Alfonso García Robles. Defensor del Derecho a la Paz  Galardonado con el Premio Nobel de la Paz Nacimiento 20 de marzo
“Ningún mexicano contemporáneo ha aportado más por la causa de la paz que don Alfonso García Robles. Su visionario activismo para promover el Tratado para la Proscripción de las Armas Nucleares en la América Latina, mejor conocido como el Tratado de Tlatelolco, y su compromiso permanente a favor de la desnuclearización del orbe, de la reducción de todo tipo de armas y su permanente antibelicismo, cobra vigencia indudable en estos difíciles momentos de la vida del mundo.”
 
Augusto Gómez Villanueva
Ex presidente de la Cámara de Diputados de México
 
 
 

Alfonso García Robles nació el 20 de marzo de 1911 en Zamora, Michoacán. Fue un reconocido diplomático mexicano, galardonado en 1982 con el Premio Nobel de la Paz junto con la sueca Alva Reimer Myrdal. En 1930 el joven Alfonso se trasladó a la Ciudad de México con el objetivo de inscribirse en la Escuela Nacional de Jurisprudencia de la Universidad Nacional. Pocos años después pasó a la Universidad de París, en donde, en 1936, finalmente se tituló en Derecho por la Facultad de Leyes. Desempeñó diversos cargos públicos como jefe del Departamento de Organismos Internacionales y director en jefe para Asuntos de Europa, Asia y África de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Con una larga trayectoria, fue designado en 1981 Embajador Emérito de México[1].

Alfonso García Robles fue un defensor de los principios rectores de la política emanada desde la Secretaría de Relaciones Exteriores; más aún, el jurista supo enriquecer esos ideales con sus propias aportaciones, con su trabajo cotidiano y con su presencia en las tribunas más importantes del mundo en momentos cruciales del devenir histórico internacional. García Robles era considerado un gran negociador, hábil, y sobre todo talentoso. Otro gran hecho a destacar es que el diplomático, siendo subsecretario de Relaciones Exteriores, fue el encargado de presidir todas las reuniones para la desnuclearización militar de Latinoamérica, que tuvieron lugar entre 1964 y 1967. Su compromiso fue pleno y su trabajo incansable, en una época álgida de tensiones, en medio de la Guerra Fría y cuando las amenazas bélicas se encontraban por todos lados. El diplomático mexicano fue pieza fundamental en la concreción de un acuerdo al presentar la postura de América Latina frente al problema de las armas nucleares, para asegurar la prohibición de los armamentos nucleares en todo el extenso territorio que abarca desde México hasta Argentina, y para que los gobiernos latinoamericanos no se vieran implicados en ningún conflicto entre las grandes potencias rivales.

La labor de García Robles culminó en el “Tratado para la proscripción de las armas nucleares en la América Latina”, mejor conocido como Tratado de Tlatelolco, firmado el 14 de febrero de 1967. Así, el embajador mexicano veía alcanzado uno de los principales objetivos de su labor como diplomático, pues, afirmaba: "la humanidad enfrenta una elección: detener la carrera armamentista y proceder al desarme o encarar la aniquilación".

Durante el periodo de sesiones del Comité de Desarme, en Ginebra, Suiza de 1967, siendo presidente de la Delegación de México, García Robles, presentó a los representantes de los otros países el tratado recién firmado por los latinoamericanos, mostrando así cómo se podían concertar acuerdos y presentando el primer ejemplo de proscripción incondicional de las armas nucleares en tierras densamente pobladas. De esa forma, el diplomático mexicano expuso al mundo su vocación pacifista.

A lo largo de su vida escribió diversos libros, dentro de los que encontramos los siguientes[2] : Le Panaméricanisme et la Politique de Bon Voisinage (París, 1938); Premier Congrès d’Ètudes Internationales (1938); La Question du Pétrole au Mexique et le Droit International (1939); La Cláusula Calvo ante el derecho internacional (1939); La conferencia de San Francisco y su obra (1946); Política internacional de México (1946); La desnuclearización de la América Latina (1965); La anchura del mar territorial (1966); El Tratado de Tlatelolco. Génesis, alcance y propósito de la proscripción de las armas nucleares en América Latina (1967); y Tratado para la prohibición de armas nucleares en América Latina.

La obra y pensamiento del jurista michoacano en favor de la paz y contra las armas nucleares le hicieron merecedor del Premio Nobel en 1982. Para contextualizar la importancia del pensamiento y acciones de este hombre, consideramos importante referir a quiénes se les otorga dicho galardón, siendo éste el máximo reconocimiento internacional que un ser humano puede recibir: distingue a mujeres y hombres que contribuyen con su talento a enriquecer el conocimiento en diferentes áreas científicas y humanistas, que llevan a cabo el mayor beneficio para la humanidad o realizan para ella una contribución notable. El embajador Alfonso García Robles fue el primer mexicano en recibir el Premio Nobel de la Paz. Éste, específicamente, se otorga "a la persona que haya trabajado más o mejor en favor de la fraternidad entre las naciones, la abolición o reducción de los ejércitos existentes y la celebración y promoción de procesos de paz". De igual forma se les premió por ser "dos personas que durante años han jugado un rol central en las negociaciones de desarme en la Organización de las Naciones Unidas (ONU)". De García Robles se dijo que "él ha sido la fuerza detrás del acuerdo que declaró a América Latina una zona desnuclearizada"[3].

Finalmente, cabe destacar que la labor que el pacifista llevó a cabo en América Latina, misma que culminó con la prohibición de armas nucleares para que la región no se implicara en ningún conflicto entre las grandes potencias rivales, no finalizó ahí: su trabajo se intensificó y García Robles permaneció durante mucho tiempo activo en el tema del desarme, desempeñando con su trabajo un papel central en la ONU para promover el desarme general[4], ante las amenazas que ponían en riesgo la paz mundial. En 1977 fue designado representante permanente de México ante el Comité de Desarme de la ONU con sede en Ginebra, Suiza. Con tanta experiencia adquirida en ese rubro, se convirtió en el decano de los diplomáticos en cuestiones de desarme. Gracias a su trabajo, siempre comprometido con la humanidad, se logró que la primera Asamblea General de la ONU dedicada al desarme, fuera exitosa. El doctor Alfonso García Robles falleció el 2 de septiembre de 1991; sus más de 50 años dedicados a la política internacional, como un incansable luchador por la paz en el mundo, es el legado que dejó para toda la humanidad, y sobre todo para los mexicanos.


[1] https://www.memoriapoliticademexico.org/Biografias/GRA11.html
[2] https://inehrm.gob.mx/es/inehrm/AlfonsoGarcia_RlaDipMex
[3] https://inehrm.gob.mx/es/inehrm/AlfonsoGarcia_RlaDipMex
[4] https://colnal.mx/integrantes/alfonso-garcia-robles/

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