Francisco Xavier Mina,  héroe insurgente, forjador de la Independencia de México
“La importancia de Francisco Xavier Mina es trascendental en un país que padece continuamente de amnesia histórica. Considero que Mina, al igual que fray Servando Teresa de Mier, es uno de los héroes de la patria más tristemente desconocidos, poco valorados o poco reconocidos del movimiento de la Independencia de México y cuyo papel resultó determinante para reactivar la causa insurgente en un contexto sumamente hostil y adverso tras las ejecuciones de sus principales caudillos: Hidalgo, Allende, Aldama, Morelos, Matamoros, Galeana, etcétera.”

Jorge Alberto Rivero Mora
Doctor en Historiografía

 

Francisco Xavier Mina nació el 1 de julio de 1789 en la población navarra de Otano, Pamplona, España. Fue hijo de Juan José Mina Espoz y María Andrés Larrea. Dos fueron los grandes conflictos bélicos donde Francisco Xavier Mina participó: la Guerra de Independencia de España ante la ocupación napoleónica y la de la Independencia de México, en el bando insurgente, tras de la cual fue ejecutado el 11 de noviembre de 1817. [1]

En 1807 Mina ingresó a la Universidad de Zaragoza para estudiar jurisprudencia, a pesar de no existir en la ciudad una situación propicia para ello porque se vivían tiempos de agitación política ante la invasión francesa –etapa magistralmente narrada por Benito Pérez Galdós en “Zaragoza”, [2] uno de sus Episodios Nacionales–. En 1808, ante el avance de las tropas francesas, Mina abandonó la vida la escuela y el 24 de mayo se incorporó al levantamiento popular para luchar en aras de su patria. [3]Entre otras acciones, formó el cuerpo Corso Terrestre de Navarra, ganando fama de estratega con sus hazañas guerrilleras. [4]

En el otoño de 1808, Xavier se encontraba refugiado en su pueblo. Ahí recibió una carta del general Juan Carlos de Aréizaga, invitándolo a participar en la contienda de forma directa. Se entrevistaron en Guipúzcoa, en la región vasca de España, y le fue otorgada su primera misión: obtener información del otro lado de la frontera sobre los movimientos del enemigo estacionado en Vitoria y Burgos para poder adelantarse a sus planes, [5]pero en 1809 fue aprehendido.

El 15 de abril de 1815 partió desterrado a Inglaterra. En Liverpool consiguió apoyo para su sobrevivencia por fuentes oficiales como antiguo aliado de la guerra napoleónica y por su combate guerrillero durante la liberación ibérica y en contra del absolutismo. Asimismo, contaba con el respaldo de la logia masónica. Dichas logias jugaban un papel relevante en la liberación de las colonias españolas en América porque varias de ellas tenían vínculos con empresarios y militares con proyectos libertarios. Por medio de los masones se prepararían los levantamientos en contra de Fernando VII, rey de España. Entre los refugiados se encontraba también el célebre Francisco de Miranda, quien fundó en 1803 la Logia Americana y buscaba recursos económicos para su revolución.

Mina se relacionó con la Logia de los Caballeros Racionales o de Lautaro, organización que enviaba soportes a los americanos desde Europa y a través de sus delegaciones en América. Los fracasos de las insurrecciones en España influyeron en Mina para considerar a Nueva España como su próximo objetivo, pues sus recursos eran fundamentales para España, por lo que decidió contribuir a su independencia. En las reuniones masonas conoció al sacerdote fray Servando Teresa de Mier, hombre de importante trayectoria, admirable pensamiento y convencido de las luchas de independencia que se libraban en América.

Fray Servando había sido expulsado de la Nueva España por sus ideas liberales, incluso logró escaparse de varias prisiones, por lo cual se trasladó a Francia y después a Inglaterra. En Londres criticó el régimen de Fernando VII y difundió el movimiento de independencia de la Nueva España, porque en esos momentos en Europa se difundían las acciones realizadas por José María Morelos. Entre ellas estableció el 13 de septiembre de 1813 el Congreso de Chilpancingo y, más adelante el 22 de octubre de 1814, difundió la Constitución de Apatzingán para regir a la nueva nación. Mina y Mier coincidieron en sus ideas liberales, por lo cual alentaron sus esperanzas de que se recibiría la ayuda de las potencias europeas y de los Estados Unidos para intervenir en apoyo a la lucha emancipadora y posteriormente dar reconocimiento a las nuevas naciones americanas, [6]por lo que el encuentro de Mina con fray Servando los animó a partir a la Nueva España y unirse a la lucha independentista.

Antes de arribar a territorio novohispano, la rebelión estaba en una etapa crítica. Morelos fue fusilado el 22 de diciembre de 1815, por lo cual se disolvió el gobierno independiente y sabiendo que la revolución de independencia era sostenida sólo en las montañas y en las selvas por Vicente Guerrero y Guadalupe Victoria.

