Fundación del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE)
“Somos una organización que cuenta con un proyecto educativo, sindical y social, cuyos compromisos son claros y transparentes: el derecho humano de la niñez y juventud a una educación de calidad, con equidad e inclusión; la educación como un bien público y una obligación indelegable del Estado; la institucionalización de la educación como Política de Estado y de Nación; la defensa de los derechos y conquistas de los trabajadores de la educación”.
 
Alfonso Cepeda Salas
Secretario General del SNTE
 
 

El 30 de diciembre de 1943 se fundó el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), producto de la integración de diversas agrupaciones de maestros y demás trabajadores del sistema educativo. Desde el inicio, su misión ha sido el estudio, defensa y mejoramiento de sus intereses comunes, entre ellos la calidad educativa. El SNTE está conformado por trabajadores de base, permanentes, interinos y transitorios al servicio de la educación, dependientes de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y sus representaciones en los gobiernos estatales y municipales. También lo integran profesores de colegios del sector privado vinculados a la SEP, organismos descentralizados y desconcentrados, e incluso jubilados y pensionados del servicio educativo de las entidades citadas[1].

El sindicato no sólo nació bajo el auspicio gubernamental del Partido de la Revolución Mexicana –precursor del Partido Revolucionario Institucional (PRI)–, sino que fue creado con el propósito explícito de apoyar al partido en el poder. Dentro de la historia de su surgimiento pueden destacarse tres etapas[2]:

  • De 1915 a 1932. En 1915 se da en Veracruz la primera convención de maestros, y a partir de ella la organización como frente laboral de estos profesionistas. Esta etapa se caracterizó por la aparición de diversos organismos sindicales en distintas partes del país, aislados entre sí, con rasgos localistas y sin pretensiones ciertas de constituir un sindicato nacional.
  • De 1932 a 1949. Esta segunda etapa se distingue por la intención de integrar una central única del magisterio nacional. Entre los antecedentes se encuentran, por ejemplo, la Confederación Mexicana de Maestros (CMM), el Frente Único de Trabajadores de la Enseñanza (FUNTE), Federación Mexicana de Trabajadores de la Enseñanza (FMTE), y el Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza de la República Mexicana (STERM).
  • 1949 en adelante. Esta etapa en la vida del SNTE se identifica con el surgimiento de un nuevo tipo de dirigentes, formado en los niveles secundarios de la jerarquía sindical durante el período precedente. Se caracteriza por plantear el control del sindicato magisterial como fundamento de sus carreras políticas a escala nacional.

Por otro lado, si bien es cierto que cesaron las luchas intergremiales, la creación del SNTE también inició la muerte del sindicalismo revolucionario. Nació con un carácter monopólico, garantizado por el Estatuto de Trabajadores al Servicio del Estado, vigente desde el año de 1938, pero lo hizo dentro de un marco de corporativismo tradicional. Esto significó la práctica de un sindicalismo de colaboración de clases bajo la tutela del Estado. El educador y escritor mexicano Isidro Castillo Pérez menciona que a partir de la creación del SNTE, el sindicalismo magisterial sólo ha sido revolucionario de nombre. La Revolución sólo está presente en libros, prensa y discurso, nada más[3].

Dentro de su historia, es importante destacar que varios integrantes del SNTE, frente a sus necesidades económicas y la corrupción de sus líderes, fundaron en 1979 la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), que no fue un sindicato sino una organización independiente de trabajadores de la educación, que lucha por mejorar sus condiciones laborales y económicas. Como es el caso de muchas organizaciones independientes, los gobiernos estatales han buscado tener control sobre la CNTE, sobre todo en estados como Oaxaca, Guerrero, Michoacán y Veracruz, donde la Coordinadora ejerce un gran poder económico y político. Más de 40 años después, la CNTE es uno de los pocos movimientos sociales que ha logrado sobrevivir[4].

En contraparte, el SNTE, tras pasar por una profunda crisis, se vio reforzado con las nuevas políticas gubernamentales a favor de los maestros, llegando a una serie de acuerdos gracias a los cuales ha sido posible realizar el programa de educación a distancia durante el confinamiento por la pandemia de COVID-19[5].

Por otro lado, es de destacar que, en el año 2017 SNTE, que encabezaba en ese tiempo Juan Díaz de la Torre, fue reconocido por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), debido a su aportación a la mejora de la educación por medio de la elaboración de materiales de apoyo para maestros indígenas, los cuales favorecieron a un millón 230 mil niños en México, integrantes de los 62 pueblos originarios. Irina Bokova, en ese entonces directora general de la UNESCO, reconoció la contribución del SNTE y destacó que era la primera vez que un sindicato realizaba este tipo de trabajo. También destacó la relevancia que en el gremio se ha dado a la actualización y profesionalización de los educadores, mediante programas propios, como el Sistema Nacional de Desarrollo Profesional[6].

 


[1] https://snte.org.mx/razon-ser/
[2] https://www.estudioshistoricos.inah.gob.mx/revistaHistorias/wp-content/uploads/historias_01_67-101.pdf
[3] https://www.milenio.com/opinion/alfonso-torres-hernandez/apuntes-pedagogicos/creacion-del-snte-muerte-del-sindicalismo-revolucionario
[4] https://www.milenio.com/opinion/fernando-rangel-de-leon/columna-fernando-rangel-de-leon/el-snte-y-la-cnte
[5] https://snte.org.mx/blog/el-snte-se-une-a-las-acciones-contra-el-covid-19/
[6] https://www.jornada.com.mx/2017/06/01/politica/016n2pol

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