Xavier Mina Héroe de la Independencia
“La importancia de Francisco Xavier Mina es trascendental en un país que padece continuamente de amnesia histórica. Considero que Mina, al igual que Fray Servando Teresa de Mier, es uno de los héroes de la patria más tristemente desconocidos, poco valorados o poco reconocidos del movimiento de la Independencia de México.”
Jorge Alberto Rivero Mora
Doctor en Historiografía

 

Francisco Xavier Mina nació el 1 de julio de 1789 en la población de navarra de Otano, Pamplona, España. Fue hijo de Juan José Mina Espoz y María Andrés Larrea. Francisco Xavier Mina participó en dos grandes conflictos bélicos: la Guerra de Independencia de España ante la ocupación napoleónica (1808-1814), y la de la Independencia de México (1810-1821) en el bando insurgente. Mina fue ejecutado el 11 de noviembre de 1817 en su lucha por la autodeterminación de México .[1]

En 1807, Mina ingresó a la Universidad de Zaragoza para estudiar jurisprudencia a pesar de que no existían las condiciones propicias para el estudio en su ciudad, por la invasión francesa etapa magistralmente narrada por el novelista Benito Pérez Galdós en Zaragoza [2], en uno de sus Episodios Nacionales se había convertido en un grave conflicto bélico. Con el avance de los invasores en 1808, Mina abandonó la vida de estudiante para convertirse en un guerrillero decidido a dar la vida por su patria. El 24 de mayo se sumó al levantamiento popular; entre otras acciones, formó el cuerpo “Corso Terrestre de Navarra”, ganando fama de estratega con sus hazañas guerrilleras .[3]

En el otoño de 1808, Xavier se encontraba refugiado en su pueblo. Allí recibió una carta del general Juan Carlos de Areizaga, invitándolo a participar en la contienda de forma directa. Se entrevistaron en Guipúzcoa y le fue otorgada su primera misión: obtener información del otro lado de la frontera para enterarse de los movimientos del enemigo estacionado en Vitoria y Burgos para poder adelantársele.

En 1809 fue aprehendido y cuando fue liberado partió al destierro en Inglaterra, donde llegó el 15 de abril de 1815. Ya instalado en Liverpool fue apoyado para su sobrevivencia, además de contar con el apoyo de una de las estructuras más organizadas en Inglaterra: la logia masónica. Éstas jugaron un papel muy importante en la liberación de la América española. Varias de ellas tenían vínculos con patriotas americanos, empresarios y militares con proyectos libertarios. Con su ayuda se prepararían los levantamientos liberales contra el absolutismo de Fernando VII. Entre los refugiados se encontraba el político y militar Francisco de Miranda, quien fundó en 1803 la Logia Americana y buscó apoyo para su revolución en Venezuela .[4]

Mina se relacionó con la Logia de los Caballeros Racionales o de Lautaro, organización que buscaba apoyar a los americanos desde Europa y a través de sus sucursales en América. En esta logia se iniciaron personajes como José de San Martín, Matías Zapiola, José Álvarez de Toledo, Miguel Santa María, Vicente Chilavert, Caycedo, Manuel Palacio Fajardo, el padre Anchoris, Vicente Acuña y el clérigo novohispano Servando Teresa de Mier.

Los fracasos de los levantamientos en España influyeron en Mina para que pusiera como su próximo objetivo la Nueva España. Sabía que sus recursos eran fundamentales para España, por lo que decidió contribuir a su independencia. En una de sus reuniones con los masones conoció al sacerdote Fray Servando Teresa de Mier, hombre de importante trayectoria, admirable pensamiento y conocedor convencido de las luchas de independencia que se libraban en América.

Fray Servando había sido expulsado de la Nueva España por sus ideas liberales; logró fugarse de varias prisiones y huyó hacia Francia. Como Mina, participó en algunas batallas contra Napoleón; ya en Londres se dedicó a atacar al régimen de Fernando VII y a propagar y difundir la lucha independentista que se libraba en la Nueva España. El encuentro de Mina con él religioso fue lo que lo impulsó a unirse a la lucha independentista en tierras novohispanas.

En aquel entonces ya era sabido en Europa que José María Morelos encabezaba la lucha por la independencia, había establecido un Congreso y también había promulgado una nueva constitución para regir el nuevo Estado. Estos acontecimientos coincidieron con las ideas de Xavier Mina y Fray Servando, por lo que ambos alentaron las ayudas de las potencias europeas y de los Estados Unidos para intervenir en apoyo a la lucha emancipadora y dar reconocimiento posterior a las nuevas naciones americanas .[5]

Pese a la muerte de José María Morelos —fusilado el 22 de diciembre de 1815— y la disolución del gobierno independiente, se supo que la revolución de independencia era sostenida sólo en las montañas y en las selvas del país por Vicente Guerrero y Guadalupe Victoria.

