Semana Mundial de la Inmunización

La Organización Mundial de la Salud (OMS) celebra la Semana Mundial de la Inmunización, llevada a cabo la última semana de abril (24 al 30), se tiene por objeto promover la vacunación para proteger contra las enfermedades a personas de todas las edades. Cada año, la inmunización salva millones de vidas, por lo que está ampliamente reconocida como una de las intervenciones de salud más eficaces y de mejores resultados . [1]

La inmunización es un componente esencial del derecho humano a la salud además de ser responsabilidad de los individuos, comunidades y gobiernos. Se estima que gracias a la vacunación se previenen unos 2.5 millones de fallecimientos cada año. Igualmente, las vacunas contra la hepatitis B y contra el Haemophilus influenzae tipo b han pasado a formar parte de los programas nacionales de inmunización en 179 y 173 países, respectivamente; la poliomielitis está casi erradicada; y cada año se ha evitado un gran número de fallecimientos debidos al sarampión .[2]

Lo anterior se debe a que la inmunización previene enfermedades, discapacidades y defunciones por enfermedades prevenibles mediante vacunación, tales como el cáncer cervical, la difteria, la hepatitis B, el sarampión, la paroditis, la tos ferina, la neumonía, la poliomielitis, las enfermedades diarreicas por rotavirus, la rubéola y el tétanos .[3]

Existe el Plan de Acción Mundial sobre Vacunas aprobado en la Asamblea Mundial de la Salud del 2012 por los 194 Estados Miembros, el plan tiene por objeto mejorar la salud mediante la ampliación de todos los beneficios de la inmunización a todas las personas, independientemente de su lugar de nacimiento, quiénes son o dónde viven. Dentro de este Plan de Acción podemos encontrar que cuenta con seis objetivos estratégicos :[4]

1. Todos los países se comprometen con la inmunización como prioridad;
2. Individuos y comunidades comprenden el valor de las vacunas y exigen la inmunización como un derecho y una responsabilidad;
3. Los beneficios de la inmunización se distribuyen de forma equitativa a todas las personas;
4. Sistemas de inmunización robustos que forman parte integral de un sistema de salud que funcione correctamente;
5. Programas de inmunización que cuenten con un acceso sostenible a una financiación previsible, suministro de calidad y tecnologías innovadoras; y
6. Innovaciones en investigación y desarrollo a escala nacional, regional y mundial para maximizar los beneficios de la inmunización.

Lo anterior debido a que, si se logran alcanzar estos objetivos estratégicos de inmunización, se evitarán cientos de millones de casos y millones de futuras muertes de aquí a finales del decenio, se ganarán miles de millones de dólares de productividad y la inmunización contribuirá a superar el Objetivo de Desarrollo del Milenio número 4 de reducir la mortalidad infantil .[5]

Por otro lado es importante recordar que debido al virus de COVID-19, el mundo se ha situado en una crisis sanitaria, es por ello que el lema del año 2020 fue #VaccinesWork for All («Las vacunas funcionan para todos») y la campaña se centró en la enorme trascendencia de las vacunas, y de las personas que las desarrollan, administran o reciben, ya que trabajan para proteger la salud de todas las personas, en todo lugar [6]. Con la finalidad de brindar mayor apoyo e información, la OMS desarrollo los principios rectores y consideraciones para ayudar a los países en sus procesos decisorios relativos a la prestación de servicios de inmunización durante la pandemia de COVID-19, como ejemplo de alguno de ellos podemos destacar los siguientes :[7]

1. Se deberá mantener y reforzar la vigilancia de las enfermedades prevenibles mediante vacunación, a fin de posibilitar que la detección precoz y la gestión temprana de casos, cuando sea posible, contribuyan a la vigilancia de la COVID-19.
2. Las autoridades nacionales deberán realizar un seguimiento continuo de la dinámica de la COVID-19 en su país o región.
3. Se aconseja, siempre que sea posible, vacunar contra la COVID-19 a los profesionales sanitarios y a los adultos mayores.

En México el 11 de enero de 2021 se emitió la Política nacional rectora de vacunación contra el SARS-CoV-2 para la prevención de la COVID-19 en México, dentro del cual se describen las recomendaciones del grupo técnico asesor de vacunas, los diferentes tipos de candidatos vacúnales, la priorización de los grupos de población que se vacunarán, las etapas y logística de la estrategia, así como el plan de comunicación. Dentro del orden de los grupos de población que tendrán prioridad en la aplicación del fármaco, son los siguientes :[8]

1. Trabajadores de la salud
2. Personas de 80 y más años
3. Personas de 70 a 79 años
4. Personas de 60 a 69 años
5. Personas de 50 a 59 años
6. Personas de 40 a 49 años
7. Población menor de 40 años

Días posteriores el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell Ramírez, informo que, la campaña de vacunación contra COVID-19 había entrado en su etapa expansiva con la aplicación de 94 mil 395 dosis para personal de salud que labora en unidades COVID-19 en el territorio nacional [9]. Actualmente el Gobierno de la Ciudad de México anuncio que la tercera etapa de vacunación contra COVID-19 se llevaría a cabo del 8 al 16 de marzo y abarcará a adultos de 60 años y más de las alcaldías Miguel Hidalgo y Azcapotzalco terminando durante las primeras semanas de abril con la cobertura total en su primera dosis para los adultos mayores de la capital.[10]

Por otro lado, Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), comento que América Latina no alcanzará la inmunidad de rebaño durante 2021, hoy en día estamos viviendo un fuerte acaparamiento internacional por el acceso a las vacunas y eso afecta muy negativamente a la región y genera desigualdad intrarregional entre los países. Expuso que además de las restricciones en logística de distribución, disponibilidad de insumos críticos y la cobertura de los sistemas de salud, el acaparamiento de las vacunas por parte de países desarrollados afecta a la región .[11]

Es debido a esta pandemia que hoy más que nunca es indispensable mostrar que la inmunización sistemática es la base de los sistemas de salud sólidos y resilientes y de la cobertura sanitaria universal, así como subrayar la necesidad de impulsar los progresos en la inmunización y a la vez abordar deficiencias, especialmente invirtiendo más en vacunas e inmunización .[12]