Luis Hidalgo y Carpio, pionero de la medicina legal mexicana y  promotor de la salud pública
“En esos consejos [para los jóvenes médicos] se veían resaltar las virtudes que adornaban al Sr. Hidalgo Carpio: aconsejaba la modestia, porque él no gustaba jamás de hacer vana ostentación de sus conocimientos; aconsejaba la caridad, porque él, después de una profesión activa, ejercida por treinta y seis años, murió en la pobreza; aconsejaba la armonía con sus compañeros de profesión, porque él procuró siempre hacerse apreciar de sus compañeros; […].”
Dr. Gustavo Ruiz y Sandoval
Higienista y estadístico

 

El 12 de mayo de 1879 falleció Luis Hidalgo y Carpio, en la Ciudad de México, distinguido médico mexicano del siglo XIX a quien sus contemporáneos consideraron el mejor forense de su tiempo[1]. Precursor de la medicina legal en México, fue también un gran divulgador del conocimiento en materia de salud, pues fue fundador y editor de la Gaceta Médica de México.

Hidalgo y Carpio nació el 18 de marzo de 1818. En 1838 se inscribió en el Establecimiento de Ciencias Médicas ―Colegio de Medicina― de la Ciudad de México, y se tituló como médico cirujano en 1843. Se formó profesionalmente en el marco de la Reforma Educativa de Valentín Gómez Farías, quien, siendo vicepresidente de México, decretó en 1833 la fusión de las carreras de medicina y cirugía, derivado de ello egresaron los primeros médicos cirujanos. El médico poblano estudió botánica pues desde joven estuvo interesado en la herbolaria. Asimismo, practicó la medicina clínica, atendiendo directamente a las personas enfermas y se interesó en integrar a su profesión la docencia, el conocimiento legal ―fue médico legista, perito en tribunales― y la difusión de la medicina, derivado de ello se convirtió en editor de publicaciones especializadas en temas de salud.

Fue secretario del Colegio de Medicina y catedrático de Patología interna, Farmacología, Fisiología, Clínica externa y Medicina legal, durante la invasión estadounidense fue cirujano del ejército. Entre 1850 y 1874 tuvo fue responsable de la dirección del Hospital de San Pablo, recién fundado entonces, y por más de una década se desempeñó dentro del Consejo Superior de Salubridad, fundado en 1841. En 1871, realizó en el Hospital Juárez de México, la primera extirpación del ano y una porción del recto por vía perineal de América, siendo el primero en el mundo en realizar una ligadura del epiplón en las hernias de dicha membrana. También destacó con su método para controlar la inflamación de la membrana que envuelve al pulmón. A su experiencia, sumó la medicina forense y legal .[2]

Luis Hidalgo y Carpio comenzó a escribir en 1842, año durante el cual le publicaron doce artículos académicos en el Periódico de la Academia de Medicina de México. En 1869 escribió el texto Introducción al estudio de la medicina legal, compendio y análisis de su experiencia como médico perito, el cual fue utilizado como libro de texto en la Escuela Nacional de Medicina. En 1877 completó su ensayo con Compendio de medicina legal, texto de gran importancia en su época que constituye el fundamento de la materia homónima, la cual comenzó a impartirse en 1878. Lo cual lo convierte en pionero en la materia en México y sus escritos en referencia de estudio.

En la década de 1870, como miembro de la Academia Nacional de Medicina, destacó como editor de la publicación de la insigne agrupación de los médicos más reconocidos a nivel nacional: la Gaceta Médica de México, cuya línea editorial destacó por la libertad y de expresión y la diversidad de los artículos presentados, siempre y cuando éstos estuvieran fundamentados en el método científico. Esta publicación no sólo contenía documentos en español, sino que incorporó artículos escritos en otros idiomas como el francés ―pues importantes patólogos y fisiólogos, como León Coindet, eran miembros de la asociación―. Además de editar la Gaceta, Luis Hidalgo y Carpio publicó en ella alrededor 54 trabajos desde el primer tomo (1864) hasta el XIV (1879, el año de su muerte). Entre sus artículos destacan “Clasificación médica legal de las heridas”, “Anatomía patológica”, “Tratamiento del croup por inhalaciones de vapores húmedos de sulfuro de mercurio”, “Fiebre tifoidea” y “Tumor biliar operado con éxito por punción indirecta”[3] , ejemplos que dan cuenta del amplio conocimiento que el médico poblano tenía.

El día de su fallecimiento, sus compañeros de profesión y familiares realizaron una velada fúnebre en el salón de actos de la Academia de Medicina, de la cual fue presidente en 1867. Al homenaje acudieron importantes personalidades y autoridades de la época, quienes reconocieron la labor de Hidalgo y Carpio, quien invitó a sus alumnos a ser médicos ideales y dedicó su vida hacia la salud pública y la medicina con modestia, generosidad y solidaridad. Sus aportaciones al desarrollo y difusión de la medicina nacional e internacional constituyen su mayor legado como precursor de la democratización de la salud.

Área Responsable