Movimiento Estudiantil de 1968, inicio
“Si analizas conflictos más recientes, como el del Consejo Estudiantil Universitario en 1986 o la huelga de 1999 en la UNAM, el movimiento Yo soy 132 en 2012 o el caso de los estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa en 2014, todos recuperan el 68 como un legado. Se ha debatido mucho sobre si ese movimiento fracasó o triunfó. Es un debate que lleva 50 años. Mi posición personal es que triunfó en el futuro.”

Eugenia Allier Montaño
Historiadora

 

La represión ejercida por el gobierno mexicano en la década de 1960 fie creciendo de forma gradual. Al mismo tiempo, el cuerpo de policías o el ejército actuaban cada vez más en distintas acciones violentas. Por tal motivo existía tensión entre la sociedad mexicana y los grupos de represión. Un capítulo nuevo se escribiría en la historia el 26 de julio de 1968, cuando el gran movimiento estudiantil sacudió los cimientos del régimen autoritario cuando exigieron respeto a su derecho de la vida, seguridad, y libertad de expresión.

En la Ciudad de México, el 22 de julio de 1968 se reportó una confrontación, en las cercanías del edificio de La Ciudadela, entre estudiantes de la Vocacional 2 5, del Instituto Politécnico Nacional (IPN), y los de la Preparatoria Isaac Ochoterena, incorporada a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). ¿Cuál fue la causa? El resultado de un partido de futbol americano. La situación pudo no haber pasado a mayores, pero terminó con la intromisión del cuerpo de granaderos. Al día siguiente, los preparatorianos apedrearon la Vocacional 5 y no hubo reacción por parte de las fuerzas de seguridad. No obstante, el 24 de julio la policía ocupó ambas instituciones del IPN, golpeando a estudiantes y profesores.[1]

La Federación Nacional de Estudiantes Técnicos (FNET), organismo estudiantil politécnico, convocó para el 26 de julio una manifestación contra la represión a sus compañeros y profesores, además de exigir la desocupación de sus instalaciones. Sin embargo, esta organización estaba influida por el Estado, y su vez su dirigencia era controlada por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), por lo cual no fue del todo escuchada. [2]

Ese mismo 26 de julio, al mismo tiempo, la Central Nacional de Estudiantes Democráticos (CNED), cuyos militantes estaban ligados al Partido Comunista Mexicano (PCM), declaró que, durante un mitin en apoyo a Cuba frente al Hemiciclo a Juárez, algunos estudiantes del Poli fueron golpeados por los granaderos en el cruce de las calles de 5 de Mayo y Palma, Centro Histórico de la Ciudad de México. En el sitio se congregaron 10 mil jóvenes para marchar rumbo al Zócalo capitalino, pero antes de llegar fueron atacados por mil policías. Entonces se vieron obligados a regresar al monumento, y cuando resolvieron dispersarse, una nueva embestida de granaderos produjo heridos y destrozos. [3]

El batallón 19 de granaderos, al mando del Capitán Manuel Robles que, en lugar de realizar su función pública, interceptaron al contingente de estudiantes a la altura de Isabel la Católica con Madero, calle que lleva directamente al Zócalo. Al enterarse de las agresiones, llegaron más alumnos, aunque no pudieron dar cauce a más agresiones. Horas más tarde, a las ocho de la noche, quienes aún permanecían en el Hemiciclo a Juárez entre ellos, estudiantes que habían logrado escapar de la represión previa, fueron nuevamente agredidos. [4]

El saldo de este ataque fue lamentable: 500 personas heridas, de acuerdo con información de la agencia de noticias AFP. Significativamente, en esa lista se encontraban: Raúl Mendiolea Cerecero, subjefe de la policía preventiva; coronel Eduardo Estrada Ojeda, jefe del Servicio Secreto (SS), y el capitán Pérez Meza, de la Dirección de Tránsito. [5]

En la Asamblea de la Vocacional 5, los estudiantes denunciaron que el día 26 habían sido agredidos por los granaderos, las guardias presidenciales y el servicio secreto, y reprobaron el llamado de la FNET a la policía para intervenir en las manifestaciones. [6]

Conforme a los hechos, aquel 26 de julio de 1968 hubo múltiples violaciones a los derechos humanos, principalmente a la libertad de expresión. Ese día, las fuerzas de seguridad cometieron delitos como el lesionar a los manifestantes, además de engañar a la opinión pública con sus justificaciones ante la prensa.

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