa un ejemplo más del olvido al que fue sometido Ezequiel Montes; pues cuando se recuerda la formalización de las relaciones diplomáticos con el Vaticano; siempre se piensa en el régimen de Salinas de Gortari quien lo hace de forma oficial, o en el Porfirismo, donde las relaciones se restauran fácticamente[3].

Como abogado, Ezequiel Montes patrocinó múltiples asuntos a lo largo de toda su vida, actividades que le permitieron dejar una amplia literatura en el foro mexicano, acervo que requería el mejor conocimiento jurídico que, poseían en integridad. En Querétaro es reconocido como su más preclaro orador y político, así como un distinguido jurisconsulto de la época de la Reforma. Uno de los de municipios de ese estado lleva su nombre. El 5 de enero de 1883, Ezequiel Montes, parlamentario y diplomático liberal, falleció en la capital del país[4]. Sus restos reposan en la Rotonda de los Hombres Ilustres en la Ciudad de México.

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