Se promulga el Plan de San Luis Potosí con el lema: “Sufragio Efectivo. No Reelección”
“Conciudadanos: Si os convoco para que toméis las armas y derroquéis al gobierno del Gral. Díaz, no es solamente por el atentado que cometió durante las últimas elecciones, sino por salvar a la patria del porvenir sombrío que la espera continuando bajo su dictadura y bajo el gobierno de la nefanda oligarquía científica, que sin escrúpulos y a gran prisa están absorbiendo y dilapidando los recursos nacionales […] No vaciléis, pues, un momento. Tomad las armas, arrojad del poder a los usurpadores, recobrad vuestros derechos de hombres libres y recordad que nuestros antepasados nos legaron una herencia de gloria que no podemos mancillar. Sed como ellos fueron: invencibles en la guerra, magnánimos en la victoria.”

Francisco I. Madero
Empresario y político

 

El Plan de San Luis está fechado el 5 de octubre de 1910. En la elaboración de este documento participaron Francisco I. Madero, Juan Sánchez Azcona y Roque Estrada, entre otros. En él se declaraban nulas las elecciones efectuadas en junio de ese mismo año, reafirmando el principio de no reelección y reiterando el derecho del pueblo a la efectividad del sufragio.

Después de que el presidente Porfirio Díaz había gobernado por más de 30 años, durante las elecciones de 1910, Francisco I. Madero planteó la necesidad de que alguien más ocupara el Poder Ejecutivo de la nación en su libro titulado La Sucesión Presidencial de 1910. Asimismo, exponía su intención de ser el próximo candidato a la Presidencia, lo que provocó una serie de ataques en su contra por parte del gobierno, de modo que Madero manifestó abiertamente su oposición al gobierno de Díaz y se declaró dispuesto a llegar a la violencia armada si no se respetaba el proceso electoral.[1] Por ese tipo de afirmaciones Madero fue señalado como peligroso y rebelde, tras de lo cual Porfirio Díaz ordenó su aprehensión.

Madero fue capturado en Monterrey y trasladado a San Luis Potosí, donde se le dejó en libertad, con la condición de permanecer en la ciudad; sin embargo, éste evadió la vigilancia y escapó hacia San Antonio, Texas, Estados Unidos de América, donde publicó el Plan de San Luis el 5 de octubre de 1910[2]

En el Plan de San Luis, Francisco I. Madero argumentaba que había que tomar las armas, ya que “…La tiranía que oprime a México no tiene por base el derecho, sino la fuerza, no tiene por objeto el engrandecimiento y prosperidad de la Patria, sino enriquecer a un pequeño grupo” y que “Tanto el Poder Legislativo como el Judicial están completamente supeditados al Ejecutivo. La división de Poderes, la soberanía de los estados, la libertad de los Ayuntamientos y los derechos del ciudadano solo existen escritos en la Carta Magna”.

Madero convocó al país a levantarse contra el porfiriato y establecer elecciones libres. En dicho manifiesto podía leerse la frase, repetida como un principio político: “Sufragio Efectivo. No Reelección”. Además, se advertía que, al triunfo de la Revolución, Porfirio Díaz sería declarado traidor por no haber respetado los planteamientos establecidos en los planes de La Noria y de Tuxtepec; también sus funcionarios de más alto nivel serían llevados ante los Tribunales, acusados de violación a las leyes.

Asimismo, se nombraba a Madero presidente interino plenipotenciario, con la promesa de convocar a elecciones presidenciales extraordinarias, una vez que triunfara la Revolución. Este Plan también contempló la restitución de tierras, especialmente a las personas de los pueblos originarios. Con todo y que en el documento no se describía a detalle la forma en que se llevarían a cabo dichas reformas agrarias, este planteamiento logró atraer a amplios sectores del campesinado mexicano[3]. Otro punto de medular importancia es que también se realizó un llamado para levantarse en armas el 20 de noviembre de 1910, a las 18 horas.

Por todas estas razones, el Plan de San Luis es claramente un documento fundacional en el ámbito de los derechos humanos, tales como el derecho a la democracia, el derecho a disentir políticamente, el derecho a competir por un cargo de elección popular, el derecho a luchas por los derechos y el derecho al reparto de tierras, entre muchos otros.


[1] https://www.gob.mx/sedena/documentos/5-de-octubre-de-1910-proclamacion-del-plan-de-san-luis?state=published
[2]Idem.
[3]En: Calendario cívico escolar, Enrique Ávila Carrillo y Efraín Gracida Camacho, Ediciones Quinto Sol, México, 2019, pp. 228-229.

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