Muere Dolores Jiménez y Muro, Ideóloga de la Revolución Mexicana
“El nombre de Dolores Jiménez y Muro figura poco en documentos personales y de archivo. A lo largo de su vida, la maestra cambió de residencia en varias ocasiones. Ejerció el periodismo de oposición durante el Porfiriato, vivió en la clandestinidad y a menudo firmó sus colaboraciones con pseudónimos masculinos. Padeció la persecución política y religiosa por su adhesión al anarquismo y en varias ocasiones fue recluida en prisión. Las huellas y los indicios de su actividad política fueron borrados intencionalmente, para evitar su identificación. Por fortuna, parte de su biografía ha podido ser recuperada, recurriendo a la consulta de archivos históricos, a la literatura, las fotografías y la oralidad.”

Oresta López Pérez
Historiadora y antropóloga

 

Dolores Jiménez y Muro, hija de José María Jiménez, abogado y funcionario de gobierno liberal, y de Atilana Muro, nació un 7 de junio de 1848 en el estado de Aguascalientes, en lo que, en ese entonces, era una nación colapsada tras la derrota contra los Estados Unidos en la guerra de 1948 en la que México perdió más del 55 por ciento de su territorio.

Dolores creció en un hogar liberal, recibió una buena educación que alimentó su gusto por la lectura y la cultura, lo que le permitió formarse como profesora en la época juarista, con una sólida inclinación a los principios del liberalismo republicano[1].

En su juventud, Dolores se trasladó con su familia al estado de San Luis Potosí y vivió entre las tertulias literarias y la vida en sociedad de la clase media y alta. Para esos tiempos, los liberales promovían la participación social de las mujeres en las artes, en los idiomas, en la lectura y en la creatividad literaria. Las mujeres miembros de la clase alta tenían la libertad y la oportunidad de leer la prensa, novelas, libros de historia y de viajes. Asimismo, obtenían enseñanzas modernas para dedicarse a ser escritoras o profesoras. Fue así como en este contexto y con tan solo 14 años, Dolores incursionó en la poesía (1864), convirtiéndose también en, escritora, periodista y más tarde, revolucionaria.

Para 1874 su talento en la escritura y la poesía ya era reconocido. Dolores escribió diversos versos en los que rechazaba el intervencionismo y su deseo por tener una patria soberana, libre y justa. Lo que motivó al gobierno potosino a invitarla para participar en las fiestas de Independencia con la declamación de algunos de sus poemas que fueron elogiados por el liberal Benigno Arriaga, sobrino de Ponciano Arriaga, abogado y constituyente mexicano.

Entre la década de 1873 y 1889, en México floreció un grupo de mujeres periodistas, entre las que destacó Dolores Jiménez y Muro. Estas mujeres que habían crecido en medio de una educación privilegiada y bajo la influencia de las ideas de la Ilustración y el liberalismo, aportaron a la sociedad la edición de cuatro publicaciones dirigidas a una audiencia femenina: Las Hijas del Anáhuac, El álbum de la mujer, El correo de las señoras y Violetas del Anáhuac. En ellas difundieron principalmente aspectos de la vida social y cultural de su tiempo, convirtiéndose a la vez, en un medio para crear y desarrollar un periodismo crítico y de denuncia contra las fallas del gobierno porfirista, en estas actividades destacó la participación de Jiménez y Muro.

A los 33 años, Dolores sufrió la muerte de sus padres, concentrando su vida en tomar conciencia sobre la condición de los trabajadores, de su miseria y la explotación a la que eran sometidos por el régimen del general Díaz.

Como una disidente del orden dictatorial, Jiménez y Muro comenzó a participar en los llamados Círculos Liberales o de oposición de San Luis Potosí, que más tarde se convertirían en los espacios de reunión donde iniciaría la lucha para combatir los abusos en contra de las mujeres y de los trabajadores obrero-campesinos. En 1900, Dolores fue testigo los primeros levantamientos agrarios generados por la desigualdad, la pobreza y la opresión política, los cuales, una década más tarde, llevarían al país a la lucha armada[2].

Un año después de estos incidentes, Dolores se traslada de San Luis Potosí a la Ciudad de México para colaborar con Juana Belén y Elisa Acuña en su recién creado periódico de oposición Vésper. Entre 1902 y 1903 resienten la clausura de periódicos, la confiscación de imprentas, el espionaje y la persecución policial y las tres se convierten en presas por la difusión de sus posturas políticas.

Al salir de prisión, Dolores se desempeñó como directora de La Revista Potosina y formó parte del Partido Liberal Mexicano, donde compartió militancia con Ricardo Flores Magón. Asimismo, fue precursora del feminismo al conformar grupos de mujeres maestras, campesinas, intelectuales y obreras para defender los derechos políticos y sociales de la mujer.

Firme en sus convicciones como activista, Dolores fue nuevamente arrestada en 1910. Dese la cárcel buscó cambios para mejorar las condiciones de las mujeres y anheló ver un México donde el progreso en la economía y la reforma agrícola se hicieran realidad. A los 62 años se unió al presidente Francisco I. Madero y funda el Club Femenil Antirreeleccionista “Las Hijas de Cuauhtémoc”, el cual encabezó bajo la consigna:

“Es tiempo de que las mujeres mexicanas reconozcan que sus derechos y obligaciones van más allá del hogar”

Con ello inició su etapa como mujer revolucionaria, la cual la llevó a tener un lugar en la historia de nuestro país, ya que sus aportaciones la distinguieron como un personaje relevante dentro del movimiento revolucionario, al cual se sumó para lograr la tan anhelada transformación nacional. Es por esto que sus compañeros de lucha la llamaron “la antorcha de la revolución” [3].

Entre su legado se encuentra:

  1. La elaboración del Plan Político y Social de Tacubaya (Guerrero, octubre 31 de 1911) en el cual se desconoció al gobierno de Porfirio Díaz por la suspensión de garantías; se reconoció a Francisco I. Madero como presidente; se exigió el restablecimiento de la libertad de imprenta; la protección y dignificación de los indígenas; la disminución de las jornadas de trabajo; la construcción de viviendas para los trabajadores; la abolición de los monopolios y se proclamó como ley suprema a la Constitución de 1857 en lo referente al voto libre y a la no reelección.
  2. Formó parte de las fuerzas del General Emiliano Zapata (1879-1919) y escribió el prólogo del Plan de Ayala, se le designó como general brigadier. Dicho Plan se proclamó el 28 de noviembre de 1911 y en él se desconoció al presidente Francisco I. Madero, quien fue acusado de traicionar las causas campesinas.
  3. Durante el maderismo promovió que la función de los Clubes fuera organizar la campaña antirreeleccionista en oposición a Díaz y hacer propaganda y activismo clandestino.
  4. A la muerte de Madero y de José María Pino Suárez (febrero 22 de 1913), Dolores Jiménez y Muro difunde entre la población las causas de la lucha y los planes revolucionarios para derrocar a Victoriano Huerta, por lo que en 1914 fue recluida nuevamente, durante once meses, por órdenes del propio Huerta.
  5. Impulsó la primera campaña de alfabetización en 1917 al formar parte de la Secretaría de Educación Pública y participó también en las Misiones Culturales.

Durante ocho años más continuó vigente con tareas periodísticas en el Anáhuac y en el Correo de las Señoras, mientras que en el ámbito literario reunió algunos de sus poemas en el libro Rayo de Luz.

Dolores Jiménez y Muro murió el 15 de octubre de 1925 extinguiendo así la flama de la Antorcha de la Revolución.

Área Responsable