Aun así, en ese ambiente de incertidumbre, el 15 de mayo de 1816, Xavier Mina, el padre Mier y 22 oficiales españoles, italianos e ingleses, salieron de Liverpool rumbo a los Estados Unidos, para organizar un ejército invasor. El grupo arribó a Norfolk, Virginia, el 30 de junio. Una vez en el territorio estadounidense, Mina recibió apoyo de exiliados hispanoamericanos liberales y del general Winfield Scott, quien convenció a oficiales norteamericanos de unirse a la expedición. [7] Antes de partir, Mina viajó a Haití, donde su presidente Alexandre Pétion otorgaba facilidades para reuniones en pro de las independencias. Por ello Mina se entrevistó con Simón Bolívar, a quien trató de convencer de que se incorporara a la lucha contra Fernando VII en Nueva España.

Después Mina trasladó su pequeña flota a Galveston y Nueva Orleáns para preparar el viaje a tierras novohispanas. El 21 de abril de 1817 la expedición navegó hasta Soto de la Marina, en el actual estado de Tamaulipas, y tomó esta población sin encontrar resistencia. En el lugar designó autoridades, fortificó la plaza y la dejó al mando de su lugarteniente, el Mayor catalán José Sardá. [8]

El 24 de abril, Mina inició su avance tierra adentro apoderándose de 700 caballos del ejército realista. A pesar de este logro, los soldados norteamericanos desertaron y regresaron a Estados Unidos. El 24 de junio, sus tropas se aliaron con los insurgentes dirigidos por Pedro Moreno en la zona del Bajío novohispano. El 27 de julio intentó tomar la ciudad de León, pero fue rechazado, que significó su primer fracaso. A partir de entonces, su suerte cambió y las victorias se fueron convirtiendo en derrotas. Para el 12 de octubre, Mina llegó a la Junta de Gobierno insurgente, en Jaujilla, Michoacán. Siete días después lanzó su última proclama en la que instó a “los valientes españoles todos”, a dejar la apatía y a juntar brazos y espíritus con los americanos. En suma, señaló que de lo que se trataba era de hacer libres e independientes a los mexicanos, para que a su vez lo ayudaran a derrocar a Fernando VII. [9]

La Junta le sugirió organizar un ejército en la zona de tierra caliente, en donde los realistas no tenían posiciones fuertes, a diferencia de la región del Bajío. Sin embargo, urgido de apoderarse de una ciudad importante que reviviera la insurgencia, Mina atacó Guanajuato la noche del 24 de octubre, pero sus tropas fueron dispersadas. Al verse derrotados, Mina y Moreno huyeron al Rancho del Venadito, en donde fueron atacados a las siete de la mañana del 27 de octubre; en la refriega, Mina y Moreno resultaron prisioneros. Mina fue encadenado y Moreno fue decapitado inmediatamente.

Los siguientes días, Mina fue sometido a severos interrogatorios, pero el virrey Apodaca ordenó que no se prologara su ejecución. El 11 de noviembre de 1817, Mina fue conducido al Cerro del Borrego, cerca de Pénjamo, Guanajuato, donde fue fusilado por elementos del Batallón de Zaragoza. Antes de morir pidió a los soldados que apuntaran bien y no le causaran sufrimientos innecesarios. Tenía solo 28 años.

En 1823, el Congreso Mexicano le declaró “Héroe en grado heroico”. Sus restos fueron enterrados solemnemente frente al altar mayor de la Catedral de México, junto con Miguel Hidalgo, José María Morelos, Allende, Ximénez, Mariano Matamoros, Pedro Moreno y Víctor Rosales, considerados “Padres de la Patria”. Desde el 15 de septiembre de 1910, sus restos descansan en la Columna de la Independencia. [10]


[1]https://www.historicas.unam.mx/publicaciones/publicadigital/libros/694/694_04_04_MinaInsurgentes.pdf
[2]https://www.buscabiografias.com/biografia/verDetalle/10441/Francisco%20Xavier%20Mina%20-%20Francisco%20Javier%20Mina
[3] https://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/mina_francisco.htm
[4] https://www.gob.mx/agn/articulos/agnrecuerda-a-francisco-xavier-mina
[5]https://www.historicas.unam.mx/publicaciones/publicadigital/libros/694/694_04_01_InsurgenciaEspana.pdf
[6] https://www.memoriapoliticademexico.org/Biografias/MLM89.html
[7]https://www.historicas.unam.mx/publicaciones/publicadigital/libros/694/694_04_02_ElCamino.pdf
[8]https://www.historicas.unam.mx/publicaciones/publicadigital/libros/694/694_04_03_InsurgenciaNuevaEspana.pdf
[9]https://www.memoriapoliticademexico.org/Biografias/MLM89.html
[10]https://www.buscabiografias.com/biografia/verDetalle/10441/Francisco%20Xavier%20Mina%20-%20Francisco%20Javier%20Mina

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