Miguel Henríquez Guzmán, símbolo de oposición pacífica y democracia,   Fallecimiento 29 de agosto
“El henriquismo significó un movimiento antigubernamental para rescatar los impulsos populares de la Revolución… confinado al olvido, uno de los momentos más importantes de la oposición electoral en México”.

Carlos Martínez Assad
Historiador mexicano 2 de julio de 2022

 

El 4 de agosto de 1898, Miguel Henríquez Guzmán nació en Piedras Negras, Coahuila, y fue un destacado militar y político mexicano.

En 1912, ingresó en el Colegio Militar, que sería el inicio de una extensa trayectoria militar. Al principio se incorporó a las tropas constitucionalistas, lideradas por Venustiano Carranza para combatir a los huertistas. Posteriormente, en 1923, fue enviado a Tabasco para sofocar los intentos de rebelión de Adolfo de la Huerta. También participó en la represión del movimiento Cristero, por lo cual fue ascendido al grado de general[1].

Henríquez resaltó por sus actuaciones efectivas en los alzamientos asignados. Una vez más fue llamado en 1935, para trasladarse a la 29ª zona militar en Tabasco y sofocar la rebelión del gobernador Tomás Garrido Canabal. Después tuvo periodos tranquilos de actividad en Nayarit y Durango[2].

Al mismo tiempo que continuaba con su carrera militar, Henríquez demostraba su lealtad al gobierno mexicano en turno, sobre todo durante el periodo de Lázaro Cárdenas, 1934-1940. El punto de quiebre fue en mayo de 1938, cuando se trasladó como jefe de la 12ª zona militar de San Luis Potosí. En el lugar se encargó de suprimir la rebelión de Saturnino Cedillo, que fue sofocada de manera efectiva hasta el 11 de enero de 1939 cuando el opositor falleció. Su labor fue importante, que el presidente Cárdenas elogió su participación con la de sus compañeros el 1 de febrero de 1939 al publicarse el acuerdo con la Secretaría de la Defensa Nacional “para que se felicite a todos los elementos de la 12ª zona militar”[3].

Con base en sus méritos, Henríquez se convirtió en un hombre de confianza del gobierno para controlar los alzamientos, pues en sus ideales estaba el orden y la paz sobre la violencia y guerra. En 1940 fue designado jefe de la 7ª zona militar en Nuevo León, pues Juan Andrew Almazán se lanzaba como candidato a la presidencia y viajó para asegurarse que no hubiera un intento de rebelión. En ese mismo años, Ávila Camacho asumía la presidencia, por lo cual dejaba su vacante como jefe de la zona militar de Guadalajara, pero no hubo problema, Henríquez asumió el puesto y se trasladó a la capital jalisciense. Durante ese periodo, su relación se hizo aún más estrecha con Cárdenas y con el gobernador Marcelino García Barragán. Gracias a esas circunstancias, se propició el ambiente para que Miguel junto con su hermano Jorge comenzaran un negocio prospero en la construcción de carreteras[4].

Por su servicio a la nación y sus vínculos cercanos con Cárdenas, Henríquez era uno de los aspirantes naturales del Partido de la Revolución Mexicana (PRM) a la presidencia. Aunque, había otros candidatos: el secretario de gobernación, Miguel Alemán; el jefe del departamento del Distrito Federal Javier Rojo Gómez; el secretario de relaciones exteriores Ezequiel Padilla; y por último el secretario de agricultura Marte R. Gómez. El 18 de enero de 1946, el presidente Manuel Ávila Camacho designó a Miguel Alemán como candidato oficial del partido.

El mandato de Miguel Alemán, 1946-1952, se caracterizó por la corrupción en el sector público y por las facilidades concedidas a las empresas extranjeras. Igualmente existían rumores de una posible reelección del ejecutivo. En caso de fracasar en su objetivo, debía preparar su sucesión. Al principio se escogió a Fernando Casas Alemán, regente del Distrito Federal, pero Carlos I. Serrano, Jorge Pasquel y los hermanos Parra Hernández convencieron al presidente de que no era la opción adecuada por temor ser afectados en sus intereses. Así que el seleccionado por el PRI fue Adolfo Ruiz Cortines, secretario de Gobernación, quien continuaría con el programa de Alemán[5].

Por esta razón, a finales de 1950 surgió la Unión de Federaciones Campesinas de México (UFCM) y el 4 de junio de 1951 consiguió su registro como partido político bajo el nombre de Federación de Partidos del Pueblo Mexicano (FPPM). De ahí que escogieron a Henríquez, pues se pensaba que, en caso de ganar la presidencia, restablecería el programa de la revolución mexicana. En ese sentido, Henríquez pronunció lo siguiente:

“Desgraciadamente la Revolución ha sido falseada y por todas partes ha cundido la corrupción. El propio señor presidente de la República está rodeado de la incomprensión y la necedad de quienes han usurpado el título de amigos y tratan de arrastrarlo a violar los principios básicos de la Revolución”[6]. Además, se agregaron nuevas propuestas como la igualdad de derechos para la mujer, la preocupación y atención a los migrantes y la moralización de los funcionarios públicos.[7]

Guzmán inició formalmente su campaña presidencial el 19 de agosto de 1951, donde recorrió el país y visitó los poblados para escuchar a la gente y sus planteamientos, una estrategia aprendida de Cárdenas. Al mismo tiempo, el gobierno intentó arruinar su labor al violentar o asustar a sus simpatizantes, como sucedió el 5 de junio de 1952 en Juchitán, Oaxaca[8].

