Nace Francisco Zarco, liberal, defensor de la libertad de expresión, de los derechos populares y de la causa republicana. Como ministro de Juárez decretó la Ley de Imprenta
“Triste y doloroso es decirlo, pero es la pura verdad: en México jamás ha habido libertad de imprenta; los gobiernos conservadores y los que se han llamado liberales, todos han tenido miedo a las ideas, todos han sofocado la discusión, todos han perseguido y martirizado el pensamiento. Yo, al menos, señores, he tenido que sufrir como escritor público ultrajes y tropelías de todos los regímenes y de todos los partidos”.

Francisco Zarco
Político y periodista
 

Francisco Zarco nació en Durango el 4 de diciembre de 1829. Zarco fue un destacado político, periodista, historiador, miembro del Congreso Constituyente de 1856 y notable escritor liberal de la Reforma. Es considerado uno de los padres fundadores del periodismo escrito y republicano.

Durante su formación escolar mostró interés por las ciencias sociales. En 1848 fue nombrado oficial mayor del Ministerio de Relaciones Exteriores por el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Manuel de la Peña y Peña, y el ministro universal, Luis de la Rosa, para formar parte del gobierno provisional[1].

Durante este periodo inició su actividad literaria y periodística cuando fundó El Demócrata junto a Antonio Pérez Gallardo en 1850. En el diario abordaban temas sobre las reformas indispensables para el progreso de la sociedad y la política. En 1855 se adhirió al Plan de Ayutla y fue electo diputado, así que escribió notables crónicas parlamentarias.

En el periódico El Siglo Diez y Nueve, que circuló en México entre 1841 y 1896, Zarco se opuso al golpe de Estado liderado por Félix Zuloaga en contra del gobierno de Ignacio Comonfort. Por tal razón fue perseguido y recluido en prisión diversas ocasiones. Una de ellas, el 13 de mayo de 1860, permaneció encarcelado durante siete meses en una celda donde contrajo tuberculosis. Salió en libertad en diciembre de 1860 para continuar su labor periodística en El Siglo Diez y Nueve, bajo el seudónimo de Fortún[2].

Zarco dedicó su vida al periodismo propositivo, polémico, educativo y de discusión sobre los problemas del país y sus posibles soluciones. Asimismo, defendió la libertad de expresión, los derechos populares y la causa republicana en distintos diarios como La Ilustración Mexicana y El Presente Amistoso. El trabajo de Francisco también tuvo alcance internacional en los diarios extranjeros como El Mercurio de Valparaíso, El Correo de Santiago de Chile, La Nación y El Pueblo de Buenos Aires.

Durante su cargo como diputado destacó por su defensa del pensamiento liberal y las reformas relativas a las garantías individuales. Propuso el establecimiento de un salario mínimo y logró la gratuidad en materia de impartición de justicia.

Si bien sus ideas eran progresistas y de orden social, era complicado llevarlas a cabo en esos momentos de enorme pugna entre los bandos liberal y conservador. Por el contrario, en diciembre de 1857 se proclamó el Plan de Tacubaya, en donde Ignacio Comonfort disolvió el Congreso. Dispersos los constituyentes, los conservadores desconocieron a Comonfort y en su lugar nombraron al general Félix Zuloaga[3].

Una vez restablecida la Constitución del 57, Benito Juárez nombró a Zarco ministro de Gobernación y de Relaciones Exteriores. Asimismo, el 20 de febrero de ese año se formuló la ley Orgánica de la libertad de prensa o Ley de Imprenta, que garantizaba el derecho a la libre expresión de ideas, de tal manera se buscaba que la crítica al poder estuviera asegurada. En consecuencia, se convirtió en un baluarte de la libertad que no había existido hasta ese momento[4].

Tres años después, en septiembre de 1864, se exilió en Nueva York, donde permaneció con su familia hasta el triunfo de la República en 1867[5]. Francisco Zarco fue un luchador social incansable, congruente entre el pensamiento y el acto. También fue uno de los fundadores de la prensa escrita y del periodismo militante republicano. Su herramienta fue la palabra impresa; sus objetivos, la discusión sobre la vida pública, la defensa de las ideas y el derecho a expresarlas, a luchar por la libertad, la democracia y por una transformación sociopolítica del país por medio de ideas progresistas.

Murió en México a causa de una tuberculosis pulmonar el 29 de diciembre de 1869. A su muerte se le declaró Benemérito de la Patria[6]. Su nombre está inscrito en la Cámara de Diputados. Sus restos reposan en el histórico Panteón de San Fernando, donde también reposa el cuerpo de Benito Juárez.

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