Rubén Jaramillo Militar, político, revolucionario y guerrillero mexicano, de origen campesino
“Los trabajadores hemos avanzado poco, y hasta es indispensable que unidos no sólo pidamos menos horas de trabajo como jornada diaria, hoy con toda la experiencia que hemos recogido, debemos pedir que cuanto antes sean nacionalizadas todas las industrias, y fuentes de riqueza nacional, y luchar políticamente, para hacer que el poder público y económico, llegue de una vez por todas como lo dice el artículo 39 constitucional a las manos del pueblo"
Rubén Jaramillo
Dirigente Zapatista
1962

 

El 23 de mayo de 1962 un destacamento militar apoyado por policías judiciales sacó de su casa, en Tlaquiltengo, Morelos, al dirigente campesino Rubén Jaramillo, a su esposa Epifania, que estaba embarazada, y a sus hijos Enrique, Filemón y Ricardo militantes de la Juventud Comunista de México. Dos horas después la familia fue acribillada en las cercanías de las ruinas de Xochicalco, consumándose así uno de los más brutales crímenes políticos del siglo XX mexicano . [1]

Aquel día fue el resultado de una serie de violaciones a sus derechos humanos, dentro de los cuales podemos destacar que se dio la :[2]

  • inviolabilidad del domicilio siendo este un derecho fundamental que permite a una persona disfrutar del lugar de vivienda sin interrupciones ilegítimas y le permite desarrollar su vida privada sin ser objeto de molestias;
  • legalidad;
  • seguridad jurídica;
  • violación a la privación de la libertad;
  • derecho a la presunción de inocencia derivado de las detenciones arbitrarias;
  • derecho a la vida, con motivo del uso excesivo de la fuerza que derivó en la ejecución arbitraria de Rubén Jaramillo y su familia;
  • derecho a la integridad personal, con motivo del trato cruel, inhumano y/o degradante derivado de las lesiones inferidas;
  • violaciones a la debida procuración de justicia y a la verdad, con motivo de la irregular integración de las carpetas de investigación; y
  • violaciones al trato digno, al interés superior de la niñez y a una vida libre de violencia, derivado de las violaciones a los derechos humanos cometidas en agravio de las personas menores de edad.

El 23 de mayo de 1962, se presentaron alrededor de 60 militares y civiles frente a la calle de Mina número 14, en Tlaquiltenango, Morelos, domicilio de la familia Jaramillo. Elementos del Ejército Mexicano y la Policía Judicial, acompañados del soplón Heriberto Espinosa alias “El Pintor”, se introdujeron a la casa y con violencia obligaron a salir a Rubén, su esposa e hijos adoptivos, quienes fueron secuestrados, al mismo tiempo que sustraían los documentos agrarios en poder del jefe campesino morelense .[3]

Dos horas más tarde, cerca de las ruinas arqueológicas de Xochicalco, los miembros de la familia Jaramillo fueron acribillados y rematados en la cabeza con el tiro de gracia. Hoy día, gracias a los estudios académicos y al periodismo de investigación que practica en la revista “Contralínea” el comunicador Zósimo Camacho, está establecido que la “Operación Xochicalco” fue ejecutada por el Ejército Mexicano por órdenes del presidente Adolfo López Mateos. Las armas y municiones eran reglamentarias, esto es, de uso exclusivo del Ejército y la Policía Judicial Federal .[4]

En los años veinte Rubén Jaramillo encabezó una lucha legal por la reforma agraria y consideró que el reparto prometido sólo era una bandera política y no un verdadero compromiso del gobierno. Lo que se buscó a través de la reforma agraria institucional fue la creación de clientes políticos. Ya que ha sido con mucho el recipiente principal de votos fraudulentos en los comicios impulsados por el Partido Nacional Revolucionario (PNR), Partido de la Revolución Mexicana (PRM), Partido Revolucionario Institucional (PRI), durante cerca de 90 años, el voto verde lo llamaban con un desparpajo siniestro los militantes priistas .[5]

Durante el período del “caudillismo revolucionario”, Rubén Jaramillo continuó mediante el trámite legal la lucha por los derechos e intereses del campesinado. Al ser lanzada la candidatura de Lázaro Cárdenas, el líder morelense la apoyó. En el sexenio del divisionario michoacano impulsó la creación de la Sociedad Cooperativa de Ejidatarios, Obreros y Empleados del Ingenio “Emiliano Zapata”, en Zacatepec, Morelos, y encuadró a cerca de 5 mil ejidatarios en 58 sociedades cañeras, con el objeto de diversificar la producción y mejorar la calidad de vida de los campesinos y trabajadores asalariados .[6]

Rubén Jaramillo como luchador y dirigente campesino, el 5 de febrero de 1962, ante la negativa de las autoridades agrarias de atender sus peticiones de dotación de tierras, junto con grupos de campesinos organizados como el Centro de población “Otilio Montaño”, encabezados por Jaramillo, se apoderaron de los terrenos de “El Guarín”. Se cuenta que el expresidente Miguel Alemán tenía intereses en esos terrenos. Jaramillo no abandonó la lucha e intentó entrevistarse con el presidente López Mateos para que esas tierras fueran adjudicadas a los campesinos que las demandaban. Pero perdió el contacto con el presidente y en la prensa se difundieron rumores de que Jaramillo volvería a levantarse en armas. Algunos meses después, el 23 de mayo de 1962, se lleva a cabo el terrible asesinato de Rubén Jaramillo y su familia .[7]

Debido a que Rubén Jaramillo es considerado el heredero ideológico del zapatismo, líder y luchador social siempre con el objetivo de cumplir con los postulados del zapatismo: justicia, tierra y libertad, el Congreso del Estado de Morelos, el 04 de mayo de 2016 presentó ante el Pleno, propuesta de Acuerdo Parlamentario para inscribir con letras doradas en el Muro de Honor del Congreso del Estado, el nombre de Rubén Jaramillo Ménez.

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