Fallece Juan Antonio Mateos Lozada Abogado, periodista, dramaturgo, poeta y novelista liberal
“Usted ha alcanzado un título a la eterna gratitud de México, porque al enriquecer su literatura con una producción más, El sol de mayo, consigna en ella uno de los episodios más épicos de nuestra historia”.
 
Hilarión Frías y Soto
Abogado, médico, escritor, historiador y político
 
 

Nació el 24 de julio de 1831 en la Ciudad de México. Fue un dramaturgo, novelista, poeta, guerrillero, historiador, periodista y político mexicano de ideología liberal que ocupó por más de treinta años un escaño en las Cámaras.

En la ciudad de Toluca continuó su formación académica en el Instituto Científico y Literario del Estado de México, donde fue discípulo de Ignacio Ramírez “El Nigromante” y condiscípulo de Ignacio Manuel Altamirano. A partir de esa influencia comenzó su incursión como editor en el periódico Los Papachos realizando críticas a los conservadores, por lo que fue expulsado del Instituto Científico y Literario en julio de 1852. Volvió a la ciudad de México en 1853 y siguió sus estudios de derecho en el Colegio de San Juan de Letrán hasta que consiguió su título como abogado en 1857[1].

Después, escribió sus primeros artículos en el periódico El Monitor Republicano en 1857. Fue seguidor de Ignacio Comonfort y se unió a sus fuerzas armadas para combatir a los conservadores en la ciudad de Puebla. Durante la Guerra de Reforma se integró con las fuerzas liberales del general Ignacio Zaragoza, de Felipe Berriozábal y de Jesús González Ortega. Durante la contienda, su hermano Manuel participó bajo las órdenes de Santos Degollado y perdió la vida el 11 de abril de 1859 como uno de los “mártires de Tacubaya"[2]. Una vez culminado el conflicto, Mateos fue nombrado diputado suplente del sexto distrito electoral del Distrito Federal. Más adelante fue diputado propietario del distrito de Allende del estado de Guerrero.

En el periodo del Segundo Imperio Mexicano (1864-1867) era integrante del Ayuntamiento de la Ciudad de México; sin embrago, renunció a su cargo para continuar sus publicaciones críticas contra el régimen imperialista. Por tal razón estableció en la capital algunos periódicos, sobre todo la vida de lujo del gobierno en contraparte con las carencias del pueblo. Expresó estas ideas en el periódico La Orquesta; por ellas fue condenado a prisión, sometido a corte marcial y encarcelado. Posteriormente fue puesto en libertad y expresó su oposición contra el proyecto de colonización del Estado de Sonora. Como consecuencia fue llevado a los calabozos de San Juan de Ulúa y fue indultado en 1867, por lo que se incorporó al Ejército de Oriente bajo las órdenes del General Porfirio Díaz.

Asimismo, Juan Antonio Mateos tomó parte activa en las numerosas batallas que lograron la restauración de la República. Triunfante la República, el presidente Benito Juárez, en reconocimiento a su labor militar, ideológica y periodística, lo nombró secretario de la Suprema Corte de Justicia. Poco después tomó cargo como diputado del Congreso de la Unión, participando de forma concurrente[3]. Fue diputado federal en los años 1862-1863, en 1873-1876, en 1889-1881, en 1887-1896 y en 1899-1900. En 1887, Mateos, como diputado, se opuso al proyecto de reelección de Porfirio Díaz, siendo el único que manifestó su inconformidad. En 1913, después de arduas batallas libradas, su salud estaba menguada, por lo que dejó su puesto de consejero de la Universidad Nacional de México.

A lo largo de su vida participó en los siguientes medios: Los Papachos, La Orquesta, El Boquiflojo, El Imparcial, La Revista Universal; también fue redactor y jefe de El Telégrafo. Escribió, de igual manera, para La Sombra y fundó en septiembre de 1881 El Correo de las Cámaras junto con Agustín R. González.

Juan A. Mateos, como firmaba sus escritos, sobrevivió a las luchas internas de las ideologías de conservadores, vivió entre el juarismo, la usurpación del Imperio de Maximiliano y la dictadura del porfirismo siempre del lado de los liberales y en defensa de los derechos fundamentales de las personas y del pueblo. Fue autor de prosas críticas, historiador, novelista y poeta que dejó un legado de novelas basadas en su experiencia durante la época convulsa que le tocó vivir: El vendedor de periódicos, Las olas muertas, Memorias de un guerrillero, Los dramas de México y La baja marea. En el teatro escribió El prólogo del Quijote, Juana de Arco, La luna de miel, El otro, Los grandes tahúres y ¡Los dioses se van!

Asimismo, escribió las novelas históricas El Cerro de las Campanas (memorias de un guerrillero) y El sol de mayo, en las que recoge su experiencia en la Guerra de Reforma y durante la Intervención francesa[4]. También escribió diferentes episodios de la Independencia de México durante los años conflictivos de los enfrentamientos entre liberales y los conservadores: Sacerdote y caudillo (memorias de la insurrección): y su continuación, Los insurgentes. Publicó también Páginas de la juventud: ensayos poéticos en 1875. Además, colaboró con autores como Vicente Riva Palacio y Manuel Payno[5]. Como historiador, legó su Historia parlamentaria de los Congresos mexicanos de 1821 a 1857 en 25 volúmenes, una obra paralela a la del periodista liberal Francisco Zarco.

Juan Antonio Mateos Lozada falleció el 29 de diciembre de 1913 en la Ciudad de México. Fue sepultado en el Panteón Francés de la Piedad; en su honor se instaló un cenotafio en la Rotonda de las Personas Ilustres. La prensa de la época destacó su figura como una de las más populares de la historia parlamentaria de México.

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