“Los gobiernos civiles no deben tener religión, porque siendo
su deber proteger la libertad que los gobernados tienen de
practicar la religión que gusten adoptar, no llenarían fielmente
ese deber si fueran sectarios de alguna.”

Benito Juárez
Abogado y político mexicano

 

Benito Juárez García nació el 21 de marzo de 1806 en San Pablo Guelatao, Oaxaca. Su niñez fue precaria y durante varios años estudió por sí mismo, pero su vida dio un giro muy importante cuando llegó a la ciudad de Oaxaca, donde ingresó al Seminario de Santa Cruz; ahí concluyó estudios de Latín, Filosofía y Teología .[1]

Fue un importante político mexicano indígena y abogado, personaje relevante para un gran cambio en la historia de México gracias a la Constitución de 1857 y la Guerra de Reforma. Respecto a los cargos que llego a ocupar podemos mencionar los siguientes: en 1831 fue regidor del Ayuntamiento de Oaxaca y en 1833; fue diputado local; en 1841 juez de lo civil y al ser derrocado de la Presidencia el Gral. Paredes Arrillaga, Juárez resultó electo diputado federal. Al volver a Oaxaca, Juárez ocupó por poco tiempo la gubernatura a la renuncia de José Simeón Artega. Al terminar el periodo en agosto de 1848, se presentó como candidato al siguiente periodo y resultó electo. Procuró el equilibrio económico y ejecutó algunas obras públicas: caminos, reconstrucción del Palacio de Gobierno, fundación de escuelas normales; levantamiento de una carta geográfica y la formación del plano de la ciudad de Oaxaca; reorganizó la Guardia Nacional y dejó superávit en el tesoro. Terminó su mandato en 1852 .[2]

Benito Juárez en 1855 es nombrado Ministro de Justicia e Instrucción Pública, desde este cargo promulga la ley conocida como “Ley Juárez”, instrumento que sirvió para abolir los privilegios de militares y clérigos. En ella se suprimen los fueros eclesiásticos y militares, y sus tribunales especiales. Está constituida por setenta y siete artículos, más otros cuatro transitorios. En esencia establece :[3]

Se suprimen los tribunales especiales, con excepción de los eclesiásticos y militares. Los tribunales eclesiásticos cesarán de conocer en los negocios civiles y continuarán conociendo de los delitos comunes de los individuos de su fuero, mientras se expide una ley que arregle ese punto. Los tribunales militares cesarán también de conocer de los negocios civiles, y conocerán tan solo de los delitos puramente militares o mixtos de los individuos sujetos al fuero de guerra. Las disposiciones que comprende este artículo, son generales para toda la República, y los Estados no podrán variarlas o modificarlas.

Esta ley provoco muchos enfrentamientos entre liberales y conservadores y, durante la presidencia del señor Comonfort, se encarcelo a numerosos ciudadanos, entre los cuales se encontraba Benito Juárez. Asimismo el político y abogado Benito Juárez también es conocido como “Benemérito de las Américas”, esto debido a su lucha contra la invasión francesa. Por otro lado podemos destacar que Benito Juárez mientras se encontraba como titular del Poder Ejecutivo, impulsó las Leyes de Reforma, mediante las cuales se establecían, entre otras cosas, la libertad de culto, la creación del registro civil, y la secularización de la beneficencia pública .[4]

En 1872, cuando planeaba su reelección, falleció por un infarto en sus habitaciones de Palacio Nacional, donde residía. Era el 18 de julio, y tenía 66 años. Mucho se ha dicho alrededor de su muerte, y poco se ha comprobado, pero sí hay registros de cuánto se le respetó y honró durante su vida y tras su fallecimiento. Su cadáver fue conducido al gran salón del palacio, y se permitió al pueblo despedirse de él. Su sucesor, Sebastián Lerdo de Tejada, decretó de inmediato el luto nacional. Cada cuarto de hora, sonaron cañonazos: el último fue el día 23 a las dos de la tarde, cuando terminó el entierro del Benemérito de la Américas en el Panteón de San Fernando .[5]

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