Por primera vez Rubi Bridges, una niña afroamericana, ingresa a una escuela donde existía segregación racial. Por el derecho a la igualdad y a la no discriminación

El 14 de noviembre de 1960, Ruby Bridges, una niña de seis años, promovió la causa de los derechos civiles cuando se convirtió en la primera estudiante afroamericana en ingresar a la escuela primaria William Frantz, en el estado de Luisiana, Estados Unidos, que hasta ese momento era "sólo para blancos". Aquel día tuvo que ser escoltada y protegida por alguaciles federales[1].

Ruby Bridges Hall nació el 8 de septiembre de 1954, en Tylertown, Mississippi, Estados Unidos de América. A los 4 años se mudó con sus padres a Nueva Orleans, Luisiana. Posteriormente, en 1960, sus padres, miembros de la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color, se les solicitó que su hija Ruby fuera voluntaria para participar en el sistema de integración racial de Nueva Orleans. Al principio, el padre de Ruby no estaba de acuerdo, pues temía por la seguridad de su hija; no obstante, su madre quería que tuviera las oportunidades educativas que a ellos les habían negado. Finalmente, aceptaron la solicitud[2].

Años antes, la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos había dictado su veredicto para el caso Brown contra el Consejo de Educación, donde se declaró que las leyes favorecían el separatismo por “raza”, por lo cual negaban la igualdad de oportunidades educativas. Así que, en 1954, se decidió que las escuelas separadas para niños negros y blancos eran inconstitucionales. Este hecho fue clave para que Ruby, junto a otros estudiantes, hicieran un examen para determinar si los alumnos del jardín de niños podían asistir a una escuela de blancos. Ruby Bridges pasó ese examen junto a seis niños más y, consiguieron la entrada a la escuela William Frant[2].

Sin embargo, el primer día de Bridges fue problemático, ya que no encontró compañeros, porque sus padres realizaron un boicot, así que pasó el día en compañía de su madre y en la oficina del director. La circunstancia cambio al siguiente día, pues Pam, de cinco años, asistió a la escuela y la única maestra blanca que aceptó enseñar a Bridges fue Barbara Henry. Con el paso de los años, Bridges recuerda ese momento determinante en su vida: “Eso me convirtió en una persona que no tiene prejuicios en absoluto. Y siento que esa niña todavía está dentro de mí, y que es mi llamado asegurarme de que los niños entiendan que no se puede mirar a alguien y juzgarlo”. [3].

En aquellos años el racismo se encontraba considerablemente adherido a la mentalidad de los estadounidenses blancos. Algunos grupos confrontaron violentamente la lucha por los derechos civiles de la comunidad afroamericana. La familia de Ruby sufrió algunas de estas consecuencias: su padre perdió su empleo, no los dejaban comprar en el almacén y sus abuelos fueron echados de sus tierras en Mississippi. A pesar de las dificultades, la sociedad estadounidense se sensibilizó gradualmente. Integrantes de las comunidades blancas y afroamericanas ofrecieron su ayuda a la familia Bridges, ya fuera cuidando su casa de vandalizaciones o acompañando a los federales a dejar a la pequeña en el colegio[4].

Años más tarde, Ruby se graduó de la secundaria integrada Francis T. Nicholls y, tras estudiar turismo en Kansas, trabajó como agente de viajes durante 15 años. En 1999 creó la Fundación Ruby Bridges para promover los valores de la tolerancia, el respeto y la apreciación de las diferencias[5]. En septiembre de 2022, Bridges compartió su experiencia con la publicación de su libro ilustrado I am Ruby Bridges, dirigido para niños y niñas donde explica de manera sencilla y práctica términos como Corte Suprema o ley para niñosEn septiembre de 2022, Bridges compartió su experiencia con la publicación de su libro ilustrado I am Ruby Bridges, dirigido para niños y niñas donde explica de manera sencilla y práctica términos como Corte Suprema o ley para niños[6].