Ignacio Ramírez “El Nigromante”
Patriota Liberal Constituyente de 1857”
Presentose un día en la Academia de Bellas Letras, conocida como la Academia de Letrán, un joven cuyo traje denotaba pobreza y sus maneras encogimiento de verdadero colegial, con el carácter de candidato para ingresar en tan prestigiada institución. El joven ocupó la tribuna y dio inicio al tema de su discurso: No hay Dios; los seres de la naturaleza se sostienen por sí mismos. Ante el asombro de los asistentes desarrollo su disertación con una teoría nueva y osada y de tal manera cumplió su cometido, que los viejos de la Academia a pesar del escándalo mayúsculo que había dado el atrevido orador, al concluir este de hablar se pusieron de pie y lo felicitaron. Ese oscuro colegial que de tal manera anunciaba su entrada en el mundo intelectual se llamaba Ignacio Ramírez.”[1]
Juan Ignacio Paulino Ramírez Calzada nació en San Miguel el Grande, Guanajuato, el 22 de junio de 1818. Siendo sus padres Don Lino Ramírez y Doña Sinforosa Calzada. El primero fue un patriota muy ameritado y liberal valeroso, por lo que Ramírez fue educado desde su más tierna infancia en la ideas patrióticas y liberales más puras.
Se desempeñó como escritor, poeta, periodista, abogado, político e ideólogo liberal mexicano, y es considerado uno de los artífices más importantes del Estado laico mexicano.
Es conocido por su seudónimo periodístico, “El Nigromante”. En el ámbito político Ignacio Ramírez se destacó como miembro del movimiento liberal. Fue diputado al Congreso Constituyente y ministro de Justicia y Fomento en el gabinete de Benito Juárez.[2]
Ignacio Ramírez estudió la carrera de Jurisprudencia en la Universidad Pontificia de México. Su postura ilustrada, audaz y aguda se muestra en la presentación de su tesis “No hay Dios; los seres de la Naturaleza se sostienen por sí mismos”, se basó en principios de las ciencias naturales: la materia es indestructible, es eterna, por tanto, no hay un ente creador.[3])
Del mismo modo ejerció sus conocimientos en la docencia y en el periodismo con carácter y una postura política, que se manifestaba claramente en los diversos periódicos que fundó, donde no solo propagaba las ideas de la Reforma sino también ejercía su crítica implacable y satírica al gobierno. En 1845 fundó, junto con Guillermo Prieto, el periódico “Don Simplicio”, ahí fue donde comenzó a firmar sus textos como “El Nigromante”. Sus colaboraciones se distinguieron por ser encendidos artículos y agudos versos satíricos en donde hacía una desmesurada censura a los actos del gobierno conservador, abogando por la reforma del país en lo económico, religioso y político. En consecuencia, el periódico fue suprimido y Ramírez, encarcelado.[4]
Su congruencia lo llevo a exponer ideas y principios que pronto se convirtieron en leyes, defendió los derechos de personas indígenas ante las injusticias a las que se les sometía, promovió la educación y el estado laico. En 1846, tras la restauración de la Constitución de 1824, fue nombrado secretario de Guerra y de Hacienda del Gobierno del Estado de México, formando además el Consejo de Gobierno, que expidió leyes muy notables, tales como la de la abolición de las alcabalas, la que prohibía el juego, la de libertad de los municipios y la de la formación de una guardia nacional, contribuyendo sobre todo a la reorganización del Instituto Literario.
Más tarde fundó otro periódico, “Themis y Deucalion”, donde publicó su artículo “A los indios”. Como el título indica, defendía a los indígenas, pugnaba por su libertad, y a rebelarse contra la explotación a que eran sometidos. Este artículo lo llevó a juicio, pero resultó absuelto gracias a otros de sus reportajes, en “El Demócrata”, donde abogaba por su causa. En 1857, junto a Alfredo Bablot, fundó “El Clamor Progresista”, órgano de apoyo para la candidatura presidencial de Miguel Lerdo de Tejada.[5]
Sin duda alguna, el cargo donde El Nigromante gravitó substancialmente para la historia de México, como también para el pensamiento jurídico nacional, fue el de diputado al Congreso Constituyente de 1856-1857, por los resultados que dentro de lo posible se lograron.
