México-Tenochtitlán (700 años de historia) Recuperación de las raíces culturales que fortalecen la identidad
TOCHAN IN ALTEPETL
Tochan pocayauhtlan, nequimilolli in altepetl, ye in axcan Mexihco Tenochtitlan; tlahuelilocatiltic tlacahuacayan. ¿Cuix oc huel tiquehuazqueh nican in cuicatl?, nican otechmohualhuiquili Ipanelnemohuani, nican catea totlenyouh, tomahuizouh in tlalticpac.
NUESTRA CASA, LA CIUDAD
Nuestra casa, niebla de humo, ciudad mortaja, México Tenochtitlan ahora; enloquecido lugar de ruido, ¿aún podremos elevar un canto ?, nos trajo aquí el Dador de la vida, aquí estuvo nuestra fama, nuestra gloria en la tierra.
Miguel León-Portilla
Poema en náhuatl y español del filósofo e historiador

 

El 13 de mayo de 2021 se celebró en México de manera simbólica, los siete siglos de existencia de la Gran Tenochtitlan, la urbe mexica que admiró a los conquistadores españoles por su organización, magnanimidad y belleza. Fue el centro de poder político, religioso y económico más importante del México antiguo.

La Cuenca de México, lugar donde se fundó la capital del imperio mexica, Tenochtitlan, alojaba un sistema compuesto por cinco subcuencas con lagunas de diversos tamaños y pantanos, las cuales ocupaban una superficie de entre 800 y 1000 km2. En la época prehispánica, a cada lago se le nombró como la población, o señorío, más importante: Zumpango y Xaltocan, al norte, y Texcoco, México, Xochimilco y Chalco al centro sur. La ciudad imperial de México-Tenochtitlan se ubicó en el Lago de México, en un islote compartido con Tlatelolco, urbe aliada. Los lagos de Xochimilco y Chalco tenían agua dulce.

Hacia la época de la conquista, inicios del siglo XVI, la fundación de los mexicas-tenochcas alcanzaba ya una superficie de alrededor de 12 km2, y tenía entre 150 y 200 mil habitantes. Se calcula que en toda la Cuenca de México había cerca de un millón de habitantes. Todos ellos habían aprendido a convivir con la naturaleza circundante, rica en flora y fauna, aprovechando eficientemente los recursos. También habían vinculado sus ciudades a través de calzadas, y controlado las aguas con diques. Además, durante el Posclásico habían dominado poco a poco los pantanos, sobre todo en la zona de aguas dulces, convirtiéndolos en región chinampera, con cerca de nueve mil parcelas en una extensión de 120 km2. La economía de la región combinaba el auto abasto, el comercio y la tributación de materias primas y productos, y el mercadeo se veía favorecido por una dinámica red de canales artificiales.

Casi dos siglos de peregrinación, llevó al pueblo azteca ―proveniente de Aztlán, “lugar de las garzas”, en las costas nayaritas, según últimos hallazgos― a encontrar el lugar con la señal que Huitzilopochtli, uno de sus dioses, les había indicado para reconocer el sitio donde podrían establecerse: un águila posada sobre un nopal. Ahí deberían fundar un templo en su honor y realizar los ritos acordes con su credo, y eso hicieron cuando, tras muchas penurias, contemplaron la señal en un pequeño islote en un lago. Así, conforme a la Crónica Mexicayotl[1] y otras fuentes, el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM) asumió al 13 de marzo de 1325 como fecha de la fundación de Tenochtitlán. El pequeño islote se fue poblando de templos y casas, lo cual provocó que con grandes cantidades de tierra y lodo se acrecentara su extensión. Así surgió México-Tenochtitlan, la ciudad más importante de Mesoamérica, cuyos habitantes se distribuyeron en cuatro grandes barrios o calpullis, dedicándose a gran diversidad de actividades. La religiosidad colectiva giró alrededor del recinto ceremonial, cuadrángulo sagrado de unos 500 m aproximados por lado limitado por el Coatepantli, el muro de las serpientes. Dentro, según varios cronistas, había hasta 78 edificios, alzándose sobre todos el Templo Mayor, símbolo mexica de la concepción del mundo.

En 2021, el Gobierno de la Ciudad de México decidió ―pese a no cerrarse completamente el ciclo hasta el 2025― conmemorar con diversos eventos los siete siglos de existencia de México-Tenochtitlan, sus 700 años. De igual manera dentro de esta conmemoración se busca hablar de la Conquista de México y así hablar de 500 años de resistencia de los Pueblos Originarios y de que actualmente las 69 lenguas originarias en México se siguen manteniendo, de esta resistencia cultural que sigue viviendo, reconociendo y afirmando a los Pueblos Originarios de México. Es así como dentro de esta celebración se busca resaltar la gran diversidad y lo que representaba la Cultura Mexica y lo que significó su dominio, finalmente la fundación de nuestra ahora Ciudad de México .[2]

La celebración comenzó en marzo, con el equinoccio de primavera, fecha de suma relevancia en la tradición ancestral, pues implica el renacer de la vida en un nuevo ciclo. Se escogieron lugares de relevancia histórica: se dio inicio a los festejos en la zona arqueológica de Cuicuilco, al sur de la capital del país, continuando en Azcapotzalco y en Iztapalapa, en cuyo Cerro de la Estrella se realizaba la Ceremonia del Fuego Nuevo . [3]

El 13 de marzo de 2021 tocó turno a Xochimilco, en cuyo Parque Ecológico se abrió el Museo Chionampaxóchitl (Flor de Chinampas) y se develó el mural de mosaicos en Xochimilco, actividad con eco en el Pueblo de Magdalena Mixiuhca. Además, el 21 de mayo se realizó la ceremonia del Tóxcatl (“sequedad” o “cosa seca”), tradición para pedir lluvias a Tláloc durante mayo y junio, temporada estival.

Los eventos fueron realizados a lo largo del 2021, hasta septiembre, cuando se entrelazaron con los festejos por el Bicentenario de la Independencia de México. Las actividades que se desarrollaron contribuyen a garantizar el acceso al derecho a la identidad cultural y a la memoria, porque son sustanciales para la convivencia social y para preservar la dignidad y la pertenencia.

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