El 6 de julio de 1952 se efectuaron las elecciones para el periodo presidencial de 1952-1958. Los candidatos eran Adolfo Ruiz Cortines del PRI, Miguel Henríquez Guzmán por el FFPM; Efraín González Luna del PAN y Vicente Lombardo Toledano del Partido Popular, que luego sería el Partido Popular Socialista. De acuerdo con los medios oficiales Ruiz Cortines consiguió el 74 por ciento de los votos, seguido por Henríquez Guzmán, quien obtuvo el 16 por ciento[9].

La situación provocó descontento entre los henriquistas ante las irregularidades del proceso, pues algunos militantes denunciaron el robo de urnas y que no ejercieron su derecho al voto. Así que, el 7 de julio de 1952 se agendó una reunión a las 19:00 horas, en la Alameda Central de la Ciudad de México, evento que fue nombrado Fiesta de la Victoria. La convocatoria apareció publicada en los periódicos ‘‘Excélsior’’ y ‘‘La Prensa’’ y se estima que eran cerca de 200 mil personas. A pesar de la gente reunida y el carácter político de la consigna, era un evento familiar y pacífico. Mientras llegaban al punto de reunión, los henriquistas gritaban “¡Fraude electoral!”. El reclamo provenía de antecedentes de robo de ánforas y la violación a ejercer su derecho al libre voto los simpatizantes del FFPM.

Sin embargo, esa fecha ha sido olvidada a pesar de la sangre y lágrimas derramadas. El Estado presidencial efectuó uno de los hechos más brutales al reprimir una manifestación pacífica en oposición al resultado de la elección presidencial. Se estima que 200 personas fallecieron, y los cuerpos fueron incinerados en el Campo Militar Número 1[10]. La balacera duró varias horas y en los siguientes días hubo más desapariciones forzada y detenciones arbitrarias a familiares y simpatizantes hacia el general Henríquez. Incluso el 9 de Julio se presentó una manifestación silenciosa hacia la Plaza de la Constitución donde se reunieron un millar de madres que buscaban respuesta ante la desaparición de sus hijos. Antes de arribar a su destino, el ejército disolvió el mitin y los periódicos desmintieron que hubiera existido.

Al asumir la presidencia Ruiz Cortínez, conocido como el “presidente espurio” le propuso a Henríquez, el “presidente legítimo” una alianza entre el PRI y el partido henriquista. El proyecto era crear un partido paraestatal, que refiere a aquellos partidos políticos que “formalmente” representan una oposición a los gobiernos vigentes, pero que en realidad cooperan con ellos solo para mostrar una imagen de democracia[11].

Henríquez aceptaría si finalizaban los monopolios políticos y económicos. En respuesta a ello, Ruiz Cortines rechazó la idea y el grupo opositor se dividió en dos bandos: quienes aceptaban las condiciones del mandatario y otros que seguirían en combate hasta conseguir el triunfo democráticamente, por lo cual siguieron las represiones hacia ellos. En 1954, a petición del PRI, el gobierno le quitó el registro al partido y, en 1955 cerraron sus oficinas y les impidieron reunirse en algún lugar y, si lo hacían, serían detenidos por las autoridades[12]. Durante el proceso, Henríquez evitó la violencia y siempre convocó a organizar movimientos ciudadanos, lo que demuestra su esperanza en la resolución del conflicto de manera pacífica.

El 25 de julio de 1957 Henríquez y sus colaboradores se reunieron en su casa de Río Atoyac, entre ellos se encontraban, José Muñoz Cota, Vicente Estrada Cajigal, Celestino Gazca, Andrés Rodríguez Meza y Mario Guerra Leal. Este último le sugirió levantarse en armas, pero Henríquez le respondió categórico: como no quería ser responsable de un baño de sangre y tampoco iba a ser cómplice de un fraude más, lo mejor era desistir. “Yo permaneceré en mi postura, le dijo, aquí estoy y estaré y de aquí han de moverme sólo muerto”[13]. Después de las elecciones de 1958-1963, Henríquez Guzmán se retiró de la vida pública hasta su fallecimiento, en la ciudad de México el 29 de agosto de 1972.


[1] https://heraldodemexico.com.mx/opinion/2022/7/2/miguel-henriquez-guzman-una-piedra-en-el-camino-418549.html
[2] https://www.estudioshistoricos.inah.gob.mx/revistaHistorias/wp-content/uploads/historias_22_137-160.pdf
[3]Ibid.
[4]Ibid.
[5] https://revistareplicante.com/cuando-miguel-aleman-intento-reelegirse/
[6]Lizbeth Castillo Farjat, “La oposición revolucionaria en el proceso electoral de 1952-1954” Tesis de Maestría, El Colegio de San Luis, 2009, p. 74.
[7] https://www.estudioshistoricos.inah.gob.mx/revistaHistorias/wp-content/uploads/historias_22_137-160.pdf
[8] https://bit.ly/3zlQdw2
[9]https://heraldodemexico.com.mx/opinion/2022/7/2/miguel-henriquez-guzman-una-piedra-en-el-camino-418549.html
[10]https://www.cndh.org.mx/sites/default/files/documentos/2022-04/Informe_Especial_Democracia_Pueblo.pdf
[11]https://dle.rae.es/paraestatal
[12]https://franciscoestradac.blogspot.com/search?q=Henriquez+y+Ruiz+Cortines
[13]Ibid.

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