Guadalupe Victoria, primer presidente de la República Federal Mexicana
“Guadalupe Victoria es un héroe nacional, Benemérito de la Patria, fundador y forjador de la República Mexicana y es precisamente el legado de Guadalupe Victoria lo que guía la actuación acertada que nos ha permitido tener la valentía e inteligencia de superación de los problemas a través de un proceso democratizador y de participación conjunta en el quehacer político, que redunda en importantes logros en el bienestar de todos los mexicanos.”

Francisco Salvador López Brito
Senador del Congreso de la Unión de México

 

José Miguel Ramón Adaucto Fernández y Félix, mejor conocido como Guadalupe Victoria, nació el 29 de septiembre de 1786 en la Villa de Tamazula, provincia de Nueva Galicia, hoy Durango. Durante su extensa trayectoria militar y política fue diputado, senador, gobernador de Veracruz y proclamado primer presidente de México el 10 de octubre de 1824 para un periodo que concluiría el 31 de marzo de 1829[1].

En 1811 abandonó sus estudios debido a que fue un fiel creyente de la causa independentista, uniéndose así a las fuerzas de José María Morelos. En ese momento cambió su nombre por el de Guadalupe Victoria; tal apelativo aludía por un lado a la deseada victoria de la causa independentista y, por otro, a la Virgen de Guadalupe, a la que se encomendó. Por su valentía y tenacidad Guadalupe Victoria fue ascendido al grado de coronel. Combatió al ejército realista en diversos frentes, entre ellos Oaxaca, Nautla y el puerto de Veracruz. Se le consideraba un hombre de instituciones y leyes. Se destacó por su voluntad, lealtad y fe inquebrantable por realizar sus propósitos personales con respeto a los derechos, costumbres y tradiciones[2].

Consumada la Independencia, el coronel Guadalupe Victoria, de ideas republicanas, entró en conflicto con Agustín de Iturbide y fue aprehendido. Poco después logró escapar de la prisión. Ante la caída de Iturbide, de marzo de 1823 a julio de 1824 se encargó del Poder Ejecutivo junto con Nicolás Bravo y Pedro Celestino Negrete[3].

En octubre de 1824 se eligió a Guadalupe Victoria como primer presidente de la nueva República de México. En su mensaje de juramento, indicó que su compromiso era con la patria, asumiendo como deber el coadyuvar con las naciones extranjeras respecto a las relaciones de paz, alianza y amistad. Por otro lado, se destaca como el iniciador de la administración pública mexicana. Asimismo, decretó por segunda vez la abolición de la esclavitud y respetó la libertad de prensa. Otros grandes hechos fue ordenar constituir la Marina de Guerra que le permitió lograr la total independencia de México cuando el 18 de noviembre de 1825 el general Miguel Barragán tomó el último bastión español: la fortaleza de San Juan de Ulúa en Veracruz. También instituyó la Suprema Corte de Justicia de la Nación e hizo efectiva la abolición de la esclavitud. Fue también el creador de la organización del Ejército Nacional de la naciente República Mexicana[4].

Finalmente, Guadalupe Victoria abandonó por unos años la vida pública y se retiró a su hacienda de “El Jobo” en Veracruz. Falleció en el Castillo de Perote el 21 de marzo de 1843[5].

Meses después de su fallecimiento fue declarado “Benemérito de la Patria” el 25 de agosto de 1843. Su nombre se encuentra escrito con letras de oro en el recinto del Congreso de la Unión, así como sus restos descansan en la Columna de la Independencia[6].

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