El 15 de mayo de 1816 Xavier Mina zarpó del puerto de Liverpool, acompañado de Fray Servando y 22 oficiales españoles, italianos e ingleses rumbo a los Estados Unidos con el propósito de organizar un ejército invasor. Llegó a Norfolk, Virginia, el 30 de junio. Ya en territorio estadounidense Mina recibió el apoyo de exiliados hispanoamericanos liberales y del general Scott, quien convenció a oficiales norteamericanos de que se unieran a la expedición.

Antes de emprender su expedición, Mina viajó a Haití, república ya independiente en la que el general Pietón, su presidente, simpatizaba con su causa. Allí se entrevistó con Simón Bolívar, a quien trató de convencer de que se incorporara a la lucha contra Fernando VII en la Nueva España. Después trasladó su pequeña flota a Galveston y Nueva Orleáns en preparación del desembarco en tierras novohispanas .[6]

El 21 de abril de 1817 la expedición cogió forma y Francisco Xavier Mina tomó la población de Soto de Marina sin que le hicieran resistencia; designó autoridades, fortificó la plaza y la dejó al mando de su lugarteniente, el Mayor catalán José Sardá .[7]

El 24 de abril Mina inició su avance tierra adentro apoderándose de 700 caballos destinados al ejército realista. No obstante, los soldados norteamericanos que acompañaban a Mina, desertaron y regresaron a Estados Unidos. Por lo tanto, Xavier decidió continuar con la causa y obtuvo importantes éxitos en sus batallas. El 24 de junio Mina y sus fuerzas se unieron a los insurgentes dirigidos por Pedro Moreno en la zona del Bajío novohispano. El 27 de julio intentó tomar la ciudad de León, convirtiéndose éste en su primer fracaso, al que le seguirían más derrotas. El 12 de octubre Mina llegó a Jaujilla, Michoacán, en donde estaba la Junta de Gobierno insurgente. Desde allí lanzó su última proclama, en la que instó a “los valientes españoles todos” a dejar la apatía y a juntar brazos y espíritus con los americanos; en suma, señaló que buscaba hacer libres e independientes a los mexicanos para que, a su vez, lo ayudaran a derrocar a Fernando VII .[8]

La junta le sugirió organizar un ejército en la zona de Tierra Caliente, en donde los realistas no tenían una fuerte posición, a diferencia de la región del Bajío. Sin embargo, urgido de apoderarse de una ciudad importante que reviviera la insurgencia, Mina atacó Guanajuato la noche del 24 de octubre, pero sus tropas fueron dispersadas. Al verse derrotados, Mina y Moreno huyeron al Rancho del Venadito, donde fueron atacados a las siete de la mañana del 27 de octubre. En la refriega, Mina y Moreno resultaron prisioneros. Mina fue encadenado y Moreno fue decapitado inmediatamente.

Los siguientes días Mina fue sometido a severos interrogatorios, pero el virrey Apodaca ordenó que no se siguiera demorando su ejecución. El 11 de noviembre de 1817 Mina fue conducido al Cerro del Bellaco o Cerro del Borrego, frente al Fuerte de los Remedios, cerca de Pénjamo, sitio en el que fue fusilado a mano del Batallón de Zaragoza con un tiro por la espalda, como traidor. Antes de morir, pidió a los soldados que apuntaran bien y no le causaran sufrimientos innecesarios. Tenía sólo 28 años al momento de su muerte.

En 1823, el Congreso Mexicano lo declaró “Héroe en grado heroico”. Sus restos fueron enterrados solemnemente frente al altar mayor de la Catedral de México, junto con Hidalgo, Morelos, Allende, Ximénez, Matamoros, Pedro Moreno y Víctor Rosales, considerados como los “Padres de la Patria”. Desde el 15 de septiembre de 1910 sus restos descansan en la Columna de la Independencia .[9]


[1] https://www.historicas.unam.mx/publicaciones/publicadigital/libros/694/694_04_04_MinaInsurgentes.pdf
[2] https://www.textos.info/benito-perez-galdos/zaragoza//descargar-pdf
[3] https://www.gob.mx/agn/articulos/agnrecuerda-a-francisco-xavier-mina
[4] https://www.historicas.unam.mx/publicaciones/publicadigital/libros/694/694_04_01_InsurgenciaEspana.pdf
[5] https://www.memoriapoliticademexico.org/Biografias/MLM89.html
[6] https://www.historicas.unam.mx/publicaciones/publicadigital/libros/694/694_04_02_ElCamino.pdf
[7] https://www.historicas.unam.mx/publicaciones/publicadigital/libros/694/694_04_03_InsurgenciaNuevaEspana.pdf
[8] https://www.memoriapoliticademexico.org/Biografias/MLM89.html
[9] https://www.buscabiografias.com/biografia/verDetalle/10441/Francisco%20Xavier%20Mina%20-%20Francisco%20Javier%20Mina

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