Las intervenciones de Don Ignacio Ramírez, diputado por el estado de Sinaloa, fueron frecuentes y variadas; con vehemente arrojo y notable elocuencia, defendió en ese foro su ideología, haciendo gala de profundos conocimientos en todos los temas que él abordó. De entre las múltiples disertaciones parlamentarias de Ramírez, cabe únicamente mencionar las de especial relevancia como lo fueron, por ejemplo, el hermoso debate cargado de genial sapiencia sobre la declaración de los derechos humanos; su conmovedor alegato en favor de los derechos de los niños, de los huérfanos y de los hijos naturales; el debate acerca de la libertad de imprenta agobiada por la censura; su intervención en defensa de los trabajadores; el debate concerniente a la libertad de cultos, objetivo primordial de Ignacio Ramírez que sólo después, y al precio de una sangrienta guerra fratricida auspiciada por los intereses más oscuros de la Nación, sería conquistado en la Ley Fuente de 4 de diciembre de 1860, incorporada a la Constitución Política mexicana, durante el régimen de Sebastián Lerdo de Tejada.
Ciertamente la Carta Magna de 1857 no consigna todas las libertades que El Nigromante había promovido desde siempre, éstas, para bien de nuestra Patria, encontraron campo fértil en las Leyes de Reforma y en la Carta de Querétaro, donde fueron íntegramente consagradas.[6]
Al ser derrotados los conservadores, el presidente Benito Juárez lo nombró ministro de Justicia, Negocios Eclesiásticos e Instrucción Pública: desempeñó el cargo del 21 de enero al 9 de mayo de 1861. Durante su gestión impuso medidas como la creación de pensiones para alumnos pobres; reformo el plan de estudios de las escuelas, creó la Biblioteca Nacional y fortaleció la Escuela de Minería, y unificó la educación primaria en el Distrito Federal y los territorios federales[7], también, reformó la Ley de hipotecas y juzgados e hizo prácticas las leyes sobre independencia del Estado y de la Iglesia.
El erudito, abogado, escritor, poeta, y político mexicano Ignacio Ramírez "El Nigromante", falleció en la Ciudad de México el 15 de junio de 1879[8]. La noticia de su muerte produjo onda sensación en la sociedad entera. La manifestación hecha con motivo de su muerte fue eminentemente popular y en ella se distinguió especialmente la juventud estudiosa que siempre le seguia.[9]
[1] Cabrera Daniel. Liberales Ilustres Mexicanos de la Reforma y la Intervención. México,Grupo Editorial Miguel Ángel Porrúa,2006.
[2] https://www.biografiasyvidas.com/biografia/r/ramirez_ignacio.htm
[3] https://boletines.guanajuato.gob.mx/2018/06/21/a-200-anos-del-nacimiento-de-ignacio-ramirez-el-nigromante/#:~:text=Estudi%C3%B3%20la%20carrera%20de%20Jurisprudencia,no%20hay%20un%20ente%20creador
[4] https://www.senado.gob.mx/64/gaceta_del_senado/documento/63793
[5] https://www.durangomas.mx/2013/11/ignacio-ramirez/
[6] https://www.senado.gob.mx/64/gaceta_comision_permanente/documento/5591
[7] https://www.gob.mx/sep/articulos/aniversario-luctuoso-de-ignacio-ramirez-el-nigromante
[8] https://www.durangomas.mx/2013/11/ignacio-ramirez/
[9] Cabrera Daniel. Liberales Ilustres Mexicanos de la Reforma y la Intervención. México,Grupo Editorial Miguel Ángel Porrúa,2006.




