Promulgación de la Primera Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos
“El gobierno ha de nacer del país. El espíritu del gobierno ha de ser el del país. La forma del gobierno ha de avenirse a la constitución propia del país. El gobierno no es más que el equilibrio de los elementos naturales del país.”

José Martí
Poeta y político

 

El 4 de octubre de 1824 entró en vigor la primera Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos, siendo éste un documento de carácter jurídico y político que estableció el sistema político federal y tuvo como fin principal declarar el carácter independiente de México como país[1].

La creación de esta Constitución Federal se dio tiempo después de concluido el Primer Imperio Mexicano, encabezado por Agustín de Iturbide, con lo que México se declaró una nación independiente. El gobierno provisional establecido convocó a un Congreso Constituyente que se reunió el 5 de noviembre de 1823; dos días después, el 7 de noviembre, celebró su instalación solemne. Lo que pretendía este Congreso era conciliar las tendencias políticas existentes. Después de varios debates, el 24 de enero de 1824 se aprobó el documento llamado Acta Constitutiva de la Federación Mexicana, en el cual se establecieron las bases fundamentales para la Constitución Federal. El Congreso Constituyente continuó sus sesiones hasta el 5 de octubre de 1824, cuando clausuró sus actividades. El día anterior, el primer presidente de la República, el general Guadalupe Victoria, había jurado solemnemente la Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos promulgada en esa fecha, documento que remplazó de manera definitiva a la Carta española de Cádiz de 1812[2].

Debido a lo anterior, el 1 de abril de 1824 se inició el proyecto de la Constitución Federativa de los Estados Unidos Mexicanos, la cual fue aprobada el 3 de octubre, promulgada el 4 y publicada el 25 del mismo mes, bajo el título de Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos[3].

La Constitución de 1824 quedó conformada por 7 títulos y 171 artículos y esbozó una mezcla de antecedentes hispánicos y estadounidenses; es decir, una combinación de lineamientos provenientes tanto de la Constitución liberal española (promulgada el 19 de marzo de 1812 por las Cortes reunidas en Cádiz durante el periodo de lucha contra el gobierno de José Bonaparte impuesto por el ejército francés) como de la carta federal de los Estados Unidos, aprobada en Filadelfia en 1787. Se considera a este documento el resultado de la Guerra de Independencia, cuyos conceptos trascendieron hasta la Constitución de 1917 que nos rige hoy día. Ejemplo de estos son: soberanía nacional, derechos humanos, federalismo, división de poderes y democracia representativa[4].

La combinación de los tres modelos –español, colonial y estadounidense– dio como resultado un sistema judicial muy peculiar en el texto aprobado por el Congreso Constituyente[5]. Algunos de los artículos más significativos son los primeros seis, en los que se declara a los Estados Unidos Mexicanos como país libre e independiente. Asimismo, establecen los alcances del territorio, proclaman una sola religión, definen los estados de la República y anuncian la división del Supremo Poder de la federación, para su ejercicio, en Legislativo, Ejecutivo y Judicial[6].

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