Día Internacional de la Educación
"Todos los agentes, ya se trate de dirigentes políticos de alto nivel o de ciudadanos, de Estados y asociaciones, de docentes y padres de alumnos, tienen un papel que desempeñar, a su escala, para que el derecho a la educación sea una realidad para todos. Esta es nuestra responsabilidad hacia las generaciones futuras.”
 
Audrey Azoulay
Directora General de la UNESCO
 
 

El 6 de diciembre de 2018, la Asamblea General de las Naciones Unidas, en su resolución A/RES/73/25, proclamó el 24 de enero como el Día Internacional de la Educación como celebración del papel desempeñado por ésta en la consecución de la paz y la promoción del desarrollo[1].

La educación ofrece a los niños y niñas una oportunidad de promover el ascenso social y, por lo tanto, salir de la pobreza, así como un camino para alcanzar un futuro prometedor. Sin embargo, en la actualidad, 262 millones de niños, niñas y jóvenes siguen sin estar escolarizados. 617 millones no saben leer ni manejan los rudimentos del cálculo; por ejemplo, menos del 40% de las niñas del África Subsahariana completan los estudios de secundaria baja; y unos 4 millones de infantes y adolescentes refugiados no tienen la oportunidad de asistir a la escuela. El derecho a la educación de estas personas se ve vulnerado y afectado, lo cual es inaceptable en un mundo que dispone de facilidades globales para otros menesteres[2].

Debido a lo anterior, cuando se adoptó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible la comunidad internacional reconoció que la educación es esencial para el éxito del logro de sus 17 objetivos (ODS). Dentro del ODS 4 se subraya lo siguiente: “El objetivo de lograr una educación inclusiva y de calidad para todos, se basa en la firme convicción de que la educación es uno de los motores más poderosos y probados para garantizar el desarrollo sostenible. Con este fin, el objetivo busca asegurar que todas las niñas y niños completen su educación primaria y secundaria gratuita para 2030” [3].

Al proclamar este día internacional, los Estados Miembros identifican la importancia de adoptar medidas garantes de una educación inclusiva y equitativa de calidad en todos los niveles para que todas las personas puedan acceder a un aprendizaje durante su edad escolar. De esta manera, con los conocimientos y las aptitudes que adquieran estarán preparados para aprovechar las oportunidades y podrán participar plenamente en la sociedad, contribuyendo así al desarrollo sostenible[4].

Por otro lado, en México hay más de 4 millones de niños, niñas y adolescentes no asisten a la escuela, mientras otros 600 mil están en riesgo de dejarla por diferentes factores, entre ellos, la falta de recursos, la lejanía de las escuelas y la violencia. Asimismo, los niños, niñas y adolescentes indígenas del país presentan aún más dificultades y tienen menor acceso a la educación que el resto de los niños, niñas y jóvenes mexicanos. Por ejemplo, solamente 1 de cada 10 adolescentes hablantes de una lengua indígena y no español asiste a la escuela en México, en comparación con 7 de cada 10 del resto de la población. Debido a lo anterior, es meta de la UNICEF México lograr que todos los menores de edad accedan a educación de calidad, que permanezcan en ella y finalmente logren concluirla con los aprendizajes esperados para su edad y nivel educativo. Para poder lograrlo, la UNICEF ha desarrollado proyectos y ha apoyado políticas públicas para promover el acceso de niños, niñas y adolescentes a una educación inclusiva y de calidad, como reducir el abandono escolar. Otras de sus funciones son las siguientes[5]:

  • Apoyar la capacitación de más de 400 maestros y autoridades educativas de Jalisco, Sonora y Tabasco en el marco del modelo Escuelas Amigas de Niños, Niñas y Adolescentes con temas de perspectiva de género, interculturalidad, prevención de violencia y prevención de embarazos adolescentes. Siete mil quinientos estudiantes de estos tres estados se beneficiarán con la implementación de estos conocimientos en el aula.
  • Desarrollar programas de enseñanza en lenguas indígenas en colaboración con la Secretaría de Educación Pública (SEP), los cuales beneficiarán a más de 23,000 estudiantes en Chihuahua, Guerrero y el Estado de México.
  • Realizar investigaciones en conjunto con el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), desarrollando a partir de esto el Panorama Educativo de la Población Indígena y Afrodescendiente 2017, con el que se describe el alcance, acceso, calidad y limitaciones de la educación que reciben los niños, niñas y adolescentes de estos grupos en México. 

[1] https://undocs.org/es/A/RES/73/25
[2] https://es.unesco.org/commemorations/educationday
[3] https://www1.undp.org/content/undp/es/home/sustainable-development-goals/goal-4-quality-education.html
[4] https://www.un.org/es/observances/education-day
[5] https://www.unicef.org/mexico/educaci%C3%B3n-y-aprendizaje •

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