Fallece Lázaro Cárdenas, Constructor de una política nacionalista y democrática
“En México no debiera haber magnates ni mendigos. Una justa distribución de la riqueza pública daría bienestar a todos los hogares y traería la paz al espíritu del pueblo mexicano, cuyo temperamento no es para ver pacientemente su miseria frente a la opulencia.”

Lázaro Cárdenas
Militar y político
26 de noviembre de 1946

 

Lázaro Cárdenas del Río nació el 21 de mayo de 1895 en Jiquilpan de Juárez, Michoacán y falleció en la Ciudad de México el 19 de octubre de 1970. Militar y político mexicano que fue presidente de México durante el sexenio de 1934 a 1940[1].

Antes de entrar al ámbito político, Lázaro Cárdenas laboró en diversos trabajos. En 1909 ingresó como “meritorio” en la mesa segunda de la Oficina de Rentas de Jiquilpan. Dos años después estuvo en la Secretaría de la Prefectura y, posteriormente, laboró como tipógrafo en la imprenta “La Económica”, de Donaciano Carreón, quien fue una gran influencia en la vida de Cárdenas, ya que sus ideas liberales y revolucionarias contribuyeron a su formación política.

Al estallar la Revolución, Donaciano vendió la imprenta a los trabajadores, entre los que se encontraba Cárdenas, para unirse a los rebeldes. Entre 1913 y1914, Cárdenas se unió a la Revolución Mexicana, con ello comenzó una carrera militar. Diez años más tarde ya era general de brigada. Tiempo después, se incorporó a la política bajo la protección de otro militar revolucionario, el presidente Plutarco Elías Calles. En 1928 llegó a la gobernatura de Michoacán, desde la que impulsó la Reforma Agraria; por otro lado, construyó numerosas escuelas, impulsó el reparto de tierras y promovió las asociaciones sindicales[2].

Más tarde, Lázaro Cárdenas se convirtió en el presidente del Partido Nacional Revolucionario (PNR) y se postuló en 1933 como candidato a la Presidencia de la República y en 1934 ganó las elecciones nacionales. Una de las primeras acciones fue deslindarse de la influencia de Plutarco Elías Calles, el jefe Máximo, para llevar a cabo su proyecto político. Por esta razón, en un periodo de dos años comenzó a sustituir funcionarios leales a Calles, y culminaría esta acción cuando el 10 de abril de 1936 Calles saldría exiliado del país junto Luis N. Morones, Luis L. León y Melchor Ortega[3].

Una vez libre el camino, el gobierno cardenista impulsó un carácter nacionalista en el desarrollo socioeconómico y cultural del país. Favoreció las inversiones nacionales, el reparto agrario, el apoyo al campesino, la construcción de infraestructura para generar empleo en las ciudades y en el campo.

En el ámbito de la educación, se organizó y fomentó una campaña de alfabetización por todo el país a través de las escuelas normales rurales. El eje central era la escuela socialista; es decir, la educación se impartía sin influencia religiosa y con una perspectiva pragmática, experimental y cuestionadora del entorno social, la cual sería la base para el futuro y trasformación del país[4].

En el contexto urbano, promovió la creación de instituciones como el Instituto Politécnico Nacional (IPN), tecnológicos de nivel medio y superior, entre otros. Al final de su gobierno se fundó la Casa de España en México, actual Colegio de México (Colmex), y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

asimismo, fomentó las artes como una herramienta para la educación. Destacó la participación de artistas que desarrollaron una técnica nacional, cuya temática giraba en torno de la historia, cultura, tradiciones y los recursos del país con un gran impacto cultural en el ámbito regional e internacional, que perdura hasta nuestros días.

La relevancia de la estrategia de gobierno del general Cárdenas trascendió en el conocimiento popular, tanto al interior del país como en el extranjero debido a su impactante popularidad. Entre sus proyectos destacaron la repartición de tierras, la expropiación petrolera y la creación de instituciones como el Instituto Politécnico Nacional (IPN), la Casa de España en México, actual Colegio de México (Colmex), y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)[5].

También Cárdenas transformó el Castillo de Chapultepec, antigua residencia de los gobernantes del país, en lo que hoy conocemos como el Museo Nacional de Historia. De igual manera, impulsó iniciativas para clausurar casas de juego y dirimió las diferencias con la Iglesia católica, lo cual era un resquicio de los enfrentamientos cristeros. En cuanto al ámbito internacional, Cárdenas destacó su apoyo a miles de refugiados de la Guerra Civil Española, por lo cual pasó las relaciones diplomáticas con el gobierno dirigido por Francisco Franco[6].

Una de las más importantes reformas fue la aprobación de la Ley Federal de Expropiación el 22 de septiembre de 1936. En agosto de 1938, el Poder Ejecutivo remitió a la Cámara de Diputados un proyecto de Ley sobre la Industria Eléctrica, en la que se otorgaba al Estado el control y la dirección de las actividades de los concesionarios para el suministro de energía eléctrica en bien de los intereses sociales[7].

En cuanto al ámbito educativo, Cárdenas fue el encargado de hacer efectiva la reforma al artículo 3º constitucional. El texto establecía que la educación impartida por el Estado debía ser socialista, así como excluir toda doctrina religiosa y combatir el fanatismo mediante la inculcación de un concepto racional y exacto del universo y de la vida social. Asimismo, ampliaba las facultades del gobierno federal tanto para controlar los distintos niveles del sistema educativo como para vigilar el funcionamiento de las escuelas particulares[8].

Posteriormente, en el gobierno de Manuel Ávila Camacho (1940-1946) ocupó el cargo de secretario de la Defensa. Años más tarde, otorgó su respaldo a Miguel Henríquez Guzmán en su candidatura presidencial para el periodo de 1952-1958. Lázaro Cárdenas del Rio falleció en la Ciudad de México el 19 de octubre de 1970.

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