Muerte del periodista Filomeno Mata Ejemplo del periodismo comprometido, crítico y de denuncia.
“Filomeno Mata, ejemplo del verdadero periodismo comprometido con la denuncia social y pieza clave para despertar a un pueblo oprimido que en 1910 se levantó en armas para cambiar radicalmente la historia de México.”

Elvira Hernández Carballido
Periodista feminista y escritora

 

Filomeno Mata Rodríguez nació en la hacienda de Carranco, municipio de Villa de Reyes, San Luis Potosí, el 5 de julio de 1845 y falleció el 2 de julio de 1911[1]. Fue un periodista y profesor mexicano, uno de los más destacados durante el Porfiriato. Filomeno Mata fue egresado de la Escuela Normal de San Luis Potosí y ejerció como profesor. A los veinte años incursionó en el periodismo, criticando la reelección de Benito Juárez, pero fue durante el Porfiriato cuando más destacó en este terreno, mientras se desempeñaba también en el ámbito académico. Al principio simpatizó con el régimen de Díaz, pero al perpetuarse éste en el poder, lo combatió con fiereza a través de la crítica periodística. Por su constante censura al gobierno de Porfirio Díaz, fue uno de los periodistas más perseguidos durante esa etapa, tristemente célebre por sus frecuentes estadías en las celdas de la terrible cárcel de Belén, en la Ciudad de México: sesenta y dos veces entró a la prisión.[2]

Se dice que Mata inspiró a los hermanos Flores Magón, los precursores de la Revolución Mexicana, para la creación de su periódico Regeneración, y les mostró el camino del periodismo combativo, y hasta el de la prisión por motivos políticos. Mata fue también reportero y director de los periódicos más importantes de su época: El Monitor Republicano, La Patria, El Ahuizote, Sufragio Libre, El Cascabel y La Hoja Eléctrica, [3] por lo que es considerado un referente del periodismo crítico en México.

El 16 de septiembre de 1881, con Manuel González en la presidencia de México, Filomeno Mata fundó El Diario del Hogar, uno los periódicos más representativos de la época porfirista. En sus páginas se dio testimonio de acontecimientos históricos, pugnas políticas, movimientos sociales y minucias cotidianas del país. En su inicio, esta publicación tuvo una acusada filiación tuxtepecana, pero al ser testigo de la evolución del gobierno hacia la dictadura y protagonista de este viraje, se transformó, después de 1888, en uno de los periódicos liberales de oposición más tenaces y combativos de su época.

Su exitosa trayectoria periodística le valió a Filomeno Mata el reconocimiento público y del gobierno, siendo nombrado administrador del Diario Oficial y director de la Imprenta del Supremo Gobierno (1876 -1877). Otra edición importante en la carrera de Mata fue el Anuario Universal (1878), un medio impreso con información útil para los hombres de negocios. Para ello estableció un pequeño taller de impresión en la calle de Canoa, en el número 7, en el centro de la capital del país. Al año siguiente tuvo que ampliar su imprenta y trasladarse a un nuevo local que ocupaba la mayor parte de la manzana formada por las antiguas calles de San Andrés Vergara y Betlemitas, y limitaba al lado sur con el antiguo Teatro Nacional.

Hacia el final de sus días el profesor Mata fue simpatizante del proyecto de Madero, pero sobre todo de la revolución contra el régimen autoritario de Díaz. Con su trabajo periodístico apoyó decididamente la causa y la lucha contra la opresión, y hasta el final de sus días no cesó en la denuncia pública de las injusticias.

En las últimas décadas siglo XIX la situación del periodismo independiente en México se tornaba cada día más alarmante y peligrosa. Cada crítica sobre la administración se tomaba como sediciosa, las represalias contra los periodistas, familiares y trabajadores de las imprentas se traducían en brutales y autoritarias acciones por parte del gobierno, las prensas y el material de trabajo se convertían en la prueba del delito que los conducía a prisión con el calificativo de presos políticos, aún antes de que se les dictara el veredicto. Eran los tiempos en que reinaba una total intolerancia, fundamentada en las manipulaciones intencionales al artículo 7° constitucional referente a la libertad de imprenta, proclamada durante el gobierno de Manuel González, lo cual sirvió, entre otras cosas, para favorecer al régimen autoritario de Porfirio Díaz. [4]

Esta situación era bien conocida por el profesor Filomeno, por haberla vivido a lo largo de su vida innumerables veces, pero el 15 de enero de 1910, con 64 años de edad y los estragos de las detenciones anteriores, su hijo Rafael interrumpió su desayuno para notificarle sobre el nuevo proceso levantado en su contra. Esta vez el motivo fue el artículo publicado el 22 de diciembre de 1909, donde el profesor Mata abrazó la defensa del periodista Alfonso Peniche, condenado a las Islas Marías por supuesta difamación. Además, en ese artículo advertía de los peligros que implicaba la actitud despótica del gobierno, violadora de los derechos del hombre.

Mata y su hijo se dirigieron sin demora a la imprenta en la calle de Betlemitas para imprimir un alcance que informara a sus lectores de la nueva injusticia, pero al llegar al taller de Tipografía Literaria, se encontraron con la renuencia de los empleados a imprimirlo. En lugar de eso tomaron sus pertenencias y se retiraron, temerosos y nerviosos, dejando solos a Filomeno y a Rafael con la última edición recién impresa del Diario del Hogar. Momentos después llegaron los policías y se los llevaron con destino a la cárcel de Belén. Padre e hijo vivieron juntos la aprehensión. Esta última estancia sería una de las más difíciles. [5]

Lo que caracterizó a Filomeno Mata fue su constancia en la defensa del ejercicio pleno de las libertades de prensa y expresión, las cuales quedaron finalmente garantizadas e implícitas en la Constitución de 1917. Murió el 2 de julio de 1911 a causa de las enfermedades gestadas en prisión durante sus múltiples cautiverios, pero aún pudo atestiguar la caída del régimen que tanto analizó y criticó. Estaba a punto de cumplir los 67 años .[6]

En honor a su labor se han establecido preseas en su nombre: la categoría Crónica, del premio estatal de periodismo de San Luis Potosí, lleva el nombre del profesor Filomeno Mata. Por otro lado, en el año 2009, el Banco de México (BANXICO) acuñó monedas conmemorativas del inicio de la Revolución Mexicana, reconociendo así la trayectoria de este personaje, ejemplo de periodismo revolucionario, comprometido con las causas populares y perseguido por el poder político. [7]

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