Firma de los Tratados de Córdoba Se acuerda la Independencia de México
“La historia mexicana tiene paginas negras vergonzosas, que daríamos mucho por borrar y tiene páginas heroicas, que quisiéramos ver impresas en letra mayor.”
 
Daniel Cosío Villegas
Economista, historiador
 
 

El 24 de agosto de 1821, fueron firmados los Tratados de Córdoba, pacto con el que la Nueva España sello su independencia[1]. después de 10 años de lucha. La firma fue resultado de una coyuntura y una alianza muy especial.

En 1821, Vicente Guerrero se mantenía en la batalla en nombre de todo el movimiento insurgente. En su contra, el poder virreinal había enviado a un militar de confusa trayectoria, Agustín de Iturbide, quien no había logrado triunfar y tenía, además, intereses personales para culminar esa guerra de diez años. Cuando Guerrero no quiso rendirse, pero aceptó encontrarse con él, Iturbide no perdió tiempo y planificó sus acciones. El 10 de febrero, en la aldea de Acatempan los enemigos se entrevistaron, unificando fuerzas a favor del bien mayor.

El 24 de febrero de 1821, Iturbide proclamó el plan de Iguala, el cual contenía los siguientes puntos principales: La independencia de Nueva España; un gobierno con base en la monarquía encabezada por el rey Fernando VII de España o algún miembro de la casa real; y establecer la religión católica apostólica y romana. A partir de las exigencias, se creó un ejército capaz de llevar a cabo sus planteamientos y difundirlos por toda la Nueva España, que se llamaría el Ejército Trigarante o de las Tres Garantías. Dentro de los primeros artículos de los Tratados y el más importante de todos, establecía el reconocimiento de México como estado soberano. Nombraron al país como “Imperio Mexicano”.[2]

El movimiento independiente se fortaleció y durante ese tiempo y se produjeron combates en distintas partes del territorio novohispano, incluso se integraron diversos militares realistas a las tropas Trigarantes. Al tiempo que los realistas eran derrotados, la posición de Apodaca en el poder se debilitó. La situación fue critica, por lo cual el 5 de julio de 1821, el virrey Juan Ruiz de Apodaca fue destituido de su cargo nombrando virrey sustituto al mariscal de campo Francisco Novella[3].

Posteriormente, Juan de O’Donojú, viajó desde España no como virrey, pues la Constitución de Cádiz había suprimido el cargo, sino como jefe político de la Nueva España. Llegó a Veracruz el 31 de julio y el 3 de agosto concilió los intereses de los americanos y los españoles, congruente con su lucha libertaria que lo había llevado por años a ser preso político en España al oponerse al absolutismo de Fernando VII. Así, sólo con esa acción quedó cerrado uno de los puntos Trigarantes: la unión entre ambas naciones.

Entonces, el 24 de agosto de 1821, en la Villa de Córdova, se entrevistaron Juan de O’Donojú, en calidad de teniente general de los ejércitos de España, y Agustín de Iturbide, primer jefe del Ejército Imperial Mexicano de las Tres Garantías. Así firmaron finalmente los Tratados de Córdoba, ratificación del Plan de Iguala con una modificación: si el rey Fernando VII o algún heredero de la corona española no aceptaban la Corona de México, las Cortes mexicanas podrían elegir libremente a su monarca.

Los Tratados de Córdoba son los primeros manuscritos legales por los cuales se pronunció públicamente la independencia de México. Constaban de 17 preceptos, los cuales fueron aprobados por de Agustín de Iturbide, y para México entró en vigor justo al día siguiente de su firma, el 25 de agosto. Sin embargo, la voluntad de O’Donojú fue denegada por los reyes de España, por lo que no reconocieron la independencia de México. Afortunadamente, el hecho no impidió que en nuestro país los acontecimientos siguieran su curso.

Así, el 28 de septiembre de 1821, el día después de la entrada del Ejército Trigarante en la capital, una Junta provisional Gubernativa compuesta por 34 integrantes proclamaron el Acta de Independencia del Imperio Mexicano. Igualmente se nombró a Iturbide como líder la regencia.

Como algunas consecuencias que podemos destacar de la firma de estos Tratados de Córdoba son los siguientes[4]:

 

  • Debido a la pluralidad de opiniones, las personas con tendencia política y que tenían influencia en la sociedad, crearon partidos políticos;
  • La insistencia por parte de los que apoyaban al partido trigarante de que Agustín de Iturbide llegará a convertirse en Emperador

En noviembre se nombró a un Congreso Constituyente. Los planteamientos encaminaron al país hacia un sistema más republicano que monárquico. Por esa razón, Iturbide respaldado por los soldados proyectó una manifestación donde se clamaba por él como emperador. Esto sucedió en mayo de 1822.

El Congreso lo coronó como Agustín I el 20 de julio, a casi un año de haberse firmado los Tratados de Córdoba. Su gobierno y la conciencia y supervivencia de los ideales de los insurgentes generaron al poco tiempo un México en permanente tensión mientras se forjaba a sí mismo como nación.


[1] https://www.gob.mx/siap/articulos/firma-del-plan-de-iguala-la-conclusion-de-la-lucha
[2]https://constitucion1917.gob.mx/work/models/Constitucion1917/Resource/263/1/images/Independencia19_1.pdf
[3] https://dbe.rah.es/biografias/5424/juan-jose-ruiz-de-apodaca-y-eliza
[4] https://www.historiando.org/tratados-de-cordoba/

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